CAMAGÜEY.- Desde 1978 se han realizado en el servicio de nefrología del territorio 580 trasplantes. “Tenemos trasplantados que llevan más de 20 años así, pero si me pregunta, el injerto tiene un período de sobrevida de 15 años porque cuando se pierde vuelven a diálisis. Ahora mismo en ese tratamiento tenemos a 180 pacientes, aquí las máquinas no paran nunca, no hay listas de espera ni cupos, trabajan siempre que haya una persona que lo necesite”.
Así presenta el trabajo del Centro de Nefrología, adscripto al servicio del hospital Manuel Ascunce Domenech, el Dr. Leonardo Curbelo Rodríguez, especialista en segundo grado en Nefrología con más de 20 años de labor.
“En 1978 solo había 13 camas para hospitalización y 8 riñones artificiales. Hoy tenemos una unidad donde podemos brindar varias formas de atención.
“En la clínica nefrológica ingresan para estudio los pacientes con enfermedades renales de diferentes tipos y estadíos, también recibimos algunos con enfermedades renales crónicas secundarias a la hipertensión arterial, a una nefropatía diabética --la primera causa de enfermedades renales crónicas en Cuba--, y con enfermedades glomerulares. Además, infecciones renales con complicaciones en las funciones y algunas sistémicas que afectan el riñón, entre las más frecuentes, el lupus eritematoso sistémico.
“Al área de hemodiálisis ambulatoria acuden los pacientes diariamente, cada uno tres veces a la semana, con médicos y enfermeros especializados en cada turno. Durante las cuatro horas que dura por lo general el tratamiento los espera el servicio de Cubataxi, que previamente los trajo. A diario se atienden casi 100 pacientes en los cinco turnos de trabajo.
“La sala de trasplante tiene todas las condiciones excepcionales de limpieza de aislamiento que necesita el trasplantado que de hecho es un paciente inmunodeprimido. Allí pasan el posoperatorio inmediato sin acompañantes las primeras 72 horas, solo con una enfermera que cambia cada 24 horas, período en el que se les administra la mayor dosis de inmunosupresores para evitar el rechazo. Después de los primeros días, se les deja un acompañante pues debe estar al menos un mes hasta que recuperen la función renal”.
Un proceder que se realiza en esta sala es la biopsia de riñón que permita hacer un estudio histológico para conocer con precisión la causa de la enfermedad renal.
“Se hace solo cuando hay dudas de cuál es la causa o cuando existe una enfermedad glomerular. Nos enfoca el tratamiento, la terapéutica y poder explicarle a la familia el pronóstico futuro del paciente. A los trasplantados también se les realiza cuando demora la recuperación de la función renal”.
Otra forma de tratamiento para estos padeceres es la diálisis peritoneal ambulatoria. “En lugar de la hemodiálisis se realiza la diálisis con catéter en la cavidad peritoneal. La ventaja es que puede ser en la casa, les permite no acudir al hospital constantemente. Aquí aprende a hacerse los cambios y recambio de líquido intraperitoneal cada 4 horas o 6 horas; un método bueno siempre y cuando se mantengan las medidas de sepsis y antisepsias. Los insumos para este tratamiento son importados y se le entregan gratuitamente cada mes a cada paciente”.
LAS GRACIAS POR LA VIDA
La solución a más largo plazo y menor repercusión de desgaste para el paciente y de gasto económico es el trasplante de riñón. En Argentina esta operación cuesta 125 000, en México 200 000, en Estados Unidos hay que esperar casi cinco años, en los que el tratamiento llega a 350 000, y el proceder a 150 000.
Los 580 casos atendidos en Camagüey solo han “pagado” con las “gracias”.
“Trabajamos según un programa nacional con tres categorías de atención: el programa riñón donde están todos los casos aptos para la operación, el diálisis por diálisis o diálisis permanente, con los que se mantienen en este tratamiento, y el trasplante anticipado.
“Este último nos permite sacar de la diálisis a aquellos pacientes que ya tienen un filtrado por debajo de 30 mililitros antes de que caigan en la diálisis. Es la tendencia mundial, tratar de no recurrir a la diálisis porque así el paciente llega en mejores condiciones a la operación que el que ya ha sido hemodializado”.
