• El querequeté

    En la madrugada, cuando el silencio parece apoderarse del centro histórico de Camagüey, una ráfaga de alas irrumpe en el aire y un sonido breve, repetitivo, lo llena todo: quere–queté, quere–queté. No lo veo, pero sé que está ahí. Desde hace días lo escucho. En el corazón mismo de la ciudad.