Un día en una charla familiar, Luis Pichardo Loret de Mola, quien por muchos años fuera Jefe de Información del influyente periódico El Camaüeyano, nos hizo la interesante historia de lo ocurrido en su redacción el amanecer del 1ro. de enero de 1959.

“Sobre las dos de la mañana, me llamó Walfredo desde La Habana y me dijo: ‘Batista se va de Cuba con toda la familia, aguanta las máquinas para otra tirada que ahora te mando noticias, como veo la cosa, mañana no vamos a salir’. Yo estaba abajo, en el taller, revisando la edición que ya comenzaba a entrar en prensa. El Dr. Walfredo Rodríguez, aparte de ser director del periódico El Camagüeyano, era Representante a la Cámara por el Partido Liberal y miembro del Consejo Consultivo de Batista. Por eso estaba en la fiesta de fin de año en Palacio, y me estaba dando una noticia de primera mano.

“Nuestra tirada de esa noche se había adelantado para cerrar temprano el taller, por lo que todo estaba listo para imprimir. Esperé una hora, pero Walfredo no llamó y la gente del taller desesperada por terminar. Observé que la pareja de policías que de costumbre custodiaban el periódico no se había movido de allí. Llamé a Piña Varona a su casa, pero me dijeron que estaba en la cena del cuartel Agramonte; Piña era un periodista con muchas relaciones en el gobierno, incluso tenía un pase especial para entrar y salir cualquier día y a cualquier hora de las unidades militares.

“Entonces me arriesgué y decidí la tirada introduciendo la pequeña nota en primera diciendo que debido a acontecimientos de última hora recesaríamos al día siguiente. En realidad estuvimos sin circular hasta el 6 de enero, fecha en que aparecimos con todas las informaciones y fotos de aquellos primeros días de 1959”.

Luego de aquel primer capítulo la historia se precipitó. El mismo día de reaparición de El Camagüeyano, el martes 6, miembros de la Sección de Propaganda del Movimiento 26 de Julio, entre estos Esteban Pino Calvo, José Blanco Fernández, José Manuel Guarch del Monte y René Rivero, solicitaron a nombre de la organización un espacio en el diario destinado a la divulgación y orientación revolucionaria.

La nueva sección tendría el nombre de Sierra Maestra, el mismo del clandestino Boletín Oficial del M-26-7 fundado por el Directorio Municipal de Resistencia Cívica en Camagüey. Con no poca reticencia Walfredo Rodríguez, quien no estaba en condiciones de rechazar la colaboración de los revolucionarios, aceptó la propuesta destinando para ello páginas interiores. El primer número fue publicado el miércoles 7.

En horas de la tarde del viernes 9 tuvo lugar la primera reunión de periodistas revolucionarios de Camagüey, en una de las aulas de la Academia Cisneros (hoy secundaria básica Noel Fernández) en la entonces Plaza de La Caridad, con la asistencia, además, de los redactores y distribuidores del Sierra Maestra. Muchos de los participantes cuestionaron los tropiezos que encontraban en las relaciones con la dirección de El Camagüeyano, acusándolo de distorsionar la realidad y enfrentarles a reporteros simpatizantes de la dictadura mantenidos aún en nómina, algunos de ellos agentes de los órganos de represión, como el propio Piña Varona y Antonio Pío Verde Herrero, por lo que se planteó que no era desacertado contar con una publicación propia. 

La dirección provincial del M-26-7, que ya manejaba una idea similar, presentó la solicitud aunque, falto de recursos, con la variante de imprimir en los mismos talleres.

Ante la situación que sabía se le avecinaba, Walfredo Rodríguez aceptó. Mantuvo para sí la edición matutina, dejando para la tarde el nuevo diario con una tirada inicial de apenas 5 000 ejemplares. En ese período, su empresa periodística podía imprimir hasta 30 000 ejemplares, pues poseía una de las más importantes rotativas del país.

El lunes 12 de enero comenzó a circular ¡Adelante!, con redacción y talleres en Finlay No. 4, o sea, en el mismo edificio y con el mismo taller de El Camagüeyano. Al día siguiente el Comandante del Ejército Rebelde   y Jefe del Distrito Militar de Camagüey, Huber Matos Gutiérrez, nombró al capitán Rosendo Lugo, jefe de Prensa y Propaganda del Regimiento Agramonte a fin de asegurar su presencia en la publicación revolucionaria, aunque desde temprano mantenía nexos con Walfredo Rodríguez. El 2 de febrero la Junta de Dirección de ¡Adelante! reestructuró el equipo de redacción, nombró al frente a Rogelio Cisneros e incorporó al grupo de periodistas a Beba Mendoza, la primera mujer incorporada a la prensa camagüeyana luego del 1ro. de enero de 1959.

Tal dualidad de periódicos de distintas tendencias políticas y económicas se extendió hasta el 31 de marzo de ese propio año, fecha en que El Camagüeyano cerró definitivamente sus puertas.

¡Adelante! no circuló solo en el territorio de la antigua provincia. Por varios meses compartió con 99 profesionales de la prensa vinculados a 12 periódicos (El Camagüeyano, Órbita, El Sol de Cuba, El Noticiero, Ecos de Esmeralda, El Gallo de Morón, El Justiciero, El Pueblo, El Pueblo de Ahora, La Región, El Provincial y El Pueblo de Florida), ocho revistas (Acción Cívica Camagüeyana, Arroz, La Fe, Garajistas y Conexos, El Ideario, Libertad Comercial, Superación Rural   y Unión) y ocho noticieros periodísticos en las emisoras de radio CMJC, CMJF, CMJK y CMJR, de la ciudad de Camagüey; CMJH y CMJU de Ciego de Ávila, CMJQ, de Nuevitas y CMJI, de Florida.