La frase que titula este artículo no es mía, es del propio Sebastián Piñera y fue pronunciada en 2009 para "celebrar" la muerte de Mónica Madariaga, ex titular de Justicia durante la dictadura, quien en una entrevista en televisión dijo que por instrucciones del "gobierno militar" y tras la intervención de José Piñera, hermano de Sebastián y ministro del trabajo de Pinochet, había intercedido para liberarlo de su encarcelamiento por fraude e infracciones a la Ley General de Bancos.