Hay una sola República de Cuba pero no hay una sola Cuba. Hay sal y calor, luz y energía en cada una de sus construcciones. No es un país sino un estado del alma que te mueve, te arrebata, te afinca hondo en las entrañas y te impulsa… es una bendición, un sacerdocio que también se vive en tiempos de SARS-CoV-2.
Una de ellas crece dentro de los, hasta ahora, 44 enfermeros y 31 médicos de la provincia que se alistan para partir o ya llegaron a otra nación, a otra casa cuidando y curando, gerundios que desde el amor llevan tatuados en sus batas blancas, entre ellos los que le ganaron al Ébola todas las partidas.
¡Médicos y no bombas! ? #CubaSalvaVidas #CubaSalva ? @fotoIsmaelito pic.twitter.com/Mx6oGcxaYr
— Soldado de las ideas (@SoldadodeIdeas) March 28, 2020
También están los que aquí, parte de ese mismo “ejército”, a solo kilómetros del hogar no descansan en cama propia. Los que velan las cifras, los del control de foco, o los puestos de mando, o las 24 horas al pie del paciente; los que reorganizan fuerzas y tareas como el consultante de 69 años que da primero su disposición para lo que haga falta sin pensar en la edad o su cuadro de riesgo… ese es un rostro para honrar.
Insufla en lo más hondo con el hashtag que se viralizó en las redes y conmocionó, porque #CubaSalva a diario, en pequeñas obras, pero nunca desde un barco un “te quiero” había arrancado tantos orgullos.
Recibimiento espontáneo y emotivo del pueblo español en aeropuerto Adolfo Suárez d #Madrid a Brigada Médica cubana con destino a #Andorra para combatir el #COVID19 en auténtica y desinteresada muestra d solidaridad d #Cuba #CubaSalvaVidas @CubaMINREX @La_SER @24h_tve @laSextaTV pic.twitter.com/1NfGDIDDMt
— EmbaCubaEspaña (@embaCubaEspana) March 29, 2020
Está su imagen de Patria en los que no descansan en la producción de 22 fármacos para combatir la pandemia, entre ellos el Interferón Alfa 2B que ya han solicitado usar en 45 naciones de América Latina, Europa, África y Asia. En los que no duermen en los laboratorios, donde ven juntarse el día y la noche en la tarea de confirmar los casos infectados.
Brigada de cooperantes cubanos de la salud arribó a Dominica, otra hermana nación caribeña a la que llega, en tiempos de #COVID19, la solidaridad de #Cuba y su pueblo. | #CubaSalvaVidas pic.twitter.com/YXSTMjq82P
— Bruno Rodríguez P (@BrunoRguezP) March 29, 2020
Si mira bien encontrará también la Cuba que es el director que busca soluciones para acercar a las tiendas productos que hoy parecen ciencia ficción, sobre todo cuando se entiende que no son cuentos las sanciones del bloqueo cada vez más asfixiante. En ese mismo rumbo van los que cambian horarios para vender cloro, aseo… para que todas las máquinas cosan nasobucos con la tela que hay, aunque eso implique desarmar la pieza que hoy agradecemos no se vendiera o usar la sábana y el pulóver viejo del vecino; un hacer al que se suman las abuelas, las que traducen el estar en casa como estar activas. Compartir, en las buenas y en las malas, significa una parte importante de este cuadro nacional que somos.
Late en las esencias de la artista que pinta sus gatos en pequeños videos caseros para ser replicados en Vertientes, Florida, Alemania… y la música que irrumpe los hogares desde el Facebook Live, o la Educación que no deja de enseñar y se cuela en los televisores para que la clase no falte ni en tiempos de COVID-19.
Hay Cuba en el extranjero que la vive porque la escogió como hogar y no ciudad de paso, ese que también espera el parte diario de las 11:00 a.m. y en “tiempos normales” comparte el buchito de café. No hay enemigo en quienes no nacieron en estas tierras pero las guardan, bien lo sabemos por Máximo y Ernesto, por Henry, aquel mambí con inscripción norteamericana en cuyo nombre desde el 2005 nuestros médicos y enfermeros van al mundo a sanar en situaciones de emergencia.
Nuestros médicos hacen su parte, a nosotros nos toca cuidarnos ?⚕️??#COVID19 #CubaSalvaVidas pic.twitter.com/MRAGtfhGii
— Cubadebate (@cubadebatecu) March 26, 2020
Admiro la que se arma y crece en medio de lo impensable: bloqueo, sequía, una economía maltratada… una pandemia. Es entonces cuando más se yergue, reorganiza su política tributaria, el funcionamiento de sus entidades presupuestadas, de los negocios particulares… es cuando un Primer Ministro —al frente de un Consejo lleno de ojeras y rostros que transmiten confianza desde el cansancio de las tantas horas de trabajo, solo comparables con las que vendrán— habla desde el corazón y pide, como padre, que no se salga de las casas sin necesidad; y un Presidente ratifica con rigor sus palabras y tal parece que buscan paralizar al país, pero ellos solo quieren resguardarlo en la seguridad del hogar para mañana poder vivir y vencer.
Presidente @DiazCanelB: "Estamos trabajando para #Cuba, para el bienestar de nuestra gente y estamos trabajando también para el mundo, por eso de manera ejemplar hay doce brigadas médicas, con más de 580 participantes en varios lugares del mundo". https://t.co/6cTzLrxJhI pic.twitter.com/Vps5jBzPAF
— Leticia Martínez Hernández ?? (@leticiadeCuba) March 29, 2020
Por eso no puede haber quien indisciplinadamente interprete como vacaciones los días más definitorios del 2020, se aglomere en colas (algunas necesarias, otras no tanto), pasee por las calles, incluso con los niños que el Estado celó en primer lugar, o entienda que sus responsabilidades terminan en la puerta de los establecimientos.
Ahora mismo la mejor versión que podemos mostrar es la de la responsabilidad. No hay contienda que no hayamos vencido juntos (bien nos lo enseñaron los padres que desde Santa Ifigenia nos alumbran), todos estamos a cargo del cuidado de la nación, de nosotros mismos.
Hoy una República defiende el aislamiento en familia para que cuando nos podamos juntar no nos falte una Cuba para abrazar y para ganar las batallas que vengan.