La enseñanza artística en Camagüey, con 57 años de historia, es mucho más que una estructura institucional: es la posibilidad real de que niños y adolescentes con talento encuentren un camino para crecer en el arte, y de que el país siga formando creadores y pedagogos en medio de tiempos complejos. Tres escuelas sostienen hoy ese empeño y, con ellas, se preserva una tradición que coloca al arte como pilar de la vida social y cultural, y como una de las fortalezas del sistema educacional cubano.

Estudiantes de la Escuela Vocacional de Arte Luis Casas Romero, a través del proyecto músico danzario Eva Dance Music, participan en París, en el intercambio cultural que promueve la Asociación Cuba Cooperación Francia (CubaCoop).

La ciudad y la danza tienen algo en común. Es el movimiento. Y Camagüey y el ballet convergen en esa terquedad con que desafían las leyes del cuerpo. Basta mirar los vericuetos de plato roto que simulan las calles, para comprender esa resistencia a lo ordenado. Los bailarines clásicos desafían la gravedad para tocar el cielo.

Con una matrícula de 682 estudiantes abrió el curso en las tres escuelas de arte del territorio destinadas al nivel elemental y al medio, con una cobertura regional, principalmente para provincias del centro y del oriente de Cuba.

Más de 640 niños, que en su mayoría residen en la región de Ciego de Ávila a Guantánamo, retomaron hoy sus clases en tres prestigiosas escuelas de arte de la ciudad de Camagüey.

El Festival de las Artes culminó hoy en el Teatro Avellaneda, de esta ciudad, una sala tan repleta que no alcanzaron asiento todos los pioneros de centros de primaria de la enseñanza general. Ojalá pasara siempre.

Unas 13 000 personas han visitado en menos de un mes El Circuito. Esa cifra tiene un alto por ciento de los que repiten y el porqué no cuesta averiguarlo, solo llegar hasta el atractivo espacio de la calle Ignacio Agramonte.