Foto: Leandro Pérez Pérez/Adelante

CAMAGÜEY.- Si años atrás me hubieran dicho que abordaría este tema me habría sonreído. En nuestra sociedad, pese a los ingentes esfuerzos porque sea cada vez más culta y preparada, aún persisten reminiscencias del pasado, y el machismo no escapa a estas, pero como la vida cambia a pesar de los pesares la situación es otra, por eso llegué a la Dra. Arcilia María Artola Silva, especialista en Medicina General Integral (MGI) y en Psiquiatría.

Ella labora en el hospital psiquiátrico René Vallejo, de esta ciudad, es Máster en Psiquiatría Social y en Longevidad Satisfactoria, y Profesora Asistente; quien con mucha amabilidad utilizó un poco de su limitado tiempo para atendernos y hacernos entender cuestiones relacionadas con la disfunción sexual, un asunto del que todos hemos oído hablar alguna que otra vez, pero no siempre abordado sin prejuicios.

La disfunción sexual consiste en la incapacidad que tiene una persona de disfrutar una relación de este tipo a pese a tener todas las condiciones para conseguirlo, como son: las materiales, las físicas, el sitio, las de sentir amor; puede presentarse durante cualquier etapa del acto sexual (que incluye deseo, excitación, orgasmo y resolución) que impide al individuo o pareja de su pleno disfrute, según nos comentó la doctora Arcilia.

Estas se clasifican en: dificultades en la atracción y deseo, en aquella persona que no siente apetito sexual aunque no presente una enfermedad que se lo provoque, ame a su pareja y se sienta atraído por ella. Tenemos el rechazo sexual, en los casos en que siente la avidez y al unísono, repulsión ante el acto.

¿Es más frecuente en hombres o en mujeres?

—Este problema se encuentra lo mismo en mujeres y en hombres. En el sexo femenino mediante dificultades en el deseo, la excitación, el orgasmo y la dispareunia —coito doloroso tanto en mujeres como en hombres, aunque en estos últimos menos frecuente— y se define como dolor o molestia antes, después o durante la unión sexual; las dificultades con la lubricación vaginal, y el vaginismo —dolor al contacto sexual por dificultad en los músculos—, y falta de orgasmo; en el masculino, las dificultades en la erección y en la eyaculación cuando es precoz, fundamentalmente, porque no son las únicas.

¿Qué quiere decir con no orgánica?

—Nosotros nos encargamos de la parte psíquica y al detectarse un daño orgánico se acude a otros especialistas.

Antes escuchábamos hablar de frigidez en la mujer…

—Ese concepto se abolió, se trata como falta de lubricación vaginal, tanto en las más jóvenes como en la edad de la menopausia por ausencia de hormonas.

Cualquiera tiene un tropiezo en el contacto sexual, pero, ¿cuándo la persona o la pareja debe comenzar a preocuparse e ir al médico?

—Al convertirse en un suceso prolongado. No está definido un tiempo límite, este se percibe al producirse desagrado en la pareja. Por ejemplo, en el caso de la disfunción sexual eréctil, en una ocasión el hombre puede que no consiga la erección por varios factores, como que no le guste la pareja, el ambiente no sea el adecuado, esté preocupado, haya habido alguna discusión entre ellos antes y eso no significa que deba asistir al médico; si por el contrario, es continuamente, se repite, sí debe ir.

¿Cómo y a qué médico acudir?

—Son varios los caminos. Abrimos una consulta de sexualidad todos los lunes en el hospital psiquiátrico René Vallejo, a las 8 y 30 de la mañana. También pueden dirigirse a su médico de familia quien le indicará qué hacer, pues en ocasiones resuelven en la consulta de Psicología del área de Salud.

¿Cuáles son las causas que originan este padecimiento?

—Múltiples. Dentro de nuestra especialidad las vamos descartando, a veces nosotros tenemos que diagnosticarlo y en otros casos la pareja lo dice porque conoce el porqué le sucede, pero no sabe cómo remediarlo.

“Entre estas encontramos una mala educación sexual, las niñas que han sido violadas o sufrieron de abuso lascivo, algo que puede pasar en los varones, pero se ve más en las mujeres, o las primeras relaciones hayan sido muy traumáticas, a edades tempranas, sin conocerse bien la pareja, sin sentir amor, en época de estudiante las realizan en lugares públicos y de manera rápida para no ser vistos, cosas así originan con frecuencia la eyaculación precoz, se acostumbran a esa rapidez, se hace un hábito.

“No podemos olvidar las causas sociales, como: viviendas compartidas por varios integrantes de la familia, falta de ventilación en las habitaciones, niños que duermen en las mismas piezas de sus padres”.

De todas maneras a ustedes les llega un número de casos mayor por una causa que por otra…

—Desde luego. La disfunción sexual eréctil es la más asistida, el hombre va solo, sin su pareja. Todavía tropezamos con tabúes alrededor del tema y les da pena, o no tienen una compañía estable; sin embargo, otros nos llegan por equivocación. Atendí a una pareja porque él pensaba que padecía de eyaculación precoz y ella no tenía ese criterio, se sentía satisfecha.

“Los más atendidos son los hombres mayores de 60 años por disfunción sexual eréctil. También de cuarenta y tantos años; y las mujeres por falta de orgasmos, casi siempre jóvenes, y los varones en plena juventud debido a la eyaculación precoz, en ese orden”.

