Mi gato Satélite, Trucutú, el perro espeleólogo, Pancho, el león del Casino Campestre, y otros personajes de todas las especies que nos han acompañado en historias ciertas o fabuladas, han de agradecer desde sus corazones salvajes, y no tan salvajes, el recién promulgado Decreto-Ley que en Cuba interesa el bienestar animal y hace justicia a quienes la humanidad debe mucho de su dominio sobre la Tierra.