CAMAGÜEY.- La nefropatía obstructiva es el daño estructural o funcional de los riñones que es ocasionado por la dificultad en la salida de la orina por un elemento que puede provocar obstrucción y es una enfermedad que llega a repercutir en el riñón. Si es unilateral afecta a uno solo y de ser bitateral a los dos.

Así comenzó nuestra consulta médica con el Dr. Leonardo Curbelo Rodríguez, especialista de 2do grado en Nefrología, Máster en Urgencias Médicas, Profesor Auxiliar e Investigador Auxiliar, quien se desempeña en el Centro de Nefrología, servicio adscrito al hospital universitario Manuel Ascunce Domenceh de esta ciudad, a lo que agregó: “Hay quienes hablan de uropatia obstructiva, y esto sería algo similar, pero aún sin dañar la función del riñón, ni en su estructura. Ya cuando hay compromiso de su función se trata de la nefropatía obstructiva.

¿Cuáles serían los síntomas?

—Puede ser desde estar asintomáticas o con síntomas muy leves y la persona no le da importancia o los atribuye a otras afecciones. Aparece el dolor lumbar y piensan que es de la columna vertebral y muchas veces no es agudo; sin embargo, es leve y mantenido con una sensación de pensantez a ese nivel. En otras ocasiones el dolor es intenso y es el llamado cólico nefrítico, acompañado de vómitos, distensión abdominal y ese dolor irradia a las piernas y en el caso de los hombres a los testículos, y en este caso sí es agudo e intenso por lo que obliga al paciente a ir al médico.

“Otro de los síntomas es la orina con sangre, la hematuria, que puede ser micro o macroscópica. En el primer caso se detecta en el análisis de orina y en el segundo, el afectado la observa cuando orina.

“También puede provocar infecciones urinarias frecuentes y si esto ocurre hay que descartarse la obstrucción, sobre todo si es hombre.

“La hipertensión arterial es otro aviso a tener en cuenta, más si está acompañada de los dolores mencionados, o la orina es turbia (oscura o blanquecina), y si hay alteraciones en el chorro de la orina es otra señal porque la persona nota que es débil, bifurcado, tiene la sensación de quedarse con deseos de seguir orinando o tiene que pujar en exceso, si siente ardor al orinar, o se levanta varias veces en la noche para hacerlo y esto sucede porque el afectado no avacua la vejiga totalmente y le queda esa orina residual por lo que llega el momento que está lleno de nuevo. Todo esto indica que algo anda mal y es importante conocerlo”.

¿Estas obstrucciones siempre se comportan igual?

—No, pueden ser totales, parciales, agudas y crónicas.

“En el caso de la total, el paciente no orina nada; en las parciales continúa orinando y no nota que está obstruido; puede instalarse de manera aguda que es cuando ocurre de momento; y la crónica aparece progresivamente.

“Y tenemos las llamadas altas y bajas, en dependencia de si involucra a la uretra, la vejiga, los uréteres, y los riñones. En la alta tiene que ser bilateral para que comprometan los dos riñones y la baja generalmente sí vincula a ambos”.

¿Cómo sería el tránsito del afectado para acudir al especialista?

—Puede ir a su médico de familia y este lo orienta porque esa dolencia es del especialista en urología, este es el cirujano del riñón, y es quien tiene que corregir la afección mediante cirugía de manera temprana para evitar daños posteriores.

Desde su vasta experiencia, ¿El paciente llega a tiempo para que le corrijan su dolencia?

—Son más los que no han sido atendidos tempranamente.

¿Qué papel desempeña el nefrólogo?

—El nefrólogo es el clínico del riñón y cuando llegan a nosotros es porque ese órgano ya está dañado, por eso ojalá nunca tengan que llegar a nosotros.

¿Cuáles son las causas más frecuentes de la enfermedad?

—Los cálculos renales (litiasis), esos que las personas llaman piedras que se forman en el tracto urinario y que pueden producirse desde los cálices renales, la pelvis, el uréter, e incluso, en la vejiga y generalmente se forman desde un núcleo inicial donde las sales se van agrupando y precipitando y cada vez las piedras son mayores.

“También los problemas en la próstata, como son: la hiperplasia prostática benigna, sobre todo cuando el afectado tiene más de 45 años. Los hombres de la tercera edad por lo general llegan tarde al médico porque ocultan los síntomas, entonces el daño renal ya es evidente. El cáncer de próstata, igual se ve y es más complicado. En los dos casos se indican tratamientos, pero diversos.

