CAMAGÜEY.- Uno de los sectores más vulnerables, en la población mundial, es el de los adultos mayores. No solo el contagio por la COVID -19, en los últimos tiempos, ha ocasionado riesgos mayores a los abuelos dentro de las sociedad. Tan peligrosos como el virus resultan la soledad, la falta de atención y los maltratos físicos y verbales que experimentan algunos de quienes ya peinan canas.
Según la Organización Panamericana de la Salud (OPS), se prevé que para el 2050, se duplicará la cantidad de personas con más de 60 años a nivel mundial. En el continente latinoamericano, en el 2025, representarán el 18,6% del total con un rápido ascenso, junto al Caribe, de esos índices demográficos, detrás de África.
Frente al acelerado crecimiento de esa población en Cuba, una de las naciones que se espera sea de las más envejecidas en el mundo, en el 2050, se han asumido políticas para mejorar su calidad de vida y bienestar físico y mental. Con esa finalidad se han implementado iniciativas como la creación de centros institucionales especializados en Gerontología y Geriatría, las llamadas Casas de Abuelos y la facilidad de una asistencia social a aquellos ancianos desamparados por sus familiares, que viven solos o han demostrado ser vulnerables a partir de la implementación del Reordenamiento Económico en el país.
Las Cátedras Universitarias del Adulto Mayor (Cuam) también han demostrado su valía como una opción favorable para incrementar la superación de estos individuos, factores esenciales y determinantes dentro de nuestro sistema socialista. En el trabajo Cuba en Datos ¿Cómo envejece la población cubana?, aparecido en Cubadebate, en el 2020, sus autores revelan que el nivel educacional de quienes poseen 50 años y más es de un 46, 9%. Mientras, en el nivel universitario las mujeres sexagenarias ocupan un 15,7% y los hombres, un 20,9%.
La creación de las Cuam, inicialmente en La Habana y luego diseminadas por todas las provincias, ha presentado resultados valiosos a lo largo de sus más de dos décadas de accionar. En Camagüey, no obstante a las limitaciones por la COVID-19, resultan representativas las labores conscientes que se han efectuado en la superación educacional de ese grupo etario, desde el 2009.
ESCOLARES DE ALTO RANGO
Sobre el proyecto, habla su coordinadora Viviana Caballero Vidal: “se compone académicamente de un Curso Básico que dura un año y varios de continuidad. En un comienzo los participantes requerían cumplir con dos requisitos para su matrícula: ser jubilados y contar con 60 años o más. Pero luego de su etapa inicial, las aulas de la cátedra abrieron para cualquier persona mayor que se sienta motivada por continuar aprendiendo y desarrollar habilidades sociales y afectivas.
El programa dispone de integrantes tanto en la sede central de Camagüey, como en los municipios restantes. Para la atención en estos enclaves municipales, se cuenta con 30 aulas comunitarias distribuidas en lugares de mayor acceso para la población de la tercera edad. En la provincia se han creado esos espacios en los centros de atención a personas mayores que presentan determinadas vulnerabilidades como las Casas de Abuelos, Hogares de Ancianos, museos de la localidad, áreas de salud, Escuelas Primarias y Secundarias, entre otros lugares”.
Otra de las fortalezas de la iniciativa ha sido la incorporación de un claustro de profesores y colaboradores altamente calificados con categoría de doctores y máster. “De esa forma se ha logrado que más del 80% sean de la Casa de Altos Estudios, lo que permite un proceso de más institucionalización”, apuntó Caballero Vidal. Una de las profesoras que ha colocado la semilla del intelecto, es la educadora auxiliar adjunta del departamento de Español Disciplina, de la Universidad de Camagüey, Ana Jústiz Guerra.
“No formé parte de esa noble propuesta, desde sus inicios pero en el año 2018 fui invitada a participar en un encuentro con los ancianos del Hogar en Ferrómnibus. Allí conversé con ellos acerca de Martí y su relación con la figura de Don Mariano. Resultó impresionante la experiencia porque traté con los adultos que tienen un mayor grado de deterioro físico y mental. No obstante, hubo mucha participación y una nonagenaria me dedicó una poesía”, comenta gratificada la docente.
Sin embargo, sus vivencias con ese público han sido diversas: “En el año 2019 impartí el curso “Martí y la ancianidad’ en 6 grupos de la CUAM, ubicados en El Hogar de Padre Olallo, La UNEAC, El Hogar de Ferrómnibus, La Cruz Roja, La Escuela Pedagógica y el Sindicato de Transporte, aquí también impartí un conversatorio: La Edad de Oro una escuela para adultos. La CUAM propicia a los adultos otros tipos de actividades como la proyección del filme Inocencia, el intercambio con especialistas del cine, visita a la Casa de la Diversidad Cultural, a la Maqueta de la Ciudad y celebración de cumpleaños colectivos”.
