CAMAGÜEY.- La 9na Edición de jornadas Arte Cómic presenta una variedad de sesiones teóricas en el Centro de Convenciones Santa Cecilia, todas ellas relacionadas con las características estéticas y artísticas del evento. Una de estas sesiones sirvió de espacio para la conferencia del joven periodista habanero Darío Alemán Cañizares, que tenía como título: Superhéroes, de cómo quitar y poner la máscara.

Darío inició su disertación comentando el auge tremendo que ha cobrado la industria de las historietas de manera internacional, y se enfocó en los orígenes del género de los famosos superhéroes a través de la historia. Analogías con los mitos clásicos y los personajes de ficción (el semidios Hércules y el héroe Superman) o los sucesos históricos (la Segunda Guerra Mundial y la creación simbólica del Capitán América) fueron elementos que trabajó desde su conocimiento sobre un medio que no pocos bautizan como el noveno arte.

-¿De qué manera te inicias en el mundo del cómic?

-Desde niño, y sobre todo por influencia familiar, he sido consumidor y aficionado de las historietas. Durante mis estudios en la facultad de Comunicación en La Habana, me fui interesando por la historia comunicativa ligada a los cómics. Algunas asignaturas, como Teoría de la Comunicación, me ayudaron a ver la relación entre la transmisión de mensajes y la narrativa y estilos del cómic: Maus es un cómic alternativo estadounidense que refleja casi como una crónica periodística la vida de los judíos polacos durante el Holocausto, o la tan conocida superheroína Mujer Maravilla en sus inicios fue una imagen subliminal de movimientos feministas. Entonces empecé a escribir trabajos investigativos sobre el tema para algunos medios especializados, como las revistas A Pulso o Cachivache Media. Ahora estoy recién graduado de la carrera de Periodismo y continúo publicando como un apasionado más del medio.

-¿Cómo llegaste a la 9na. Edición de ArteCómic?

-Llegué a Camagüey por una invitación de Alfredo Fuentes, Presidente del Comité Organizador del evento. Le resultaron interesantes algunos textos míos publicados en la revista CubaLike que tenían como foco las historietas y sus temáticas adyacentes. Coordinamos que mi conferencia fuera específicamente del género superheroico porque es precisamente de lo que más he publicado y nuestros puntos de vista sobre el tema eran realmente afines.

-¿Qué panorama encontraste en este evento?

-Esta 9na edición ha sido muy interesante, porque normalmente los investigadores de la historieta estudian el fenómeno desde una óptica global (dígase cómic de superhéroes, novelas gráficas, etc.). Pero considero que sigue faltando análisis hacia nuestra producción nacional, es necesario encontrar historietistas jóvenes, ver qué es lo que hacen, intercambiar con ellos y entender cuáles son sus intereses, de qué están viviendo, en qué plataforma publican sus obras, cuáles son las trabas que tienen para dicha publicación. Todo esto otorga un bagaje sobre cuál es el camino para hacer que la historieta en Cuba se desarrolle y también para, desde un punto de vista comunicológico, conocer cuáles son los procesos sociales que están acompañando a este auge del cómic en el país. Y aquí en ArteCómic es precisamente eso por lo que se trabaja y lo que se consigue durante cada jornada.

-A tu parecer, ¿cuál es el estado actual del consumo de la historieta en nuestro país?

-El consumo en Cuba está en aumento, pero sobre todo el consumo de productos foráneos, que despierta como tendencia gracias a las adaptaciones de estas historias al formato del cine, o la accesibilidad a internet que te permite descargar cómics digitales. Por desgracia, hay un déficit en el consumo de la historieta cubana, sobre todo porque está creativamente limitada a ciertas temáticas preestablecidas por las editoriales, y eso es un freno importante para la creatividad del artista. No podemos obviar la escasez económica desde el punto de vista infraestructural, por ejemplo, en la falta de papel. Son estos dos de los fenómenos que atentan contra el consumo de los cubanos sobre su propia historieta, una que guarda una potencialidad inmensa y un talento por descubrir.