NUEVITAS, CAMAGÜEY.- Por estos días los portales de esta ciudad tienen un atuendo peculiar, varias cintas impiden el acceso. No todas las casas que así lucen están en aislamiento, algunos lo usan como medida de protección para evitar que alguien pase y les deje el nefasto virus.

Entre lo que más preocupa hoy en el norteño territorio se halla la COVID-19, pues tras haber controlado la epidemia y estar varios días estables, ahora tienen una tasa de incidencia que si bien no es de las peores de la provincia sí ocupa a cientos de nueviteros.

Acumulan más de 1 900 casos este año, a partir del mes de mayo hubo un incremento significativo de los contagios que se logró controlar en apenas un mes, tanto es así que hasta hace poco más de 20 días los números mostraban una meseta con un ligero descenso.

Fue clave en ese control la disponibilidad de camas para ingresar a todos los positivos y el aislamiento de los contactos. Pero con el cambio de protocolo y los ingresos domiciliarios a confirmados y sospechosos falló el control sobre el aislamiento y los focos de áreas como Camalote se extendieron hasta la cabecera municipal.

Así lo reconoció la doctora Mirian Sotomayor Cedeño, directora municipal de Salud, quien añadió que una de las causas que impidieron el adecuado control sobre contactos, sospechosos y positivos fue el déficit de personal médico, unos acogidos al cuidado de sus pequeños y otros por enfermedad.

“Afortunadamente esa realidad ha ido cambiando y ya son pocos los consultorios que nos quedan sin médico. Trabajamos en incrementar las capacidades para ingreso y aislamiento porque hay viviendas que no tienen condiciones y se nos dan muchos contagios intradomiciliarios. Los Micros y Zona Industrial siguen siendo de los consejos populares que más casos aportan y hasta esos sitios dirigimos las acciones de prevención”.

Claves, reconoce la doctora, resultan la pesquisa al 100 % de la población, reducir movimientos, salir de casa lo menos posible, el uso del nasobuco y el distanciamiento físico. “Además, hay que cuidar a los niños, que son el grupo poblacional que nos queda sin el esquema de inmunización completo. Ya hace alrededor de mes de la vacunación a los adultos mayores y grupos de riesgo, sin dudas, una fortaleza”.

Debe resaltarse que si bien en las industrias del territorio se han detectado casos, no ha habido que declarar eventos porque se ha actuado a tiempo.

HOSPITAL ADENTRO

Con 130 camas disponibles el Hospital de Nuevitas asume la atención a positivos, sin descuidar los demás servicios vitales para la región norte de la provincia. Allí atienden a los niños mayores de 18 meses que contraigan el nuevo coronavirus y las embarazadas positivas con menos de 33 semanas.

Fuera del hospital disponen de otras 67 camas en el tecnológico Mario Herrero Toscano y 18 en la escuela Tania la Guerrillera, destinadas fundamentalmente a infantes sospechosos.

Distingue el enfrentamiento a la epidemia allí, un servicio de Pediatría que les permite atender a los pequeños positivos, con pediatras que rotan cada 14 días en Zona Roja y además evalúan los sospechosos que se encuentran en centros de aislamiento, este seguimiento ha evitado que pacientes en edad pediátrica del territorio hayan avanzado hacia estados graves.

La directora municipal de Salud aseguró que cuentan en el territorio con todos los medicamentos necesarios para tratar el padecimiento, incluyendo los que se usan ante las formas graves, los interferones para niños y adultos, y cuatro ventiladores nuevos en la terapia que refuerzan las condiciones para la atención.

Al doctor Alberto Manuel Padrón Alfonso, especialista de primer grado en Cirugía General y jefe de este servicio en la institución, le ha tocado asumir la dirección del centro completo. “Es un hospital general que no está diseñado para una enfermedad tan contagiosa como la COVID-19. Al estar a 80 kilómetros de la capital provincial se hizo necesario que atendiéramos nuestros positivos con el mismo personal. Prácticamente tenemos dos centros en uno, y sin detener muchos de los demás servicios.

“Activamos dos cuerpos de guardia, uno de ellos especializados en IRAs y nuestros clínicos tienen la responsabilidad de brindar el seguimiento a los pacientes postCOVID-19. Muchos que han rebasado la enfermedad, días después regresan al hospital con neumonía”.

Todo eso lo asumen con solo 70 médicos de los 113 con que debe funcionar. “Jóvenes en su mayoría e incluso estudiantes de Medicina y Enfermería que han dado el sí y hoy se encuentran en Zona Roja”.

Hasta el límite de las zonas roja y verde salieron Enrique Díaz González, alumno de 5to. ño de Medicina, y su novia Daniela Hernández García, de 4to. Allí con la debida separación y una cinta de por medio contaron a Adelante.cu que se encuentran en sala con pacientes positivos ayudando en la evaluación clínica y colaborando en la propuestas de planes terapéuticos a los contagiados. No es la primera vez que lo hacen y tampoco son los únicos, el enfrentamiento a la COVID-19 en ese municipio no se puede reseñar si no se menciona el rol que han desempeñado los estudiantes, los que han encontrado allí una oportunidad única de aprender y a su vez ir venciendo asignaturas propias de la carrera, afines con las labores que están realizando.

LA ATENCIÓN PRIMARIA EN LA PRIMERA LÍNEA

Con 466 casos en los últimos 15 días, Tania Almiñán Vargas, directora del policlínico Francisco Peña Peña, califica de verdadera contingencia los altos niveles de contagios que existen en el área que atiende todo el centro histórico y la Playa Santa Lucía.

Con la idea de desconcentrar las consultas destinadas a las infecciones respiratorias, ellos tienen tres solo para IRAs incluida una en el edificio 12 plantas que trabaja de lunes a viernes.

En la atención primaria recae la responsabilidad de la vacunación que terminó a más del 96 % de la población nuevitera mayor de 19 años, que debe seguir subiendo pues recuperan una cifra importante de quienes por varias razones no se inmunizaron cuando correspondió.

Ocho vacunatorios, ubicados en Camalote, Santa Lucía y San Miguel, realizan la inmunización a las edades pediátricas. Hasta el ubicado en el círculo infantil Barquito Dorado llegó este equipo. Allí acudieron diariamente durante la vacunación de 170 a 200 niños entre dos y diez años para recibir en sus hombros las dosis de Soberana.

El doctor Jorge Luis O’bryan Roque, especialista en Medicina General Integral, aseguró que todo estaba normal, “solo uno, del susto, vomitó, pero aquí se tomaron todas las medidas y se envió al Hospital”.

Con disciplina y altos niveles de vacunación, Nuevitas la bella recuperará su vida habitual, desaparecerán las cintas de los portales y volverá a ser la de antes de la epidemia, con el concurso de todos, pero principalmente de su pueblo, responsable en gran medida de lo que suceda. Las calles que se ven casi vacías solo serán el recuerdo de un pueblo que supo contener una enfermedad que sigue matando.