La consulta de dermatología del hospital clínico quirúrgico Amalia Simoni, de esta ciudad, es un hervidero. Allí los estudiantes de Medicina reciben clases, los residentes de la especialidad igual, cada cual de acuerdo con lo previsto, pero por sobre todas las cosas los necesitados confían y se ven curados, quizá hasta cuando no lo creyeron posible.