CAMAGÜEY.- En el vasto tapiz de la historia cubana, emergen figuras cuya pasión y dedicación iluminan nuestro pasado. La Dra. Kezia Sabrina Henry Knight es un claro ejemplo de perseverancia y amor por el conocimiento. Su incansable compromiso con la investigación ha dejado una huella imborrable en el estudio de nuestra cultura y sociedad, desde sus inicios en Guantánamo hasta sus logros académicos en La Habana.

¿Cómo fueron sus inicios en su campo de estudio?

—Nací y me crié en la ciudad de Guantánamo. Cursé la primaria, la secundaria y el preuniversitario allá. Luego estudié en la Universidad de Oriente, donde me gradué en 1991. En 1994 me trasladé a La Habana tras casarme con mi actual esposo. Hice mi maestría en el Centro Guillén, aunque el título lo otorgaba el Instituto Superior de Arte de La Habana. En el 2000 obtuve mi máster en Cultura Latinoamericana. Más tarde, entre 2006 y 2009, cursé otra maestría en el mismo campo. Posteriormente, inicié mis estudios doctorales en la Universidad de Camagüey, pero me trasladé a La Habana, donde finalicé mi doctorado en Ciencias Sociológicas en 2020, en la Facultad de Historia, Filosofía y Sociología. Estudié varios posgrados en instituciones como el Instituto de Antropología de La Habana y la Universidad de Camagüey. Finalmente, en 2022, realicé un estudio postdoctoral a distancia, gracias a una beca en una universidad internacional de los Estados Unidos.

¿Qué la llevó a especializarse en esta área?

—Cuando era adolescente, veía mucho un programa de televisión cubana llamado Andar La Habana, que se transmitía los miércoles o jueves, no recuerdo bien. Siempre lo esperaba con ansias, me encantaba escuchar a Eusebio Leal explicar el patrimonio de La Habana. Su sabiduría y esa mezcla de sencillez con profundo conocimiento me impactaron. Un día le pregunté a mi hermana mayor: '¿Qué estudió él?' Ella me respondió: 'Historia del Arte'. Y supe que eso era lo que quería estudiar.

¿Cuál ha sido el mayor desafío que ha enfrentado en su carrera?

—Definitivamente, la maternidad. Me sentí tan feliz cuando tuve a mi primera hija que decidí: ‘La crío yo’. Cuando mi niña tenía 11 meses, quedé embarazada nuevamente, así que al poco tiempo tenía dos hijos pequeños: Kezia Cintia, nacida en 1995, y Elías. El mayor reto de mi carrera fue darle una pausa a mi desarrollo profesional para dedicarme a ellos. No retomé mi carrera hasta que mi hijo varón empezó el preescolar.

¿Cómo equilibra su vida profesional y personal?

—Es complicado. Desde que nacieron mis hijos hasta hoy, aunque ya son adultos, incluso casados y ambos médicos, siempre ha sido difícil equilibrar lo profesional con lo personal. Además de ser profesional, soy esposa, ama de casa, cocino, limpio… y a la vez, tengo que dedicarme a la lectura, la investigación, la escritura y participar en eventos. Lograr ese equilibrio ha sido uno de los mayores desafíos.

¿Qué hobbies o actividades disfruta fuera del trabajo?

—Me gusta mucho ir a la iglesia. Para mí, los domingos son mi oasis. Más que un hobby, es una necesidad. También disfruto de la lectura y el canto, ya sea en mi casa o en la iglesia. No soy una persona muy dada a la farándula, prefiero la tranquilidad de la iglesia, escuchar cánticos, las alabanzas, leer la Biblia. Son cosas que necesito para mantener el equilibrio en mi vida.

¿Qué la motiva a seguir investigando y trabajando en su área de especialización?

—Me interesa investigar sobre los grupos subalternos, aquellas capas populares a las que la historia oficial no les ha dado voz: esclavizados, cimarrones, pobres, trabajadores. Estas personas, que no aparecen en los libros de historia, pero han aportado mucho, son fundamentales para mí. Quiero que se conozca todo lo que hicieron por la justicia social, por las prácticas educativas, artísticas y sociales. Eso es lo que realmente me motiva: sacar a la luz sus historias y contribuciones.

La Dra. Kezia Sabrina Henry Knight enriquece nuestro conocimiento sobre la cultura y la sociedad cubana, y también honra a quienes han sido olvidados por la historia oficial. Su incansable dedicación al estudio de estos protagonistas invisibles es un valioso aporte a nuestra comprensión del pasado y sus luchas.