CAMAGÜEY.- Con la pata izquierda iniciaron las vacas camagüeyanas el 2020. Al cierre del 24 de marzo solo se habían entregado a la industria de productos lácteos 9 millones 487.4 litros de leche, lo que significa solo el 78% de lo contratado, con 2 millones 604.9 litros de deudas. Una brecha nada despreciable y difícil de acortar, aunque no imposible.
Los buenos resultados que marcaron los años 2018 y 2019 en la producción de leche en la provincia insisten en quedarse en el pasado. Las estadísticas (incumplimientos) de los diferentes sectores productivos se comportan actualmente de forma similar: el estatal al 71%, las Unidades Básicas de Producción Cooperativa al 73%, las Cooperativas de Producción Agropecuarias al 78% y las Cooperativas de Créditos y Servicios al 85%. De los 13 municipios solo cumplen hasta la fecha Céspedes, Esmeralda y Vertientes.
Como principal causa de esta “crisis” lechera no se puede responsabilizar a la sequía, pues el inicio de cada calendario se caracteriza (con mayor o menor intensidad) por las escasas lluvias. El principal problema radica en que los ganaderos del territorio no han podido enfrentar esta inclemencia meteorológica debido a la escasez de combustible que tiene el país desde hace varios meses- causa del recrudecimiento del bloqueo económico impuesto por Estados Unidos contra Cuba.
Reinaldo Martínez González, especialista de ganadería de la delegación provincial del Ministerio de la Agricultura explicó a Adelante que esta limitación de petróleo y gasolina afecta el tiro de agua para beber, al igual que el corte de comida en las áreas forrajeras y la transportación de esta y de los subproductos de la caña de azúcar que entrega el grupo empresarial AzCuba.
“Aún con esas limitaciones hoy se le lleva agua, en las 306 pipas con que contamos, a 85 610 cabezas de ganado. En la actualidad se encuentran deterioradas casi 2 000 fuentes de abasto de agua, que representan el 13.2% de las posibles a explotar”, precisó Martínez González.
Según la información ofrecida por el especialista, en esta etapa se ha podido entregar para la alimentación de las reses bagacillo y cachaza, “no así la mezcla de miel-urea pues la falta del último componente ha frenado su distribución. No se ha definido la autorización por parte del país de entregar la miel sin la urea”. Solución esta última que ayudaría a frenar el deterioro físico del ganado y las consiguientes muertes; máxime en un momento como el que vive el país en el que más que nunca se necesita potenciar las producciones nacionales para enfrentar a la COVID-19.
El funcionario insistió en que acompañan a la dirección del Minag en los análisis y chequeos para revertir la situación actual las principales autoridades políticas y gubernamentales del territorio. “Se está realizando un chequeo cada fin de semana para revisar las acciones que emprende cada municipio para proteger a los rebaños, las prioridades de entrega de recursos a las hembras que se encuentran en producción, las estrategias para disminuir los problemas de manejo del magano y de exigencia en los centros de acopio de leche. Este sistema de trabajo permitió que en la semana del 15 al 20 de marzo, se creciera en 5 933 litros promedio diarios en comparación con la semana anterior”.
Incrementar la producción de alimentos siempre ha sido una prioridad para el país, la misma se multiplica en la situación actual de enfrentamiento al nuevo coronavirus que azota a casi todo el planeta. Destrabar amarras al más alto nivel y desatar la iniciativa y la búsqueda de alternativas locales son imprescindibles para empujar las producciones ganaderas, estabilizar la entrega a la industria y garantizar la alimentación del pueblo.