CAMAGÜEY.- En abril de 2014 Yosvany Álvarez Torres contaba aquí mismo de su hermandad con Pocho (Aníbal Vayán) y de cómo juntos vendieron sus casas en Quan Tri para abrirse paso entre la maleza, allá por donde el diablo dio las tres voces en la comunidad de Batalla de Guisa, en la carretera hacia Najasa.

“Esto estaba en el fondo de tierras ociosas, aquí no había caminos ni nada, solo las ruinas de la vaquería de cuando la cuenca lechera, que llevaba 30 años sin producir, imagine, son cosas muy difíciles de contar”, rememora El Chino, como todos le conocen, que es hoy un guajiro con “resultados sólidos”, como él mismo dice.

“En 2021, de 15 toneladas de carne que tenía contratadas entregué 17, y dupliqué el compromiso de 28 000 litros de leche a 56 000 entregados a la industria. Para este 2022 el plan es de 35 750, pero no debo tener problemas para cumplir porque cuento con los animales y 27 novillas preñadas que garantizan el reemplazo. Como ve, mi plan va creciendo cada año, no nos quedamos estancados”.

Así, a las 54 vacas con que comenzó el pasado calendario les sumó otras 11 que nacieron y no tuvo ninguna pérdida porque él sabe darles su valor: “La vaca es una mina y si la cuidas y le das atención ves los resultados. Da más negocio la leche que la carne, explica con una sonrisa pícara. Los toros se pasan tres años para alcanzar un peso adecuado y poderlos vender, luego tienes que volver a invertir en comprar más. Mientras tanto, la vaca te da leche y la hija o el hijo anualmente, y se mantiene así por seis o siete años.

“Yo hago doble ordeño. Las vacas dan cuatro o cinco litros diarios y si no se los sacas mañana no te van a dar 10, esos cinco los perdiste. Pero si haces doble ordeño, te dan dos o tres más, que en el año van sumando”.

Además, junto a sus 11 trabajadores, tres de ellos dedicados al ordeño, este guajiro se prende desde antes del amanecer.

“Estoy allí con ellos porque hay que darles seguimiento, si no las cosas no salen como tú quieres”.

—¿Siempre estuvo vinculado a la agricultura?

—Mis padres son ganaderos y desde pequeño iba a las unidades, veía cómo se ordeñaba… Luego estudié la ganadería: soy inseminador, fisiopatólogo y veterinario porque me he tenido que superar.

“Nunca soñé con tener una unidad como esta, un ordeño mecánico, un tractor... antes todo era del Estado. De esa manera los resultados eran colectivos y los míos dependían también de los demás, no hacía nada con esforzarme y que los otros no trabajaran a la par. Ahora los logros son míos: recuperé los tanques, mi ganado tiene agua en todos los potreros, ya tengo totalmente limpias 120 hectáreas y seis cuartones...

—¿Ha visto los beneficios de las nuevas 63 medidas?

—Le han dado valor a los campesinos primero, y después a la agricultura. De $4.50 nos habían subido el litro de leche a $6.90, cuando a un pan le incrementaron 20 veces su valor. Después parece que reflexionaron y subieron a nueve pesos y finalmente a 20. A mí me está saliendo el litro de leche en 22.70 con acarreo y el estímulo por el sobrecumplimiento. También pude sacrificar 12 reses, me quedé con tres, y nueve las vendí a la población, a la Minorista de Jimaguayú, a los médicos que estuvieron en Zona Roja.

—¿Les están pagando en tiempo?

—El Cárnico se demora un poquito más, pero sí están pagando rápido, aunque lo ideal sería que te pagaran al momento, como hace Acopio. Porque es que como te estimulan, te penalizan con 10 pesos por litro de leche contratado que dejes de entregar. Y creo que se escogió una media para que los buenos y malos productores pudieran cumplir, pero hay gente que está pagando la leche que no entregó porque no ha creado las condiciones, no tienen agua, no tienen cercas…

—¿Se ha beneficiado con los créditos bancarios para invertir?

—Las primeras 22 vacas y el semental con el que empecé los compré con un crédito, luego me dieron 148 000 pesos para chapea a pagar en 10 años sin intereses y después 60 000 para adquirir novillas; el tractor también lo logré con crédito. Al Banco es al mejor que se le debe, tú le pagas en tiempo y no te están cayendo atrás, ni te buscan. Desde octubre que empezamos a cobrar con los nuevo precios uno va pagando por adelantado y es muy bueno”.

El Chino presume con orgullo de que sus vacas son hechas por él, porque no ha comprado ninguna de buena raza y que su pasto es el que le ha dado la naturaleza y aun así este año ha sido de mucha producción, “me ha salido bien”.

Entre sus proyectos prevalece la producción de leche, por lo que quiere llegar a 200 vacas y la instalación de un ordeño mecanizado que ya “escucha la conversación”.

De vez en cuando pone en duda que todas las medidas que se anunciaron lleguen a la base, y ve lejos los insumos y maquinarias a los que podrá tener acceso, pues para eso deberá disponer de MLC y no le convendrá que el Lácteo, por ejemplo, sustituya los 10 centavos acordados en esa moneda por litro de sobrecumplimiento valorado en CUP.

También le preocupa la forma en que se regulará la venta de dichos insumos para que los compre realmente quien los necesita y no sean objeto de lucro para unos pocos.

Mas, mientras espera y confía, se prepara para hacer de este un año superior porque en sus tierras el trabajo no se detiene.

Ante la interrogante de cuánto transformó el campo esta Revolución que ya celebra su aniversario 63 Chino contestó: “La Revolución lo ha hecho todo, mira, esto mismo lo hizo la Revolución y yo lo estoy usando, y gracias a eso estoy cumpliendo mis sueños”.