CAMAGÜEY.- Dos meses alejado de los reflectores mediáticos es mucho tiempo para Miguel Borroto, uno de los personajes habituales dentro de la compleja trama de la pelota cubana. Esta semana, el actual manager del equipo Cuba y de los Toros de la Llanura decidió romper el silencio impuesto por el aislamiento social en el deporte para debatir sobre las polémicas que le rodean en la actualidad.

Borroto siempre tiene una frase notable guardada en su campechano arsenal, esta vez la soltó para justificar nuestro encuentro: “Si no se puede jugar por lo menos hay que hablar, el béisbol es un antivirus para nosotros”. Desesperado, como el bateador que recibe un turno tras larga espera en el banco, comenzó él sin necesidad de preguntas.

“Primero sufrí la cancelación del preolímpico porque los muchachos estaban muy bien, pero ya en los Estados Unidos la situación del coronavirus era compleja. Pensé que no se convertiría en un problema tan grande, pero al décimo día de entrenamiento con Camagüey el país decidió suspender y ya llevamos dos meses en la casa viendo lo mucho que ha afectado a la humanidad”.

No obstante, este período no ha sido muy tranquilo para usted, pues ha surgido mucha incertidumbre sobre el inicio de la 60 Serie Nacional de Béisbol y su continuidad en el puesto de mando del conjunto nacional…

—La gente cree que el Comisionado Nacional hizo declaraciones a mis espaldas y enseguida se preocupan. No es así. Me comunico continuamente con la máxima dirección de la Comisión y del Inder y me mantuvieron al tanto de estas decisiones. Soy el director del “Cuba” para luchar por la clasificación olímpica, que es lo más urgente, ya después de eso se comenzará esta nueva política. Como la próxima Serie será antes de eso, me mantendré con mis Toros buscando el sueño del campeonato. Por Cuba doy la vida, pero Camagüey significa todo para mí y no defraudaré a mi pueblo. Esta estrategia de que el manager del equipo nacional no dirija en el campeonato es cuestionable y tiene tanta gente a favor como en contra, ya veremos si resulta efectiva o no.

¿Qué tanto cambia su estrategia con el aplazamiento del preolímpico para el 2021?

—Creo que la base del equipo debe ser la misma porque tenemos identificados a los mejores atletas del país, pero nadie tiene su puesto seguro. Ahora hay que comenzar de nuevo el proceso, y los cambios se darán por el rendimiento de cada uno en la temporada.

Hay muchas dudas sobre el reinicio de la actividad deportiva y en la mayoría de los medios de prensa se especula diariamente sobre el sistema de competencias…

—Todo depende de la evolución de la pandemia, que creo que hasta ahora aquí es favorable. Si todo sigue así, pronto comenzaremos a entrenar cumpliendo las medidas que nos indiquen. Varios especialistas coinciden en que se necesitará un mes y medio de preparación. Por mi experiencia sugiero cuatro semanas. Tengo fe en que en agosto podríamos jugar pelota aplicando patrones de distanciamiento en las gradas, y ese tipo de decisiones. En cuanto a la estructura, considero que, aun empezando en septiembre, se pueden disputar perfectamente 70 partidos.

Algunos aficionados camagüeyanos temen porque su team no pueda repetir la actuación del pasado torneo. ¿También le preocupa?

—Para nada, este equipo se acostumbró a ganar. Si el campeonato hubiera comenzado estaríamos entre los tres primeros, porque los atletas se quedaron con ansias de triunfo y se estaban preparando con todo para lograr el título. Hay mucha motivación, todos entrenan por su cuenta, guiándose por el plan de los doctores en Ciencias a cargo de la parte física. Felipe Sarduy, Darío Cid y el resto del colectivo técnico se mantienen al tanto de lo que hacen, y me informan. Hay que ver lo mucho que han logrado muchachos como José Ramón Rodríguez, Carlos Pérez, Leonel Segura y Jorge Álvarez en este tiempo. Con la guía de los más experimentados, ese ímpetu nos va a llevar de nuevo a discutir las medallas.

