CAMAGÜEY. Un centenar de muchachas y muchachos vivieron, este jueves, uno de los días más importantes de su vida. Ellos aún recuerdan el día en que la Facultad de Estomatología de la Universidad de Ciencias Médicas Carlos J. Finlay, de esta ciudad, los recibió hace cinco años. Dejaban de ser los estudiantes del preuniversitario para empezar un nuevo camino entre molares, cavidades, prótesis y sillones.

Ninguno imaginó que, además de lo complicado de la carrera, de la mezcla de teoría y práctica, les tocaría lidiar con los riesgos de una pandemia que cambió maneras de hacer, protocolos y convirtió su labor asistencial en una Zona Roja donde el más mínimo descuido puede traerles el contagio.

Hoy ellos estaban allí, en la Plaza San Juan de Dios, del Camagüey legendario, para recibir el título que los acredita como doctores en Estomatología y comenzar a escribir cada uno sus historias como profesionales .

Títulos de oro, vanguardias integrales, premios al mérito científico, miembros del movimiento de Mario Muñoz Monroy recibieron, también, los reconocimientos al empeño y a su trayectoria estudiantil durante todos estos años.

A nombre de los graduados, Yadiana Estrada Mirabal agradeció a la institución la formación recibida en estos años y aseguró que de allí habían salido con todas las herramientas para integrarse al glorioso ejército de batas blancas y poner todos los conocimientos adquiridos durante la carrera en favor de la salud del pueblo.

Por su parte la rectora de la Casa de Altos Estudios, Tamara Chaos Correa, hizo énfasis en lo difícil de este período, marcado por la distancia de las aulas, lo que requirió un esfuerzo mayor de los graduados y que retrasó la promoción que habitualmente se hace en julio. Además, los exhortó a seguir conquistando éxitos en su vida profesional y les recordó que la universidad los esperaba para estudios de postgrado con los brazos abiertos.

En el transcurso de la jornada que recuerda al Señor de la Vanguardia y al Guerrillero Heroico, la universidad médica camagüeyana y sus filiales municipales graduaron más de mil nuevos profesionales que llegan a reforzar un sistema de salud que tiene como uno de sus mayores retos que esa enfermedad mortal no siga arrebatando vidas a las familias cubanas.