CAMAGÜEY.- Con el desarrollo del panel La Edad de Oro como proyecto decolonizador, desde la Casa de la Memoria, se arrojaron miradas novedosas a esa publicación, creada por nuestro Héroe Nacional, José Martí Pérez, y que celebró el aniversario 135 de la salida de su primer número, el primero de julio de 1889.

Una de las especialista que intervino en el espacio, la DrC. Matilde Varela Aristigueta, refirió cómo “la mayoría de las veces asumimos que La Edad de Oro es solo para los niños, sin embargo, cuando la analizamos en profundidad, nos percatamos que por la forma en que está escrita tiene un mar de riquezas para un público heterogéneo”.

Destacó la intelectual cómo José Martí, marcó una ruptura respecto a los clásicos de la literatura infantil del siglo XIX, en la estructura y manera de comunicar en las historias, y la configuración de su prosa para que fuera más que una narración sobre brujas y ogros: una forma de buscar el conocimiento en los pequeños.

Apuntó Varela Aristigueta que “en las páginas del título referido, El Maestro empapa con su sabiduría y mueve el espíritu hacia el bien, con lecturas del calibre de Tres Héroes, El Padre de las Casas y Las ruinas indias. Con su pluma desmonta el falso universalismo de la ideología occidental, y la utiliza como una espada en defensa de lo autóctono de los pueblos latinoamericanos. La Edad de Oro, en su conjunto, es un paradigma del pensamiento decolonial”.

Trascendieron también, en el encuentro, las palabras de la MsC. Ana Jústiz Guerra, quien abundó sobre los escritos La muñeca negra y Cuentos de elefantes, que aparecen en la conocida obra martiana, y resaltó los valores que subyacen en su narrativa permeada de mensajes, en los que no existe una palabra ociosa o carente de significado, empleadas para mostrar las diferencias de clases, reflejar las concepciones antirracistas, ambientalistas y el amor paternal.

En el espacio, donde participaron educadores e historiadores de diferentes enseñanzas y con la coordinación de las filiales provinciales, de la Unión de Historiadores de Cuba (Unhic) y de la Sociedad Cultural José Martí (SCJM), las panelistas concluyeron que el estudio, la divulgación y la investigación de La Edad de Oro contienen una riqueza que no solo radica en la salvaguarda de la figura de Martí y de su quehacer, sino también, en la preservación de nuestro proyecto social.