Con la denuncia de los males que hacían agónica la situación de la República neocolonial, de manera clara y precisa se exponían en el histórico documento los detalles del momento histórico en que se convocaba a todos los patriotas para apoyar el nuevo propósito.
"Ante el cuadro patético y doloroso de una República sumida bajo la voluntad caprichosa de un solo hombre, se levanta el espíritu nacional desde lo más recóndito del alma de los hombres libres. Se levanta para proseguir la revolución inacabada que iniciara Céspedes en 1868, continuó Martí en 1895 y actualizaron Guiteras y Chibás en la época republicana. En la vergüenza de los hombres de Cuba se asienta el triunfo de la Revolución Cubana.
Ante la arrogancia desafiante de la dictadura y el conciliábulo y la componenda ridícula de los políticos destacados, se levanta la vergüenza inquebrantable del pueblo cubano en la decisión unánime de reconquistar su Constitución, sus libertades esenciales y sus derechos inalienables, pisoteados sin tregua por la usurpación traicionera".
En el propio Manifiesto, evocando a la figura del Mayor General Ignacio Agramonte, quien en 1871, al quedar con un reducido número de hombres y unas pocas armas asegurara que contaba con la vergüenza para ganar la guerra, se afirma que "... en la vergüenza de los hombres de Cuba está el triunfo de la Revolución Cubana. La Revolución de Céspedes, Agramonte... de Maceo... de Martí... de Mella y de Guiteras, de Trejo y Chibás. La Revolución que no ha triunfado todavía. Por la dignidad y el decoro de los hombres de Cuba, esta Revolución triunfará".
Esta generación tenía el propósito de rescatar los ideales de José Martí en el año del Centenario de su natalicio, de ahí que también quedaba plasmado en el Manifiesto que la trascendental efemérides, "...culmina en ciclo histórico que ha marcado procesos y retrocesos paulatinos en los órdenes político y moral de la República: la lucha sangrienta y viril por la libertad e independencia; la contienda cívica entre los cubanos para alcanzar la estabilidad política y económica; el proceso funesto de la intervención extranjera; las dictaduras de 1929-33 y de 1934-44; la lucha incansable de los héroes y mártires por hacer una Cuba mejor..."
En once aspectos de igual importancia se declara a la Revolución libre de trabas e influencia extranjera, de las ataduras del pasado corrupto, respetuosa de los derechos a la integridad ciudadana, decidida a situar a Cuba en un plano superior en el orden económico, político y social, tanto en el orden interior como en el exterior; así mismo abogó por el respeto a las naciones de América, a los obreros y estudiantes, a la Constitución de 1940....
"... reconoce y orienta los ideales de Martí, contenidos en sus discursos, en las Bases del Partido Revolucionario Cubano, y en el Manifiesto de Montecristi; y hace suyos los Programas Revolucionarios de la Joven Cuba, el ABC Radical y el Partido del Pueblo Cubano (Ortodoxo)..."
Finalmente el Manifiesto del Moncada abraza a los que saben amar y fundar y desprecia a los que odian y deshacen, asegurando que: "... fundaremos una República nueva, con todos y para el bien de todos en el amor y la fraternidad de todos los cubanos... la Revolución se declara definitivamente, recogiendo el sacrificio inconmensurable de las presentes generaciones, y la vida en bienestar de las generaciones venideras..."
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