CAMAGÜEY.- Es una amiga incondicional de Adelante, tanto que hace unas semanas no dudó en cantar para nuestro colectivo en la clausura del Coloquio de la Prensa Escrita. Ahora conversa en familia y nos regala la primicia de su peña denominada Confluencias.
La modestia y la ética elevan la altura profesional de Liudmila Pardillo Pagán. El arte conjuga en ella el talento de un alma buena con la laboriosidad de las horas de ensayo y la entrega sobre el escenario aunque solo le toque una canción. En más de veinte años de labor ha sorteado pruebas duras, pero nada la aparta de la música, su camino para conmover y abrazar de corazón.
- ¿Cómo la música ganó el protagonismo de tu infancia?
- Cuentan mis padres que me extasiaba escuchando melodías determinadas. Él era chofer y mi madre farmacéutica, pero tenían de artistas. Me ponía entre ambos para escucharlos cantar. Estaba en proyectos en el círculo infantil, en la escuela primaria donde protagonicé obras de teatro, estuve en coros, algo para retomar pues me sirvió para descubrir mi motivación. Un día, un compañero llegó con la alegría de aprobar los exámenes para la escuela de arte. Lo pedí a mis padres y cogí el primer escalafón en la especialidad de guitarra.
- Hablas con mucho cariño de la escuela de arte, ¿fue fácil?
- La escuela debe apasionarte para que abandones muchas cosas de la infancia. La familia desempeña un rol importante y los profesores también. Tuve una etapa muy bonita. Así quiero agradecer a mis maestros por fomentar ese amor y las ganas de seguir estudiando. Pasé los tres llniveles hasta concluir la licenciatura. La enseñanza artística cubana forma con una visión cultural extraordinaria. Debe reconocerse porque eso impulsa a crear para tu provincia.
- Te recuerdo tocando en la orquesta Santa María Excorde, pero hace tiempo que no te veo con tu guitarra, ¿qué pasó?
- La orquesta de guitarras es un recuerdo permanente. Todos queríamos ejercer como instrumentistas. La idea del proyecto fue de Félix Puig. Hicimos cosas maravillosas. Tuvimos contacto con guitarristas importantes. Pero la vida te pone a escoger. Yo tuve que dejar la guitarra por enfermedad.
- Sin embargo, tu carrera de artista ha seguido con fuerza. ¿A qué atribuyes la confianza de Humberto García en tu voz?
- El bichito de cantar latía en mí. Después de graduada di clases en la Escuela Vocacional de Arte y en el Centro de Superación. Por ese tiempo, Humberto García buscaba una suplente para Musicora, un grupo de experimentación con un abanico amplio. Él descubrió en mí la actitud de vocalista. Algunas personas piensan que salir al escenario con un micrófono en la mano es un ejercicio fácil. Si estuvieran en la piel de un profesional de academia cambiarían de opinión.
- ¿Cuánto implica para ti?
- Ser solista es un compromiso grande. Soy rigurosa conmigo desde la actitud, la relación con el lugar, con los aspectos técnicos como los matices, la forma, la interpretación, el compositor, el estilo. Urgen conferencias que ayuden al solista a ver lo que hace no solo como un relajamiento para la población. Cuando interpretas, creas una obra. Si estudias trasmites mejor la esencia. De ahí nace el “me erizaste”, “me llegó al corazón”. Yo quiero dejar una huella buena.
- ¿Cuál es la canción difícil?
- Ahora se cree que mientras más se grita más se “proyecta”. Es fabuloso quien tiene una amplia tesitura y puede demostrar sus graves y sus agudos, pero muchos cantantes no poseen un registro ambicioso, sin embargo dicen de una manera novedosa, limpia. Todo depende de la capacidad como intérprete. Hay boleros sencillos, en cambio son difíciles para decir. La grandeza está en la sencillez.
- Cuando un tema llega a una canción, ¿vale la pena siempre?
- La letra debe tener una lógica, melodía, armonía. Me gusta la música brasileña. Crecí en la escuela escuchando a Tom Jobim, Elis Regina, Gal Costa..., y también jazz. No desdeño el bolero, el filin. Tampoco me caso con un solo género. Escojo la canción que me toca el corazón.
- Como público tengo el deseo de un concierto tuyo o de otros de nuestros solistas en el teatro Principal y en el Avellaneda. ¿De qué depende eso?
- De la voluntad y el empeño. Lo corroboré con el mío el año pasado en la Sala de Conciertos José Marín Varona. Debemos saber convocar, a pesar de que el territorio minimice a sus artistas. Camagüey tiene buenos artistas, cada uno con su gracia, que pueden llenar el Principal y el Avellaneda. Una siembra una semillita, la riega y recoge los frutos aunque sean tardíos. En la calle las personas me paran para decirme ‘¡ay, me gusta como tú interpretas!’, ‘¿dónde te presentas?’. A quienes comienzan aconsejo no perder la humildad.
- ¿No se ponen celosos en tu casa?
- Mi vida de profesional y personal ha sido compleja. Recuerdo el sacrificio de aquellas noches de trabajo y mi mamá con los niños en casa… Ningún obstáculo te supera cuando andas con amor y por la familia. Yo quiero que mis dos hijos se sientan orgullosos de mí.
- El año pasado recibiste el Espejo de Paciencia…
- Me tomó de sorpresa. El Espejo de Paciencia resulta importante porque es la distinción de mi tierra. En ese momento no pensé en el premio, sino en cuánto me queda por hacer. Vivo orgullosa de ser camagüeyana. Desde aquí llegué al Cubadisco, participé en una compilación musical en La Habana, he trabajado con artistas de renombre, he transitado por Musicora, Maravilla de Florida, Son Entero, Trova Camagüeyana, Soneros de Camacho, las orquestas de Cámara y Sinfónica. Estoy agradecida.
- ¿No es hora ya de tener tu peña?
- Hace tiempo estoy los viernes en Fotograma, los martes en el Casablanca y viernes alternos en el Bar Esperanza. Y sí, para enero o febrero tendré mi peña Confluencias, en la Sala Internacional de la Cerámica Artística. Estoy cocinando el proyecto con el artista de la plástica Oscar Rodríguez Lasseria. Queremos aglutinar las manifestaciones del arte, alumnos de la enseñanza, solistas, a todo el que ayude al desarrollo social y cultural de la comunidad. Podré hacer las cosas a mi gusto y sentirme más plena.
Otras pistas de su carrera
1997: Premio Gauldin Tulip Caracol junto a Musicora.
2000: Gira con Musicora por Alemania, Francia y Austria.
2002: Primera Mención en el Festival Boleros de Oro, Camagüey.
2003: Primer Premio en el Festival Boleros de Oro.
2004: Primer Premio en el Festival Boleros de Oro.
2005: Gran Premio Cubadisco dedicado a la mujer en la música. Diploma de Joven Laureada del ISA.
2007: Grabación del disco Mujeres en la música, con el sello Colibrí.
2012: Reconocimiento en Evento competitivo La isla de las mil cuerdas.
2015: Reconocimiento Mano de mujer.
2019: Distinción Espejo de Paciencia, la réplica del Teatro Principal y reconocimientos de la Universidad de las Artes, la Uneac, el Proyecto eJo, el Centro del Libro, el de la Música y Cultura.