CAMAGÜEY.- En un aula de séptimo grado, la pizarra no la escribe un maestro titulado con décadas de experiencia, sino un joven de 21 años, el estudiante Juan Miguel Padilla Zayas, de tercer año de Licenciatura en Educación de Geografía.
Él es una de las miles de caras del proyecto nacional "Educando por Amor", una iniciativa que moviliza a estudiantes universitarios para enfrentar el déficit de profesores en las enseñanzas precedentes del país.
Según José Antonio Fernández Ayra, parte de la dirección de la FEU en la Universidad de Camagüey, la idea nació como una respuesta urgente a la cancelación del curso por falta de docentes en algunas facultades y se ha transformado en un programa estructurado que se extiende por todas las provincias. Su objetivo principal es claro: contribuir a la docencia en secundarias básicas, preuniversitarios y técnicos medios, donde existe una necesidad crítica de profesionales. "No nos hemos graduado, pero sabemos que podemos aportar"
"Entregamos todos los conocimientos que nos han brindado nuestros profesores de la carrera", explica el estudiante de Geografía. "Aportamos nuestro granito de arena para el desarrollo de la educación del país. La clave está en gestionar el tiempo y tener claro nuestro rol: somos apoyo, guía, pero con la responsabilidad de un educador".
La integración al contingente es voluntaria y está abierta a estudiantes a partir del segundo año de cualquier carrera universitaria. Las motivaciones son diversas: desde un llamado a la solidaridad hasta el deseo de poner en práctica los conocimientos.
"Mi integración nació de ver una necesidad urgente", comparte el estudiante Daniel Arrieta García, quien imparte clases de Cultura Política en el IPVCE Máximo Gómez Báez. "Sentí la responsabilidad de ayudar a quienes venían detrás de mí, es un llamado a la acción colectiva".
El proyecto no lanza a los jóvenes al aula sin red, se utiliza una metodología que combina la estructura tradicional con la frescura de las nuevas generaciones. Cada estudiante-tutor cuenta con un profesor experimentado asignado como guía, quien lo auxilia en la confección de planes de clase, métodos evaluativos y el diseño del programa.
"No obstante, como jóvenes que somos, siempre añadimos algo diferente", destaca el futuro geógrafo. "Nos referimos al uso de medios actualizados, a buscar formas más interactivas y atractivas de presentar el contenido, para captar la atención de los alumnos".
Los frutos de este esfuerzo van mucho más allá de completar la plantilla docente, los voluntarios reportan cambios profundos en los estudiantes. Hoy en la provincia somos 40 estudiantes, comenta Cristian Utria Vega, Secretario de Proyección Social de la FEU en la UC.
Para los universitarios, "Educando por Amor" es quizá la experiencia más formativa fuera de las aulas. Desarrollan habilidades profesionales como didáctica, gestión de grupos y resolución creativa de problemas; y habilidades personales como empatía, paciencia y un fuerte sentido de responsabilidad social.
"Estamos demostrando que, cuando el sistema flaquea, la respuesta puede surgir de la propia comunidad", reflexiona Daniel Arrieta Garcia. "No solo suplimos una falta; estamos formando una nueva generación de profesionales más humanos y comprometidos. Es una brigada de solidaridad pedagógica".
El proyecto "Educando por Amor" se consolida así no solo como una respuesta a la crisis, sino como un semillero de compromiso cívico y una lección práctica de que la educación es, ante todo, un acto colectivo de amor y entrega.
