CAMAGÜEY. - Hace hoy 72 años se fundó la Organización Mundial de la Salud (OMS), un organismo especializado de las Naciones Unidas que tiene como objetivo alcanzar para todos los pueblos el máximo grado de salud, definido en su constitución como “un estado de completo bienestar físico, mental y social”.
Para ello la OMS tiene dos funciones básicas: ofrecer liderazgo en temas cruciales para la salud y participar en alianzas cuando se requieran actuaciones conjuntas y determinar las líneas de investigación y estimular la producción, difusión y aplicación de conocimientos valiosos. A tenor de su labor, cada 7 de abril se celebra el Día Mundial de la Salud (que en esta ocasión se dedica al personal de enfermería) aunque de 1948 hasta ahora no ha logrado cumplir su propósito de hacer accesible y equitativa los servicios sanitarios.
Partamos del hecho de que el acceso y la cobertura universales a la salud implican que, como cita la OMS en su página, todas las personas y las comunidades tengan acceso, sin discriminación, a servicios integrales adecuados, oportunos, de calidad, determinados a nivel nacional, de acuerdo con las necesidades, así como a medicamentos de calidad, seguros, eficaces y asequibles, a la vez que se asegura que el uso de esos servicios no expone a los usuarios a dificultades financieras, en particular los grupos en situación de vulnerabilidad.
Para lograrlo se requieren la implementación de políticas y acciones con un enfoque multisectorial para abordar los determinantes sociales de la salud y fomentar el compromiso de toda la sociedad para promover la salud y el bienestar. Sin acceso universal, oportuno y efectivo, la cobertura universal se convierte en una meta inalcanzable. Ambos constituyen condiciones necesarias para lograr la salud y el bienestar.
El personal de enfermería, partería y del sector de la salud se encuentra al frente de la lucha contra el #COVID19.
— Naciones Unidas (@ONU_es) April 7, 2020
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Varios análisis desarrollados por la OMS demuestran que en los lugares donde las mujeres pueden acceder a los servicios de salud, las muertes maternas disminuyen, lo que alarga la esperanza de vida de las mujeres. En muchas circunstancias, los hombres recurren menos a los servicios de atención de la salud. Los hombres tienen muchas más probabilidades de morir por enfermedades no transmisibles prevenibles y tratables y por accidentes de tránsito. Además, existe una diferencia de 18,1 años en la esperanza de vida entre los países más pobres y los más ricos.
La diferencia en la esperanza de vida de hombres y mujeres es más pequeña cuando las mujeres no tienen acceso a los servicios de salud. En los países de ingresos bajos, donde los servicios son más escasos, una de cada 41 mujeres fallece por causas relacionadas con la maternidad, en comparación con una de cada 3300 en los países de ingresos altos.
Solo en 2018 de las 40 causas principales de decesos, 33 contribuyen más a reducir la esperanza de vida en los hombres que en las mujeres. En 2016, la probabilidad de que una persona de 30 años muriera a causa de una enfermedad no transmisible antes de los 70 años era un 44% mayor en los hombres que en las mujeres.
Las tasas mundiales de mortalidad por suicidio fueron un 75% más altas en hombres que en mujeres en 2016. Las tasas de mortalidad por lesiones provocadas por accidentes de tránsito son más del doble en los hombres que en las mujeres a partir de los 15 años, y las tasas de mortalidad por homicidio son cuatro veces más altas en los hombres que en las mujeres.
“Estas estadísticas ponen de relieve la necesidad urgente de dar prioridad a la atención primaria de la salud para gestionar con eficacia las enfermedades no transmisibles y reducir los factores de riesgo”, dijo la Dra. Samira Asma, Subdirectora General de la OMS para Datos, Análisis y Ejecución. “Por ejemplo, algo tan simple como controlar la tensión arterial no se está haciendo en la escala necesaria, y el consumo de tabaco sigue siendo una de las principales causas de muerte prematura”.
El Dr. Tedros Adhanom Ghebreyesus, Director General de la OMS, señaló en el informe sobre el acceso a la Salud durante el 2019 “Detrás de cada número de las Estadísticas Sanitarias Mundiales hay una persona, una familia, una comunidad o una nación. Nuestra tarea es utilizar estos datos para tomar decisiones políticas basadas en la evidencia que nos acerquen a un mundo más sano, más seguro y más justo para todos".
Una mirada necesaria para afrontar este fenómeno. Sobre todo, si hablando de números, cerca de la mitad de la población mundial carece de acceso integral a los servicios sanitarios básicos. Unos 100 millones están en la pobreza extrema (viven con 1,90 dólares al mes) por tener que pagar los servicios médicos de su salario, y el 12 % de la población mundial, más de 930 millones de personas, gastan el 10 % de su presupuesto en pagar los gastos por concepto de salud de la familia. El dramático cuadro prueba el porqué los estados miembros de las Naciones Unidas acordaron intereses para lograr la cobertura sanitaria universal como uno de los objetivos de desarrollo sostenible para el 2030.
