A 88 años del ciclón del 9 de noviembre de 1932, todavía estremecen los testimonios de aquella dolorosa jornada que no se ha repetido luego de que, con la Revolución y el previsor sistema de Defensa Civil, los cubanos aprendiéramos a convivir con los huracanes y el Estado pusiera en primer lugar la vida de los suyos.