JIMAGUAYÚ, CAMAGÜEY.- Los alrededores donde se asienta hoy la comunidad Nicaragua, constituida por 300 viviendas en edificios multifamiliares, estaba compuesta por manigua. Por el frente, el lugar estaba atravesado por un terraplén en mal estado, lleno de huecos que, a una relativa corta distancia, se comunicaba con la carretera de Santa Cruz del Sur a la altura del kilómetro 20.

Así de sencillo, sin rebuscar palabras, Evangelina Soto Mckercher, ingeniera pecuaria, describe el paisaje anterior del sitio, visitado por Fidel el 25 de julio de 1989, en el mismo corazón de la cuenca lechera, concebida para la producción anual de 300 millones de litros de leche.

El reloj marcaba las 9:20 a.m. cuando Fidel irrumpe en el nuevo asentamiento, inicio de un recorrido matutino que lo llevó después a la planta de zeolita, en Najasa, y al círculo infantil de Cuatro Caminos, cabecera de ese municipio, nacido con la División Político-Administrativa en 1976.

Foto: Orlando Durán Hernández/ AdelanteFoto: Orlando Durán Hernández/ Adelante

La concepción integral de la inversión resultó muy halagüeña para el Líder Histórico de la Revolución. Sin salir del entorno, sus habitantes tenían acceso al agua, círculo infantil para los hijos, seminternado de las enseñanzas primaria y secundaria básica, bloques de servicios varios, comercio, farmacia, y a dos consultorios del médico y la enfermera de la familia.

El período especial, que por entonces se vislumbraba, trajo como consecuencia a posteriori —por la caída del campo socialista y la desintegración de la URSS— un retroceso en la estrategia de desarrollo ganadero, social y económico, soñada por él en Camagüey, desde 1987 durante una amplia visita, ocasión en la que convocó a la provincia a convertirse en un modelo en la construcción del socialismo.

Foto: Orlando Durán Hernández/ AdelanteFoto: Orlando Durán Hernández/ Adelante

Evangelina, aunque vivía en Camagüey, después de graduarse en 1984 como ingeniera pecuaria, tuvo la oportunidad de vivir en uno de esos apartamentos, junto al fallecido esposo, Melanio González, es decir acercarse al trabajo en la empresa ganadera Triángulo Seis, y el privilegio de que con ambos dialogó Fidel.

A Nicaragua, en once meses, 300 hombres prácticamente la terminaron. Ella afirma: “Todas las personas jóvenes que empezábamos a trabajar no teníamos casa y la comunidad propició poseer una vida sólida, de poder trabajar con mejores condiciones, porque no es lo mismo tener el hogar cerca donde trabajas que viajar todos los días”.

Esta mujer, con dos hijas que cursaron sus primeros años de enseñanza en ese asentamiento rural, labora hoy en la delegación provincial de la Agricultura en el área de cuadros. Habla con el orgullo de que una de aquellas muchachitas es médico intensivista y la otra ejerce funciones como abogada.

El encuentro con Fidel fue en el primer paso de escalera del edificio dos, “fue muy emotivo y me vuelvo a emocionar, no sabía si reír, si llorar de la emoción tan grande, de tener a ese hombre que ha hecho tanto por el pueblo, por nosotros, que éramos hijos de obreros, de personas pobres que no hubiéramos tenido la posibilidad de estudiar.

“Fue muy familiar, nos habló en el mismo idioma que habla la gente de campo, o sea, me dijo: ‘¿Cuántos chamacos tienen? ¿Los van a traer para acá? ¡Cómo no van vivir en esta comunidad que con tanto esfuerzo ha hecho la Revolución por la comunidad Nicaragua y el pueblo de Jimaguayú’.

“Mientras viva no voy a olvidar ese momento tan trascendental de tener tan cerca al líder de la Revolución, de tocarle las manos tan suaves. Un hombre que se presentaba con aquella humildad y de expresión adecuada a las personas que estábamos allí, te impactaba”.

Por razones de trabajo, con los años, Caridad Bernal Velázquez (Cachita) tuvo que emigrar de Nicaragua para Camagüey. El día de la visita de Fidel ella estaba también y no olvida la expresión de él, de que a diferencia de otros asentamientos, Nicaragua no era una comunidad fantasma.

Foto: Orlando Durán Hernández/ AdelanteFoto: Orlando Durán Hernández/ Adelante

Cachita era económica de una granja y después pasó a especialista en Contabilidad de Triángulo Seis. Hoy trabaja en la delegación provincial de la Agricultura.

Para ella una experiencia muy aleccionadora fue lograr una integración entre profesionales con los ordeñadores y otras especialidades, extensivo al trabajo de los CDR y en lograr la conformación de buenas costumbres y normas de convivencia social en la comunidad. Los moradores recibieron amueblados sus apartamentos, sin tener que desembolsar un centavo.

Vale recordar lo dicho a Fidel por Melanio González, administrador del lote 42 de la Empresa Pecuaria Triángulo Seis: “Creo que este es el mejor regalo que le ha hecho el pueblo a usted”.