Sin embargo, la principal arma del equipo en los últimos años, que era el staff de lanzadores, ha sufrido bajas importantes…

—Tendremos cuatro ausencias fuertes respecto al inicio de la contienda pasada: Yariel Rodríguez, Dariel Góngora, Carlos Espinosa y Erisleri Basulto. Nosotros habíamos diseñado una estrategia sin los tres primeros, pero la triste pérdida de Erucho la modificó, porque él se había ganado la confianza para ser abridor. Su muerte será una motivación para sus compañeros, principalmente para los lanzadores, que quieren hacer grandes cosas en su memoria.

“Hasta el momento pienso en una rotación de cinco, encabezada por Pepe (Rodríguez), quien con su sacrificio se merece que le dé la pelota para el día de la apertura; luego estarán dos estelares como Yosimar Cousín y Frank Madan, y dos jóvenes que esperamos que den el salto de calidad: Juan Sebastián Contreras y Lizander Hernández. Para cerrar contamos con Carlos Pérez, ya acostumbrado a esa función, y con Roger Trenchs, un niño con condiciones técnicas y valentía para asumir.

El caso Yordanis Samón también trae a los fanáticos elucubrando maneras de organizar un line up. ¿Cómo solucionaría eso?

—Lo primero que quiero aclarar es que ya es un hecho que Samón jugará con nosotros. Hablo casi todos los días con él y se mantiene haciendo ejercicios y entusiasmado con la idea de venir. Tiene muy buenas relaciones con la mayoría de los jugadores nuestros y estoy seguro de que será un plus de alegría dentro del dogout. La solución a ese problema que se plantea la gente es simple: Leslie Anderson trabaja fuerte para alcanzar su mejor forma deportiva y confío en que estará listo para alternar en el jardín derecho. Comenzaría de regular por la importancia que tiene su presencia en la tanda y en las últimas entradas sería sustituido por Leonel Moas Jr. o Yanmichel Flores.

“De esa manera, mantendríamos a Segura en primera base porque él es nuestra prioridad y Samón actuaría como designado. Cambiarían esos roles en el tercer choque de cada subserie. En el jardín central estaría González Azcuy, y en el izquierdo, Chapellí Zulueta; en la receptoría Yendri Téllez; como camarero Humberto Bravo, como torpedero Alexander Ayala y como tercera base Yandy Yanes. Así quedaría la formación ideal, pero la verdad se verá en el terreno. Por suerte tenemos el banco lleno de gente de calidad para cada función: Marino Luis, Yosbel Pérez, ‘La Pólvora’, Eglis Eugellés, Jorge Cardosa y un juvenil que me enamoró y pienso llevarlo al equipo. Apunten el nombre de Leonardo Casado, que ese será una estrella”.

Todo parece perfecto en su cabeza, pero la realidad es más rica y en ocasiones cruel…

—Por supuesto, las cosas podrían complicarse, sin embargo un director siempre tiene que estar preparado para salir adelante. Nunca trabajo con miedo, por muy fea que esté la situación. A los peores equipos se les pueden sacar buenas cosas. Contaré de nuevo con Pedro Luis Lazo como entrenador de pitcheo y Legón lo acompañará ante la sensible baja de Alexander Infante por contrato en el exterior; también está José Manuel Cortina y el resto del colectivo del pasado año. Ellos son el soporte de una gran familia que integra a los aficionados y a todos los factores externos. En ocasiones un resultado negativo motiva a los dirigentes a quitarte el puesto, eso me ha sucedido varias veces, pero no por gusto el pueblo confía en mí. Los peloteros están muy agradecidos por el inmenso apoyo que recibieron de todas las instituciones, organizaciones y los dirigentes del Partido Comunista de Cuba y el Gobierno, y saben que contarán con ellos en las buenas y en las malas. Hoy hay una provincia entera unida esperando que empiece la pelota.