CAMAGÜEY.- ¿Cuántos beneficios traería a la ciudad que el turismo que nos visita no sea solo de paso, sino que se interese por permanecer, conocer la urbe y disfrutar de su historia y sus servicios? Se recaudaría para invertir en el propio territorio, los trabajadores por cuenta propia tendrían otros clientes y los del turismo recibirían más propinas… sin dudas se revertiría en la economía, tanto estatal como no estatal, y en la prosperidad del pueblo.

Pero resulta que según los estudios del Centro de Investigaciones Multidisciplinarias del Turismo (Cemtur) en Camagüey está fallando algo vital para conseguir ese propósito: la gestión integrada. Sobre ese tema debatieron los diferentes actores implicados directa e indirectamente con el turismo de cuidad durante el I Seminario-Taller Gestión Integrada de Destinos Turísticos en Ciudades Patrimoniales.

Camagüey tiene una ventaja sobre otras ciudades del país: parte de su Centro Histórico fue declarado Patrimonio Cultural de la Humanidad. Desde el turismo se sabe que esos valores históricos y culturales hay que aprovecharlos, como se hace con muy buenos resultados en otros lugares del propio país y del mundo, pero se está subutilizando.

Comentó María Elena Betancourt García, directora del Cemtur, que no es por carencia de estudios o por falta de preparación de las empresas que participan en la gestión turística que no se llega al último escalón de la gestión integrada, que es precisamente tener un consenso, un objetivo común, articular planes.

Lo que sucede actualmente es que cada quien se planifica los suyos con diferentes objetivos sobre el mismo espacio turístico en diferentes plazos, y lo que se necesita es tener un objetivo común y llegar a ellos a través de todas las instituciones a la vez, porque cada cual tiene una parte importante en esa gestión, pero por sí sola no puede lograrlo.

Miguel Ángel Coll Ramis, Doctor en Ciencias del Grupo de Investigación de Turismo, Movilidad y Territorio de la Universidad de Islas Baleares, compartió la experiencia de Palma de Mallorca, un municipio español que gracias a la gestión integrada hoy recibe 16 millones de turistas al año.

Lo que distingue a este lugar es que cuenta con el segundo centro histórico más importante de Europa, y eso Coll Ramis lo reconoce como un lazo de unión con el Camagüey patrimonial, que también tiene las potencialidades para conseguir resultados similares.

Allí funciona dese hace poco el destino turístico integral gracias a la Fundación Palma 365, una organización pública-privada donde están representadas las diferentes organizaciones que gestionan el turismo, como el transporte aéreo y marítimo, las ofertas de alojamiento y especializadas y los turoperadores.

El hecho de que todos trabajen en la misma línea y participen en la planificación anual se revirtió en el aumento del turismo y su estancia media, que en el 2010 era de 1,2 días y ahora es de 2,5. “Eso, aunque parece poco, tiene un gran impacto económico, pues los turistas gastan el doble y eso repercute en la ciudad”, sentenció el investigador.

También habló sobre la necesidad de una marca, que fue el primer objetivo de la Fundación, “una marca que tiene que nacer del propio pueblo, porque el turista busca el contacto con los residentes, ser uno más del destino. Lo que aquí llaman casa de renta para nosotros son viviendas vacacionales, y eso funciona muy bien”.

Y Camagüey tiene mucho más, también tiene una playa con distintivos atractivos que pudieran integrase en esa gestión. “Ustedes tienen un talento impresionante, pero un poco de desánimo”, dijo el profesor español, y justo eso es lo que no puede pasar. Pero aunque el Cemtur tiene todas las herramientas para el asesoramiento tampoco es quien decide y ni puede solo en el empeño. ¿Quién toma la iniciativa y apuesta por una gestión integrada que posicione a Camagüey entre los principales destinos turísticos del país?

Eso no va a suceder de un día para otro, se trata de un largo camino y de muchas acciones, posibles. El reto está abierto.