Un equipo de anestesistas y cirujanos, con varias generaciones en el trabajo, son los encargados de llevar a cabo estos actos en el mismo salón creado para los efectos en el Centro.
“Yo me formé con los mejores, con los que llevan muchos años haciéndolo, comentó el Dr. Ramón Estopiñán Cánovas. Para recuperar un riñón, para extraerlo y hacer el injerto hemos ido hasta Morón, a cualquier lugar donde esté, a cualquier hora. Lo he hecho por seis años, la considero una de las cirugías más gratificantes”.
La tendencia global es al aumento de los casos con enfermedades renales crónicas. No solo en Cuba no dan abasto los riñones artificiales, por eso resulta prioridad del programa incentivar la práctica del trasplante sobre todo en las variantes de precoz y de donante vivo.
“Hasta la fecha solo cuatro han sido con donante vivo, asegura el Dr. Curbelo. El primero se lo hicimos a Carlos Peón Casas. Su hijo le dio el riñón en el 2017. La donación cadáver históricamente abunda más pero ahora mismo nos enfrentamos a una situación compleja: dado los adelantos médicos cada vez son menos los casos de muerte encefálica decretados, sobre todo en personas jóvenes. Por tanto, los casos que llegan son mayores de 50 que sufrieron un accidente cerebrovascular y las comorbilidades pueden afectar el estado del riñón y el tiempo de vida del injerto.
“Además, la donación cadavérica tiene un tiempo límite de viabilidad del órgano, 24 horas a lo sumo, y hay que desplegar todo el sistema para conservar el riñón y preparar al receptor. Siempre va a haber horas de isquemia porque en lo que lo sacas, lo perfundes, lo metes en una bolsa y se coloca ocurre lo que se llama isquemia fría, lo que puede aumentar el tiempo de demora en que se logre la función renal”.
--¿Por eso insisten en la donación emparentada?
--El trasplante de donante vivo muestra muchas ventajas. Primero se logra mayor compatibilidad en los antígenos al ser familia, puedes preparar a ambos, donante y receptor, hacer las dos operaciones programadas sin presión de tiempo y simultáneas , por lo que el tiempo de isquemia es ínfimo y muchas veces salen del salón con función renal, por lo que luego no necesita apoyo dialítico en el postoperatorio inmediato.
“Una figura muy importante en el proceso es el sicólogo porque muchas veces, aunque quieras no puedes donar, ya sea porque no eres compatible o por las comorbilidades. Tenemos el caso de dos gemelas, una residente en Anestesiología y la otra, mi paciente, especialista en Anatomía patológica; la madre quería dar el riñón pero por la hipertensión no pudo, eso la deprimió grandemente. Vamos a continuar con el proceder de donante vivo pues la hermana lo hará, con ella comparte todos los antígenos, la histocompatibilidad es perfecta y haremos un trasplante anticipado.
“En este tipo de donación el donador, que tiene que ser un familiar cercano o un cónyuge de muchos años, no debe tener ninguna complicación para su vida. No puedes sacrificar la salud de una persona por beneficiar a otra. Para llevar a cabo el proceso se hace todo un estudio, se evalúa la situación del otro riñón y luego de un análisis del consentimiento informado que se hace con un abogado se procede al acto quirúrgico”.
Una parte fundamental del tratamiento de las enfermedades renales crónicas son los inmunosupresores. “antes y después del transplante se debe lograr un balance para no ponerlos en riesgo de infección o rechazo. Aquí los usamos de primer mundo como la ciclosporina neoral, muy caros, al principio solo teníamos esteroides y azatioprina.
“En la actividad se usan muchos fármacos que se producen ya en Cuba como la azatioprina, la prednisona, los policlonales y la metilprednisolona. Todo antes y después se garantiza de forma gratuita, igual que el material gastable de las hemodiálisis y las diálisis peritoniales”.