Comenta Jústiz Guerra cómo espiritualmente, el cambio ha sido sustancial en su alumnado. “Ellos han elevado su autoestima, han socializado experiencias, han incentivado sus conocimientos, se han sentido plenos. En mi experiencia me he desarrollado en un plano diferente que me hace más comprensiva, más paciente, más humana y mejor profesional. Según palabras de una de las participantes en el curso de historias de vida, yo les he dado luz”.
Silvio González Rivero, de 75 años, alega que “la Cátedra” le brindó la posibilidad de “intercambiar con otras personas, y sobre todo recibir el tesoro de la sabiduría. Muchos tenemos nuestros achaques propios de la edad, pero creo que hemos aprendido, durante nuestras lecciones, a sobreponernos a esas dificultades”, refiere este hombre, quien fuera el mejor graduado del 2018-2019 e interviniera en momentos significativos en nuestra historia como Delegado al II Congreso del PCC, y al apoyo de la limpieza de bandidos, en el Escambray, mientras pilotaba un avión.
En la formación decisiva de los educandos, interviene también la Doctora en Ciencias Matilde Varela Aristigueta. Su incursión en la universidad del Adulto Mayor llegó “a través de la Sociedad Cultural José Martí donde impartía un curso comunitario sobre la vida del Héroe Nacional. Llevo cuatro años en esta experiencia y ha sido muy gratificante por la calidad humana, la decencia y el respeto de los estudiantes. Es muy alentador poder percatarnos de su devoción por la vida y la obra del Apóstol y el permanente interés por indagar más.
“En nuestro curso tenemos como línea directriz la cronología martiana y desde ella nos detenemos en sus documentos esenciales de modo que se obtenga una visión integral del político y creador lo que contribuye a ponderar la admiración por el Maestro y a comprender la genialidad de su pensamiento y accionar de modo que puedan evidenciarse las razones que lo convierten en una idea atemporal para la Cuba de hoy”.
Acota la especialista que “se equivocan los que subvaloran las capacidades de estos cursistas, “mis muchachos grandes” como les llamo. Por experiencia puedo decirles que las intervenciones en clases y los trabajos finales de cierre de curso que presentan son muy profesionales y para nada se quedan en lo elemental”. Señala Matilde que resulta estimulante el apreciar cómo existe el compañerismo, entre ellos, no solo para los asuntos docentes, y esa posibilidad de socializar la potencian en el proyecto.
“Luego de mi llegada a estos cursos, cambió mi existencia por completo”, confiesa la jubilada Olga Rodríguez Vilariño, quien se desempeñara como asesora de programas radiales. “Incrementé las amistades, me relacioné con un colectivo muy humano, y he disfrutado incluso, las actividades políticas y recreativas que hemos organizado. Siempre es bueno tomarse un café, con buenas compañías. Esperamos que la pandemia finalice para volver a la normalidad y recuperar aquellos momentos”.
Suspiros pos el período de aislamiento social impuesto por la pandemia, se efectúa un acompañamiento telefónico destinado a las personas mayores que forman parte de “la Cátedra” en el municipio Camagüey. El programa se denomina “Cerca de ti”. “Allí participan estudiantes de la Facultad de Ciencias Sociales y Humanísticas, de las carreras de Psicología y Sociología y profesores investigadores del Proyecto “Estrategia para la atención integral a las personas mayores”, abundó Caballero Vidal.
Por otro lado, Ana Jústiz, aseveró que “este largo período de sufrimiento por el virus ha sido muy difícil para todos, pero el sector de la tercera edad ha sentido su rigor con más fuerza. La permanencia en sus hogares no permite que los mayores puedan confluir en los espacios habituales, recibir sus actividades académicas ni participar en las recreativas. Solo queda la comunicación telefónica para los que tienen acceso a esta vía, pero son solo algunos”.
Para Matilde Varela, el actual contexto ha significado un alto para ese grupo etario “pero no han faltado sus llamadas interesándose por la continuidad del curso; tanto como ellos, anhelo que esto termine”, y refirió sus deseos de reiniciar las diferentes formas de aprendizajes porque, como ella dice, se empapan todos de las enseñanzas de la Cuam.
Las cifras comunican por sí solas: hasta el momento se han graduado, en el territorio más de 3 mil 200 personas adultas mayores de diversas procedencias y niveles educacionales. Destacan médicos, amas de casa, profesores, obreros, campesinos, ingenieros y licenciados. Cada uno representa el valor de vida y los esfuerzos de una Revolución que obra, por la creación de individuos plenos y útiles, aún en su tercera edad.