“El tumor de vejiga constituye otra causa, más en pacientes fumadores, alcohólicos, y se presentan en el hombre por encima que en la mujer, así como por las secuelas de enfermedades de transmisión sexual, mientras que los tumores ginecológicos pueden provocar este tipo de obstrucción en ellas, sobre todo debido al cáncer cérvico uterino, sin olvidar que hay otros motivos, como: la estenosis (estrechez) de la uretra, más aún en las mujeres multíparas, o aquellas que enfrentan partos instrumentados.

“Hay otras devenidas por infecciones, y el reflujo vesicoureteral (RVU), este el flujo anómalo de orina que retrocede desde la vejiga por los conductos (uréteres) que conectan los riñones con la vejiga, y pese a que no es una obstrucción se comporta como tal porque ese que retorna se interpone con el que viene de arriba, esto puede dañar el riñón”.

Mencionó el cigarro y el alcohol, ¿Hay otros hábitos tóxicos o malos comportemientos que influyen en la nefropatía obstructiva?

—En los cálculos renales encontramos una de las causas más frecuentes de la obstrucción, insisto, y muchas veces son favorecidos por la dieta. El exceso de sal, de alimentos cárnicos, café, de té negro, de calcio. Lo mismo sucede con las aguas ricas en sales y el no tomar el líquido suficiente.

¿Puede ser un padecimiento hereditario?

—Sí. Las enfermedades debido a las efecciones poliquísticas y la quística medular del riñón.

¿Algunos medicamentos pueden povocar la enfermedad?

—En efecto. La levodopa y los que contienen sulfa, por supuesto, en altas dosis o tratamientos muy prolongados, por lo que se requiere el seguimiento médico y nunca cambiar inconsultamente los esquemas indicados por el profesional.

¿Las personas le dan la importancia requerida a sus cálculos renales?

—Desgraciadamente, no. Es más común que se acuerden de sus cáculos renales cuando sufren la crisis de dolor y esa es una forma de perder el riñón porque el cálculo renal produce no solo obstruccióm sino también inflamación crónica del parénquima renal (corteza y la médula del riñón), por lo tanto puede llevar a otras complicaciones y a una enfermedad renal crónica. Por tanto, es importante conocer que esos cáculos renales deben ser atendidos y lo que se recomienda es tratar de resolverlos mediante tratamiento médico, quirúrgico, intervencionista o combinado, en dependencia del criterio del especialista y de la tecnología con que se cuente.

¿Cuando se instala la obstrucción puede revertirse?

—Depende de las causas. Si hay un tumor maligno inoperable no se consigue, pero sí hay manera de eliminar la obstrucción que si es baja quizá resuelva con una sonda vesical, si es alta hay que hacer una nefrostomía, que es una sonda colocada a través del abdomen y así son empleadas otras derivaciones.

Igual ha aludido edades y sexo, ¿algo más al respecto?

—Los cálculos renales son más frecuentes en el hombre y en edades jóvenes, o sea, de 20 a 60 años. Cuando se trata de los tumores sucede lo contrario, se ve más en quienes pasan de los 60 años. En las edades tempranas, en los niños, ocurren por las malformaciones congénitas que llevan a este padecimiento, y ya algunas son detectadas desde antes antes de nacer.

¿Cómo sería su tratamiento?

—Es potencialmente tratable en etapas tempranas y puede evitarse el llegar a una insuficiencia renal crónica.

¿Cuáles son las complicaciones ante una nefropatía obstructiva?

—Cuando un riñón o ambos se obstruyen pueden provocar, además de la sintomatología descrita, el daño a los riñones de manera aguda, con niveles de creatinina elevados y no pocas veces con requerimiento de diálisis, por lo general esto se ve cuando la obstrucción es aguda y total porque el riñón se daña rápido, en cuestión de semanas o días, y si no se corrigen rápido estos pacientes pueden quedar con deterioros crónicos y entonces quedaría dependiente de diálisis para siempre, esto indica que si se actúa rápido puede revertirse la obstrucción., y a veces esto es parcial, no resuelve en su totalidad aunque de momento no deba utilizar diálisis.

“La insuficiencia renal crónica es la otra complicación, la que deja al riñón dañado y requiere, en dependencia del caso, de diálisis, hemodiálisis o de un trasplante, todo de acuerdo con la edad del enfermo y el criterio médico, siempre a sabiendas de que para ser trasplantado antes hay que intervenirle quirúrgicamente la obstrucción, de lo cotrario le dañaría el riñón injertado y, además, el seguir obstruido le propiciaría infecciones”.

¿Un consejo obligado?

—Estar atentos a los síntomas y acudir al médico tempranamente, de esta manera la enfermedad sería evitable en muchos casos, e incluso, no tendrían que llegar a nuestras consultas de nefrología.