CAMAGÜEY.- Tal parece que un estornudo o el roce de una mosca pudieran apagar medio país, cuando cuatro veces en la semana el Sistema Electroenergético Nacional se ha visto afectado en la zona centro-oriental. Pero la ecuación no es tan fácil como se pinta y entre el enredo de cables y números que supone explicarla, pudiéramos empezar por el diseño de nuestro SEN.

EL LAZO

Antes del triunfo de la Revolución no existía un sistema electroenergético, funcionaban microsistemas aislados, por lo que algunos lugares recibían electricidad solo en determinadas épocas del año, sobre todo en tiempos de zafra.

El que tenemos hoy es uno solo, configurado como un lazo entre las distintas provincias y zonas, interconexiones formadas por líneas que tienen una tensión de 110 y 220 kilovoltios.

Sin embargo, la culpa no es de la vaca y mucho menos del lazo, pues este proporciona la gran ventaja de abastecer con corriente eléctrica a territorios donde no existe generación, transfiriéndola mediante las líneas de transmisión.

Las principales fuentes de generación en el país son las ocho termoeléctricas (CTE), junto a la generación distribuida (por motores diésel y fuel oil) y las fuentes renovables (sistemas eólicos, fotovoltaicos y pequeñas hidroeléctricas).

¿DÓNDE SE HACE EL NUDO?

El asunto comienza a enredarse en el punto donde falta generación eléctrica. La obsolescencia tecnológica de las “termos”, con más de 30 años de explotación y una vida útil extralimitada gracias a la inventiva de nuestros técnicos e ingenieros, coloca al país frente a una situación de déficit de generación.

Las CTEs funcionan quemando crudo cubano, petróleo con alta concentración de azufre que provoca corrosión en las calderas. De ahí que frecuentemente escuchemos: tal unidad está parada por avería o determinado problema en la caldera. A pesar de ello, ese “nudito” sobre el cual nuestras universidades y profesionales teorizan sin descanso para perfeccionarlo, nos brinda soberanía ante la problemática de comprar petróleo en el mercado internacional y transportarlo a un país bloqueado.

El bloqueo ha sido impedimento para la importación de recursos, equipamiento y piezas de repuesto, lo cual ha agudizado una crisis electroenergética que ha conllevado, además, violar ciclos de mantenimiento y regular la demanda para bajar el consumo.

La demanda resulta una fotografía de la energía que requiere determinado territorio, un valor instantáneo que puede cambiar de un segundo a otro. El consumo, en cambio, consiste en la energía utilizada durante un período de tiempo. La demanda alcanza sus momentos de clímax en los llamados horarios picos, los cuales pueden variar según el día, la época del año, el control o ahorro y otros factores, pero generalmente tienen lugar durante los lapsos de 11:00 a.m. a 1:00 p.m. y 5:00 p.m. a 9:00 p.m aproximadamente. Durante el verano, por ejemplo, la cantidad de personas en casa crece, se realizan más actividades que requieren energía eléctrica, se ve más televisión, se usan con mayor frecuencia los equipos de refrigeración y todo ello lleva a un pico de alta demanda casi imposible de bajar.

Lo que sucede cuando la generación eléctrica no satisface esa demanda, deviene casi un lema que nos sabemos de memoria, sobre todo por el impacto social negativo de su solución: el apagón. Esta, lamentablemente, es la forma que tiene el sistema de protegerse ante la imposibilidad de brindar corriente.

 

LAS CAÍDAS DEL S.E.N

No fue una mosca o un estornudo, pero sí se apagó la región centro-oriental cuatro veces esta semana. Las aperturas o caídas del sistema, también conocidas como black out, “pueden ocurrir por diversas causas: climáticas (fenómenos previstos como huracanes, maremotos, tormentas), por avería, por errores humanos en la operación del sistema y por otras causas naturales y climáticas imprevistas como algunos incendios forestales”, explica Juan Carlos Lacaba Jofre, director del Centro integral de atención al cliente de la Empresa Eléctrica de Camagüey.

La generación eléctrica actualmente es más fuerte en Occidente. Allí está concentrada la mayoría de fuentes generadoras, por el desarrollo industrial de la región. Además, varias unidades de las termoeléctricas orientales se hallan fuera de servicio por mantenimiento necesario o avería. Por lo tanto, si hay poca generación en Oriente, el sistema enlazado debe transferir carga eléctrica desde la zona occidental hacia el este cubano, como sucede ahora.

“¿Qué está ocurriendo en el sistema a partir de la falta de generación? Esas líneas de 220 kV concebidas para interconectar las grandes plantas y las partes del sistema entre sí y que no llevan normalmente altas transferencias de potencia, hoy sí las tienen; por lo que cualquier avería en ellas, puede desestabilizar el sistema en su conjunto”, explica el Dr. C. Santiago Lajes Choy, rector de la Universidad de Camagüey Ignacio Agramonte e Ingeniero eléctrico.

