CAMAGÜEY.- Las enfermedades reumáticas son un conjunto de afecciones donde predomina el proceso inflamatorio articular o periarticular, y se acompaña de otras manifestaciones. Son padecimientos conocidos desde hace mucho, incluso, diversos autores aseguran que Hipócrates y Galeno, profesionales de la antigüedad, las admitieron en casos muy específicos.

Estas dolencias son conocidas también como: del tejido conectivo —un grupo de tejidos muy diversos, que comparten su función de relleno y ocupan los espacios entre otros y órganos, y constituyen el soporte material del cuerpo—. y las autoinmunes, las que su sistema inmunitario ataca las células sanas de su cuerpo por error y estas pueden afectar muchas partes del organismo.

Las definiciones anteriores fueron ofrecidas por la Dra. Tania Cristobo Bravo, especialista de 2do Grado en Pediatría, Máster en Atención al Niño, entrenada en Enfermedades Reumáticas de la Infancia, del hospital pediátrico Eduardo Agramonte Piña y Profesora Auxiliar de la cátedra de Pediatria de la Universidad de Ciencias Médicas Carlos J. Finlay, de esta ciudad, quien con gentileza nos recibió muy temprano en la mañana.

¿Cuáles son las enfermedades más frecuentes dentro de las autoinmunes en la infancia?

—El lups eritematoso sistémico y la artritis reumatoide juvenil, la artritis idiopática juvenil, artritis crónica juvenil, son las diferentes sinonimias. En los niños la más frecuente es la oligoarticular que toma menos de cuatro articulaciones, pero por lo general repite y luego de un tratamiento acertado pueden curar o entran en largas etapas para hacer recaídas o tornarse crónicas, aunque con un período de estabilidad sin grandes cambios.

¿Cómo aparecen?

—De manera brusca.

¿Con qué se relacionan?

—Con factores hereditarios, infecciones y medio ambientales. Por lo tanto si lleva en su organismo esa carga genética posibilita que ante una infección o a ciertas exposiciones del medio ambiente, sea más susceptible a desencadenarla.

“Es bueno conocer que entre las enfermedades autoinmunes pueden ser sistémicas (afectan a muchos órganos) o las órganos específicas, y entre estas encontramos algunas muy conocidas como: la diabetes mellitus, la hepatitis autoinmune, la esclerosis múltiple que afecta el sistema nervioso central.

“Igual aparece con la psoriasis, que asociada a la artritis lleva a esos infantes a una artropatía psoriásica —enfermedad de las articulaciones que se presenta en aproximadamente un 10 % de pacientes que padecen psoriasis—.

“El lupus eritematoso sistémico es otra manera de presentación, pues ataca diferentes órganos y tejidos y, también, las articulaciones”.

¿Cree que hay conciencia de que la artritis reumatoidea se puede presentar en los niños?

—Por lo general se piensa es una enfermedad de adultos, y de hecho es un padecimiendo asiduo en edades pediátricas.

¿Tiene predilección de género y color de la piel?

—Predomina en las niñas, mientras no está relacionada con el color de la piel.

¿Surgen en edades específicas?

—Es común entre el primero y tercer años de vida, lo que no exime de que se presente a los nueve años y hasta en etapa de la adolescencia. En el caso de la idiopática juvenil está vinculada con una serie de elementos del medio ambiente hasta con el estrés mantenido, como puede suceder por el divorcio de los padres, demasiada exigencia académica por parte de la familia, e igual el bullying, que es el acoso físico o psicológico a los cuales son sometidos.

¿Alguna diferencia entre la padecida por los niños y la de los adultos?

—Difiere en el estado de presentación. En los niños aparece a veces dramáticamente, que es su forma sistémica y son llevados al médico por anemia severa, líquidos en las cavidades virtuales, como la pleural, pericárdica…, y, además, inflamaciones del hígado, el bazo, ganglios y vísceras.

¿Solo aparece en articulaciones?

—No, afecta partes blandas que incluyen a los músculos, tendones, con mucho dolor e inflamación.

¿Cuál sería el pronóstico?

—Pese a lo aparatoso de este cuadro tiene un buen control mediante tratamiento.

¿Cura?

—Sí, en un 60 a 70 % de los casos. En alrededor de un 30 % pueden mostrarse graves. Las aparecidas en edades tempranas son invalidantes, con afecciones oculares que pueden llevar al niño a la ceguera.

“En otros casos depende del factor reumatoide positivo o negativo, un anticuerpo que se determina en sangre, en el primer caso mencionado afecta mucho más, sin olvidar que aquellos niños con la enfermedad en edades tempranas llegan a la adultez con las articulaciones con osteoporosis, deformidades, y algunos tienen que acudir a las prótesis de ciertas articulaciones”.

¿Cómo se diagnostica?

—Eminentemente mediante la clínica. No hay examen complementario que lo valide. Los estudios más bien se encaminan a descartar otras causas. Y la investigación del factor reumatoide positivo sería el único a incluir y en estos casos son muy invalidantes; sin embargo, en los niños solo entre un tres a un 10 % resulta afirmativo, a diferencia de los adultos, lo que no quiere decir que no se hagan otras investigaciones imagenológicas. No aparece siempre de la misma manera, en ocasiones da fiebre a repetición sin causa aparente, dolores, cansancio, nódulos, daño a nivel del cartílago y lesiones en la piel de tipo vasculítica.

¿Traen los niños a tiempo?

—Sí, y en determinadas ocasiones son tratados por los ortopédicos, oftalmólogos, cardiólogos y otros especialistas de la pediatría, quienes los remiten a estas consultas porque no responden a los tratamientos. Es más, afecciones oculares en los niños sufridas durante meses y años, como la uveítis, luego pueden resultar el producto de las articulares.

Al ser de esta manera, tan difícil, ¿cómo ustedes enfrentan el padecimiento?

—Contamos con un equipo multidisciplinario. Hacemos interconsultas con inmunólogos, cardiólogos, gastroenterólogos, neurólogos, endocrinólogos, oftalmólogos, fisiatras y psicólogos.

¿Puede prevenirse?

—No. El código genético aquí prevalece que es favorecido luego de ciertas expresiones infecciosas o medio ambientales.

¿Cuáles serían las orientaciones a los padres?

—Si la familia de primera línea padece de alguna de las enfermedades autoinmunes hay que estar atentos, y evitar comidas chatarras en los niños, cuidar las condiciones psíquicas o psicológicas, y las presiones de exigencia en los estudios y otros, de manera que esa genética no sea provocada desde lo exterior.

“Si ya la padecen no olvidar atenderlos con los psicólogos porque se ven limitados por períodos a veces largos, al no llevar una vida como los otros de su edad, ni en las escuelas”.