Foto: De la autoraCAMAGÜEY.- Enia Ronquillo Árias ya tiene 77 años, ella vino al mundo en el ya lejano 1940, que pertenece a otro siglo y también, por suerte, a una realidad política que ya es historia en Cuba.
“Yo nací en el municipio de Najasa, en una finca llamada La Punta. Tenía 4 años y un día me subí a una ventana de la casa, allí con un alambre me hice una herida en el ojo izquierdo. Mi papá rápidamente me trajo para Camagüey, para la clínica de emergencias que estaba donde es hoy la clínica estomatológica de Pino 3 en la calle Cisneros.
“Allí nos recibió el doctor Grave de Peralta y como mi papá no tenía dinero para pagar la atención médica él dijo que debía recaudar 50 cédulas electorales, lo que hoy en día son las boletas. Imagínese, de dónde mi papá iba a sacar en aquel momento 50 cédulas, si además éramos de Najasa.
“No sé si por suerte o por desgracias, y usted va a entender por qué digo eso, mi padrino asumió el pago del tratamiento. Entonces me operaron, le puedo decir que recuerdo como hoy que aquel doctor me echó una gota de algo en el ojo que me ardió tanto, pero tanto…. que me oriné en la camilla. Yo sentía que me quemaba, y en efecto así fue, el ojo se me puso blanco y cuando me llevaron con otro doctor supimos que primero no tenían que haberme operado y segundo lo que me había echado Grave de Peralta en el ojo me lo quemó, por su culpa me lo tuvieron que sacar, yo era solo una niña.
“Cuando triunfó la Revolución tenía 19 años, pero nunca había podido ejercer el derecho al voto, como tampoco mi madre, ni ninguna de las mujeres de Cuba porque nosotras antes del 1ro de enero de 1959 no teníamos ese derecho.
“Lo mejor que le pudo pasar a este país fue que triunfara la Revolución de Fidel. Por ejemplo yo sé que no habría perdido el ojo si hubiese nacido en la Revolución. Por eso no lo pensé dos veces y junto a mis hermanos transporté armas y papeles en mis sayas, puse banderas y colaboré en todo lo que pude para que cambiara la realidad de este país, mucho palo que vi dar a la policía y a la guardia rural.
Hoy yo ejercí mi derecho al voto, pertenezco al Colegio Electoral Número 5 que radica en la escuela primaria Pepito Tey, de la circunscripción # 150 del reparto Julio Antonio Mella, y como usted vio me trajeron la boleta a la casa porque tengo una condromalacia de rodilla bien seria y no puedo caminar. Este es el primer año en que no participo en el colegio por mis problemas de salud y es el primero también que vamos a las urnas sin Fidel, sin nuestro Fidel y eso es muy duro para nosotros. El Comandante lo extrañamos tanto, en los ciclones, en todo…” Así cerró nuestra conversación Enia, porque con un nudo en la garganta no se puede hablar.