Si una persona practica la halterofilia y sus doctores y entrenadores establecen como el límite de su capacidad física 40 kilogramos, ¿qué ocurre cuando comienza a levantar 60? Deberá hacer un esfuerzo mayor a su capacidad y esto desembocará en un problema médico.

Así sucede con el SEN, el cual se está esforzando más de lo que puede por la falta de generación y esto termina en marchas asincrónicas y en formas de protección automática, como los llamados D.A.F (disparos automáticos de frecuencia). Estos tienen lugar cuando la frecuencia, algo así como la presión arterial del sistema, llega a valores mínimos permisibles y se pone en peligro la estabilidad del sistema en su conjunto; por lo tanto necesita liberar carga hasta que se pueda recuperar la potencia de generación perdida o afectar el servicio. Ocurren generalmente por salida de máquinas, apretura de líneas de transmisión o entrada brusca de carga.

“A todo ello se ha unido la sequía que nos ha golpeado duramente este año y han proliferado los incendios --agrega Lajes Choy. Al existir fuego bajo las líneas de 220 kV, ocurre un sobrecalentamiento y producción de determinadas partículas que ionizan el aire, lo cual genera una situación de avería en la línea y se dispara. Hasta que no cesa el incendio, no se puede calentar la línea y volver a la transmisión”.

Aunque no debieran existir, cercanos a las líneas, elementos desencadenantes de estos eventos, es necesario aún ser más sistemáticos en el cuidado de las trochas, esas zonas limpias de hierbas, árboles y factores que puedan aumentar el incendio forestal, junto a la sequía.

La otra causa de las caídas del SEN informada por la Unión Eléctrica resultó un error humano en la operación de la subestación de Matanzas, suceso que aunque puede existir porque “errar es de humanos”, conlleva análisis e investigaciones más pertinentes, más aún en un país donde se libran importantes batallas contra la crisis electroenergética.

¿Habían ocurrido estos problemas antes? Sí ¿Por qué ahora se apaga parcialmente el país? Por la falta de generación en un sistema pesista que necesita levantar pesas superiores a su capacidad física actual.

 

LAS ISLAS

Ante las aperturas del SEN, este se vuelve a levantar a través de la activación de sistemas de generación aislada, las llamadas “islas”. En el caso de Camagüey, cuando se enciendan, deberán calentar las líneas y llegar hasta la termoeléctrica 10 de Octubre, que una vez arrancada permitirá brindar energía mediante una distribución por circuitos.

En la provincia, existe la posibilidad en varios puntos del territorio, como Guáimaro, Florida, Imías, Camalote, Santa Cruz del Sur, Siboney y la Universidad en el municipio cabecera. Sin embargo, una sola de las islas resulta efectiva, por la obsolescencia tecnológica que presentan los equipos. Por ello solo se puede activar la cercana a la Casa de Altos Estudios agramontina, con dos baterías de generación por diésel y fuel oil.

“Hay que destacar --señala Lacaba-- la labor de los profesionales de nuestra Empresa, reconocidos a nivel nacional por la efectiva y oportuna gestión de los llamados black out, incluso con alertas y asesoría al resto del país, pero recuperarse de un suceso así no es instantáneo, lleva horas de esfuerzos. Cuando se informa que ya está energizado el sistema, no significa que ya todos tendremos corriente, sino que poco a poco se restablecerá por circuitos”.

Los circuitos se dividen por categorías teniendo en cuenta la importancia social y económica de los mismos, con prioridad para hospitales, los sitios donde vivan pacientes acoplados a equipos médicos, industrias y otros centros relevantes.

En el siguiente audio, Juan Carlos Lacaba explica cómo se gestiona una situación de black out desde la provincia:

 

 ¿CÓMO ABRIR UN POCO EL NUDO?

El problema no se va a resolver fácil; no obstante, algunas soluciones pueden reducirlo. El sistema de generación flotante que será trasladado a la central termoeléctrica Antonio Maceo, Renté, ayudará a aumentar la generación para abastecer las provincias orientales. La patana proporcionará 240 MW, pero requiere abastecerla de combustible diésel y un sistema de transportación e infraestructura óptimas para su funcionamiento.

“Para minimizar las afectaciones las estrategias previstas son el traslado de la patana, la entrada de Felton al sistema y el ahorro en el sector residencial y estatal”, afirma Lacaba.

Fortalecer el debilitado SEN no constituye tarea de un día, ni de un año, es asunto de inversiones y recursos de los que carecemos, por eso redoblar pensamiento y acción en el programa electroenergético nunca será suficiente ante una población que demanda mayor calidad de vida y claridad sobre el futuro, pero que también tiene que ser parte de la solución.