Llegó a la compañía con 17 años de edad, y ya cumplió 41 de trabajo. Después de bailar continuó su carrera a través de la enseñanza como regisseur —término del francés que significa director artístico— y maître, como se designa a quien dirige, dicta clases diarias y ensaya. Su admiración por el nivel del ballet cubano nace de su vivencia dentro y fuera del país: ha brindado ayuda técnica en Guyana, Perú, Paraguay, Egipto y Haití.