CAMAGÜEY.- Los domingos no plancho uniformes mientras amanece, bueno, no lo había hecho hasta hoy que también hice madrugar a mis niños por una excepción distinta a cuando vamos de parranda a la playa.

Salimos y estaba medio oscuro. Todavía no me acostumbro al horario de verano. La calle vacía. La frialdad como memoria de un buen aguacero en Camagüey. El silencio.

A esa hora daba la sensación de una ciudad remolona en sus sábanas, aunque muchos de los habitantes durmieran poco por asegurar lo indispensable en este día de elecciones en Cuba.

Faltaban minutos para las siete de la mañana. A dos cuadras y media de la casa, ah, más un doblar de esquina, dejé a los primeros pioneros encargados de cuidar la urna azul del colegio número 8.

Volví muchísimo después, con el sol casi a punto del mediodía. Había otro ambiente. Vecinos con pláticas en las aceras. Vendedores ambulantes. Gente con mirada indiscreta al ver un entusiasmo vestido con uniforme escolar. Sí, es verdad: lo personal es político.

Yo estaba ansiosa por escuchar. Pensé que mi varón, por gordito, primero hablaría de la merienda; y que mi nena, por observadora, haría un diagnóstico como cuando la votación por los delegados: se fijó en el papel de las biografías de los candidatos y me dijo quién por su rostro le parecía confiable.

Pues la conversación empezó por otros rumbos. Aquí les dejo este rápido intercambio de un domingo atípico, con la esperanza de que madrugar también valiera la pena para los niños de su barrio.

YO: Me gustaría saber lo más interesante de hoy para ustedes.

ELLA: Lo fue desde que llegamos. Un señor cargó dos sillas, las puso al lado de la ventana para que descansáramos cuando no tuviéramos que decir ¡Votó!

ÉL: Sí, Roberto nos preguntó cómo nos llamábamos y nos dijo que si necesitábamos algo, que lo viéramos.

YO: ¿Quién es Roberto?

ELLA: El custodio de ese lugar. Le respondimos que Alma y Daniel.

ÉL: No, chica. En verdad fue: Daniel y Alma.

YO: ¿Y qué hacían las señoras de la mesa donde tenían los papeles?

ELLA: Conversaban.

ÉL: También hablaron con nosotros.

YO: Además de conocer a Roberto, ¿qué más hicieron?

ELLA: Lo segundo fue cantar el himno y escuchar la radio.

ÉL: Por la radio dijeron cosas sobre los diputados y mencionaron la palabra parlamento.

YO: ¿Saben lo que significa diputado y parlamento? Pues los diputados se ven en el parlamento, así como ustedes tienen el aula donde conversan, hacen planes y se ponen de acuerdo. Los diputados hacen planes para el país, es decir, para que todos los cubanos se quieran y sean felices juntos. Ahora voy con otra pregunta: ¿Fueron muchas personas?

ELLA: Al principio un poquito.

Él: Pero al cabo del tiempo empezaron más y hasta acompañé a un hombre a visitar a alguien que no podía caminar. Después Roberto nos preguntó si teníamos hambre. Respondimos que sí con la cabeza.

YO: ¿Y qué les dieron?

ELLA: Pan con queso, jamón...

ÉL: Y refresco de fresa o melón, ahora no me acuerdo bien, pero era de bolsita.

YO: ¿Nadie de la escuela de ustedes les dio una vuelta?

ELLA: Sí, cómo no. Pasó Ada y nos dio dos besos.

ÉL: Fue ella la que nos llevó el portaminas con las minas y este diploma que nos entregaron cuando llegaste.