Conectar los tantos años de épica revolucionaria ya vividos, con las actuales generaciones de cubanos, es uno de los más grandes desafíos a la supervivencia del proceso que más ha transformado la nación antillana y un poco más allá. Que la mayoría siga construyendo, amando y creyendo en esa obra humana e imperfecta por empinado y difícil que sea el camino es el desafío perenne de esa gran obra de amor que es la Revolución.