CAMAGÜEY.- El Héroe de la República de Cuba, Orlando Cardoso Villavicencio, regresó este martes a la que fuera su casa, la Escuela Militar Camilo Cienfuegos, de esta ciudad, para dialogar con profesores y estudiantes.
"Uno de los placeres más grandes de mi vida es ser Camilito, siempre lo digo con orgullo. Desde pequeño sentía admiración al ver a los muchachos con ese uniforme impecable, representaba un alto prestigio pertenecer a aquí", manifestó el héroe, quién aprovechó el encuentro para contar anécdotas de su juventud y de su etapa como alumno del centro.
Además, relató varios pasajes de su vida, como el momento en que fue emboscado y capturado por las tropas somalíes en Etiopía, algunas de la muchas dificultades que sufrió durante el encarcelamiento, y lo complejo que le resultó reinsertarse a la sociedad al quedar libre.
Cardoso Villavicencio aconsejó en repetidas ocasiones a los futuros oficiales de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR), la necesidad de estudiar y leer. "Los libros están llenos de conocimiento, y en este mundo tan complejo el conocimiento es poder".
"La lectura es la salvación del hombre. Desde que leí el primer libro en la cárcel subió con la fuerza de un volcán el talento que tenía escondido desde la infancia".
"A medida que leía sentía que ese niño de 20 años que había caído preso se convertía en un joven temerario capaz de retar cualquier información, un hombre poderoso. Fue una metamorfosis cultural que cambió mi forma de pensar y actuar".
Dijo que sería escritor, y lo logró, desarrollando su propio estilo. Sus obras Wendy y el Duque Pedro, El reino embrujado, Amor y Espada, y especialmente Reto a la soledad, tuvieron un éxito rotundo desde su publicación.
Los "Camilitos" camagüeyanos y sus profesores realizaron varias preguntas al héroe, relacionada con su vida personal y su dedicación a las FAR.
Orlando habló de su familia y amigos, y lo mucho que disfruta pasar el tiempo con ellos, además resaltó la significación que tuvo para él los incansables esfuerzos de Fidel para retornarlo a casa.
No quiso despedirse de los alumnos sin dejarles claro que considera a la juventud de ahora mejor que la de su tiempo.
"Antes era más fácil llegar a ser héroes. Soy un gran defensor de la juventud actual, pues sigue respondiendo, a pesar de la fuerte influencia del enemigo y sus múltiples facetas, y los problemas económicos que atraviesa el país. Ustedes, los Camilitos de Camagüey, son ejemplo de eso".