¿Si la iniciación sexual ocurre en edades muy tempranas, puede provocarse alguna disfunción en este sentido?

—Claro. No están preparados, no se conocen, ni siquiera sienten amor. Se ven, salen y pueden enfrentar una eyaculación precoz, una anorgasmia, y pese a que no es el tema igual al embarazo en la adolescencia. Queman etapas, no transitan por esa época tan bonita del noviazgo.

Imaginemos que la persona ya está en consulta, ¿resuelve su problema?

—Sí, porque es funcional o psíquico, no por daño orgánico.

En estas consultas siempre digo que no mencionamos medicamentos, pero, ¿aplican algún tratamiento que no los lleve implícito?

—Sí, tanto en parejas como solos. Cada caso requiere de su método, no tenemos una fórmula para todos por igual. Entre los que orientamos hacerlo en pareja está la disfunción sexual eréctil, o sea, se mandan a “noviar” por una semana a la antigua, como regalarse flores, ir a ciertos lugares, decirse cosas lindas, todo esto sin penetración ni siquiera tocarse las zonas erógenas; en la segunda semana pueden llegar a juegos sexuales, tocarse y siguen sin penetración; ya en la tercera, después de ese preámbulo agradable pueden terminar con la penetración.

“Ofrecemos servicio a personas de la tercera edad, piensan que pueden seguir de la misma manera que cuando eran más jóvenes, y no es así, en esta etapa de la vida hacen falta muchas más caricias, besos, una linda comunicación en todos los sentidos.

“Contamos con un medicamento que se toma 30 minutos antes del acto sexual, pero no es una píldora milagrosa, ese hombre no puede andar en ese tiempo de un lado a otro y llegar y ya, no, las caricias son necesarias...

“En el caso de la eyaculación precoz —aparece rápidamente de una forma inevitable e inoportuna—, indicamos ejercicios en pareja, y la anorgasmia en solitario y en pareja. En estos casos comprobamos falta de educación sexual, el orgasmo casi es aprendido, cada persona debe saber cómo se siente mejor, es único y cada quien lo siente a su manera para llegar al clímax y saber qué desea, no es que la hembra deba complacer al varón, no, eso es mutuo, ser consciente de su propio cuerpo y sus respuestas sexuales es algo fundamental para que se produzca”.

¿Los jóvenes no usan ese medicamento?

—No debían; sin embargo, lo consiguen y lo utilizan.

Pero si ellos no tienen problemas con la erección…

—Las tabletas son un vasodilatador potente, se alarga el tiempo de la erección, el rendimiento.

¿Puede causarles daños?

—Por supuesto, les puede provocar presión arterial elevada, algo muy peligroso en los jóvenes. No conviene tomar medicamentos sin prescripción médica, ese es un principio que no debemos quebrantar.

Si la causa está vinculada con esos problemas sociales referidos a las viviendas y habitaciones compartidas por muchos, cuestiones que no se resuelven de ahora para ahorita, ¿qué hacer?

—Se indican variantes como buscar un horario en que los niños estén en la escuela, por ejemplo, son orientados para que lo cotidiano no los aburra, no lleven una vida tan rígida, ir a otros sitios. La pareja necesita un tiempo y tiene que buscarlo y encontrarlo.

¿Es normal la masturbación?

—Totalmente. Tanto en el varón como en la hembra. Si lo hace conoce su cuerpo y sabrá guiar a su pareja. Lo que no sería adecuado es que ese acto llegue a constituir una compulsión, que lo haga continuamente, o en el caso de los hombres en lugares públicos.

¿Puede suceder que alguien llegue al psiquiatra y sea remitido a otro especialista?

—Sí. De hecho esta consulta es multidisciplinaria porque se descarta si la dolencia es por una razón orgánica.

Causa orgánica, ¿cómo?

—La diabetes mellitus, la edad menopáusica, insuficiencia venosa en los hombres, entre otras.

De comprobarse que padece algunas de estas u otras causas, ¿qué hacen?

—Lo remitimos al especialista que corresponda.

¿Sienten que el paciente se va satisfecho?

—Cómo no y después lo seguimos por un tiempo. El interesado tiene que poner de su parte, en casi todos los pacientes se necesita de psicoterapia.

¿Cree que en Cuba las personas acuden al médico por este fenómeno de manera desinhibida?

—No, estamos seguros de que son más las disfunciones sexuales en la calle, sin atención médica, que las atendidas; no obstante, si asistieran resolverían su problema. El obviarlo los hace infelices, sienten pena esa es una realidad y el machismo está. Algunas veces orientamos la masturbación, sobre todo a la mujer y refiere que le da asco, cómo sentir asco de una misma y eso es real. Falta cultura del asunto y ese es un freno.

¿Una recomendación?

—Sobre todo a los adolescentes decirle que antes de las relaciones sexuales, primero conocerse a sí mismo, llegar a practicarlas por amor y que debe ser con protección, así las preocupaciones disminuyen, y propiciarse en un ámbito adecuado. No consumir medicamento si no lo necesita y está indicado por su médico; si presenta algún conflicto que no se apene, acuda al especialista y seguro saldrá adelante y feliz.

“Y para todas las edades decirles que el amor es como un jardín, si no se riega, muere”.