“En este caso hay 13 pacientes, señala la Dra. Jenny Rodríguez Lino, se les dan las cajas con las bolsas para el intercambio que solo dura 30 minutos. En las hemodiálisis los filtros en algunos pacientes se pueden recuperar unas tres veces pero no siempre resulta viable. Estos son procederes que de cobrarse estarían por encima de los 700 pesos cada vez, por eso se intenciona tanto el trasplante como método más rentable a largo plazo”.
EL “PAGO” DE LOS PACIENTES
Willian Soca Estrada lleva “toda una vida en la enfermería, 36 años, y de ellos dos en el servicio y uno en trasplante, la parte más bonita porque salen con una mejor calidad de vida. Aquí lo importante es estar bien preparados”.
Esa idea la refuerza la enfermera Luisa Biggs Arbolay, “hay días buenos y días malos, pero siempre debes estar bien preparada para asumir los retos. Aquí también somos muy celosos con los protocolos, nuestros pacientes no se pueden contagiar con nada, hay que mantener el área limpia y sin personal ajeno”.
Yan Carlos Moreno Ce tenía 14 años el 19 de junio de 2018 cuando recibió su riñón. “A los dos años se le diagnóstico un síndrome nefrótico resistente, a los cinco una insuficiencia renal crónica y a los 10 años estaba en hemodiálisis, cuenta su hermana Anisleydis Estrada Ce. Todos nos hicimos las pruebas y no fuimos compatibles, el trasplante fue de donante cadáver”.
Yan Carlos vive en Vertientes y solo pudimos comunicarnos por WhatsApp. Tiene ojos grandes y negrísimos y unas cejas espesas que sobresalen en el medio rostro que se descubre tras el nasobuco. “Terminó el noveno grado y no pudo seguir estudiando porque las escuelas quedan muy lejos y él tuvo una pérdida severa de la audición producto de infecciones que sufrió en el tiempo de la hemodiálisis. Es muy alegre y sociable, juega mucho y ayuda en la casa. Tiene seguimiento cada tres meses, la atención ahora y antes, durante todo el tratamiento y los dos meses de ingreso posoperatorio, ha sido siempre maravilloso”.
Una prioridad en el programa la constituyen los niños. Hasta el momento se han realizado cinco en edades pediátricas. “El primero fue en 2016, ahora tenemos un en espera de compatibilidad”, señala el Dr. Leonardo.
“Mire, dice con vehemencia Eraase Acosta López ingresado por una infección a causa de su patología de riñones poliquísticos, de corazón se lo digo, los médicos y enfermeros son muy preocupados. Están todo el tiempo atentos y son muy cariñosos con nosotros, no nos falta nada de lo imprescindible en el servicio incluidos todos los medicamentos”.
Además del Centro de Nefrología y su servicio de hemodiálisis funcionan en la provincia otros dos en Florida y Nuevitas, así como uno en Ciego de Ávila y otro en Morón por la atención regionalizada que asume la unidad.
Aquí las luces no se apagan, cuando entra el primer turno, a las 6:00 a.m. casi van de salida los del último, tienen como máxima ganarle jornadas a la vida en lo que aparece el riñón compatible, en lo que investigan causas y consecuencias, en lo que hacen “operaciones milagrosas” para insertar catéteres en la vena Cava porque hay comprometimiento venoso…
“En cualquier lugar del mundo solo la consulta cuesta más de 400 pesos y el trato es frío, comenta a la salida el abogado de 70 años Rogelio Vega Conde. Aquí te acompañan, conversan y están atentos todo el tiempo que dure la hemodiálisis, son un equipo para la asistencia, todos corren si te sientes mal y se convierten en familia. Eso mismo pasa con los choferes que nos traen y nos esperan— de esto último fuimos testigos, pues tres levantaron la mano para saludarlo.
“Mija, por allá dentro hay una pancarta con los precios de todos los tratamientos y servicios que recibimos, debería estar a la vista de cualquiera que entre. En 20 años no he tenido que pagar nada, y usted no se imagina con la sencillez y dedicación que hacen su trabajo todos. ¡Qué otra cosa podemos hacer que agradecerles tanta entrega! Hable de eso periodista, escríbalo, aquí luchan por la vida hasta el final”.