Una de las regiones más pobres, y por tanto más afectada por millones de personas sin acceso a servicios integrales de salud es el continente americano. Solo entre 2013-2014 se pudieron haber evitado más de un millón y medio de muertes.
Los datos disponibles para Argentina, Brasil, Colombia y Perú muestran una baja utilización de servicios de salud preventivos, con solo 15% a 21% de la población con al menos una consulta de salud preventiva al año.
En la cobertura de servicios de salud materna e infantil para Bolivia, Colombia, Haití, Perú y República Dominicana muestran que aún existen brechas importantes. Por ejemplo, en Perú el porcentaje de cobertura de estos servicios sigue siendo mucho más bajo para las mujeres más pobres, con una cobertura de partos institucionales del 69%, comparado con el 99% en el caso de las mujeres más ricas.
Entre el 2001 y el 2009, la tasa de hospitalizaciones por condiciones sensibles al cuidado ambulatorio en p Argentina, Colombia, Costa Rica, Ecuador, México y Paraguay fue de 10,8% a 21,6%. Dentro de estas, las infecciones gastrointestinales fueron la mayor causa con 33%, 27% y 22% de todos los casos.
Esto sin mencionar que se hace necesario ampliar el acceso equitativo a los servicios de salud incluyen el acceso y el uso racional de los medicamentos y de las tecnologías de salud. Algo limitado por la falta de financiación adecuada y por el uso ineficiente de los recursos.
Las barreras al acceso, la exclusión y las necesidades cambiantes presentan retos importantes para los sistemas de salud. Los procesos de reforma y transformación de las últimas décadas no han logrado resolver aún todos estos asuntos.
VALIENTES: Enfermería en la primera línea, desde siempre. #Cuba saluda aniversario #OMS colaborando en lucha contra pandemia de coronavirus. #CuentenconCuba #CubaSalvaVidas #SomosCuba https://t.co/aUI7mDSq0g
— Miguel Díaz-Canel Bermúdez (@DiazCanelB) April 7, 2020
Todo esto estaba así antes de que apareciera el COVID-19 a llevar al colapso varios de los sistemas de Salud del mundo, sin distinguir regiones ni situaciones económicas. Al mismo tiempo se declararon en emergencia sanitaria Mexico, Rusia, Italia (que recibió antes que la ayuda de suministros médicos de la Unión Europea una brigada sanitaria procedente de Cuba), España y Estados Unidos, que prevé la mayor de las crisis después del 11 de septiembre cuando tiene ya más de 5 000 muertos.
En el Viejo Continente, en España, una consulta y el test de confirmación de la enfermedad puede llegar a más de 800 euros. El Gobierno tuvo que pronunciarse para sacudir los preceptos de la medicina pública y privada para señalar que los galenos de la nación responden a España no a una empresa. No obstante hay que señalar que el seguro da cobertura sanitaria a 10,3 millones de personas de los que, 8,4 millones contratan su protección con carácter complementario a la asistencia sanitaria pública. Los restantes 1,8 millones de asegurados provienen de las mutualidades de funcionarios de la Administración Central del Estado.
Otro suceso singular ocasionado por esta pandemia es que tres organizaciones multilaterales encargadas de la salud, la alimentación y el comercio ( OMS, FAO y OMC) advirtieron el riesgo de una crisis alimentaria y de una recesión económica sin precedentes, al tiempo que desde las Naciones Unidas se advierte como la peor crisis desde la Segunda Guerra Mundial.
Los tres organismos se preocupan también por otros factores que amenazan la cadena alimentaria mundial. La "ralentización de la circulación de trabajadores de la industria agrícola y alimentaria", por ejemplo, bloquea numerosas agriculturas occidentales. Otra fuente de inquietud son los "retrasos en las fronteras para los contenedores" de mercancías, generando "un desperdicio de productos perecederos".
Son efectos que desde la economía llegarán a todos los escenarios de la vida de los países y por supuesto impactarán en la Salud. Ese sector ya inaccesible para muchos.
Sin embargo, de conjunto con la OMS y con estrategias nacionales los Estados pueden adelantarse a la debacle. Sobre todo si se se refuerza o transforma la organización y gestión de los servicios de salud según la propuesta de Redes Integradas de Servicios de Salud, o se incrementa la inversión en el primer nivel de atención, según corresponda, para mejorar la capacidad resolutiva se hace más equitativo el acceso a los medicamentos y su uso racional y, se empodera a la comunidad.
La salud es de todos, como derecho y obligación.
Carta de felicitación del Ministro de Salud a todos los trabajadores del sector en el #DíaMundialdelaSalud
— Ministerio de Salud Pública de Cuba (@MINSAPCuba) April 7, 2020
"Estamos orgullosos de todos ustedes: de cada trabajador de la salud que, sin dudarlo, pone en riesgo su vida para cuidar al pueblo cubano"
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