CAMAGÜEY.- La XVII edición del Festival Internacional Timbalaye se inició hoy en la patrimonial Plaza de los Trabajadores de esta ciudad de Cuba.
Tras un pasacalles por el Centro Histórico de la urbe, reconocido por la Unesco como patrimonio de la humanidad, el evento está dedicado a exaltar la cultura del Congo y su diáspora africana en el Caribe como pilar de la identidad cubana.
El evento, que celebra la resiliencia cultural ante procesos de transculturación, incluyó el panel "Huellas de la Cultura Congo en Camagüey".
La profesora Isel Balibrea destacó que "Camagüey fue gran fuente económica con mano de obra esclava donde predominaban congos, carabalíes y mandingas".
Balibrea explicó cómo estos grupos "crearon cabildos y sociedades de ayuda mutua para adaptarse al nuevo entorno", dejando huella en "la música, danza e incluso en las artes plásticas con artistas como Oscar Lasaye, y en la cultura culinaria desde el quimbombó hasta la miel de abeja".
Roberto Peña, estudioso de las tradiciones religiosas, presentó resultados de investigaciones (2017-2019) sobre "las particularidades de la tradición Palo Monte en Camagüey", destacando que "es clave salvaguardar estas tradiciones que son parte de la formación de la identidad de Cuba".
La también profesora del Instituto Superior de las Artes, enfatizó que "la Universidad de Camagüey tiene su trabajo para la salvaguarda de este legado a través de la Carrera de Gestión del Patrimonio Cultural", y que estudia los asentamientos congos en el Centro Histórico.
Por la tarde, los asistentes visitarán la Casa Templo (Ilé Osha) del Presidente de la Asociación Cultural Yoruba de Cuba en Camagüey, Pablo Hernández, en una experiencia que mostrará las prácticas religiosas vivas de la tradición conga.
La clausura incluirá la entrega del Reconocimiento Timbalaye, una exposición de platos típicos del Congo y el concierto de Rumbatá, dirigida por Wilmer Ferras, en la Plaza del Gallo, cerrando con broche de oro esta celebración.
Yoelxy Pillinier, Presidente del Comité de la Ruta del Esclavo, resaltó que el evento fortalece "el vínculo con la rumba como orgullo del legado de los ancestros", reafirmando el proverbio congo que guía al festival: "Las huellas de las personas que caminaron juntas nunca se borran".
Esta edición consolida a Timbalaye como espacio fundamental para el estudio y preservación de las raíces africanas que conforman el universo cultural cubano, proyectando su identidad hacia el ámbito internacional.