CAMAGÜEY.- La falta de hidrocarburos en la zafra, y la carencia de recursos tecnológicos que provoca el bloqueo de los Estados Unidos, son zancadillas que ahora mismo impiden fabricar más y mejor azúcar cuando los precios en el mercado internacional del vital producto oscilan entre los 12 y 15 centavos-dólar la libra.

Sin embargo, para fabricar crudo se precisa moler caña y esa materia prima imprescindible conlleva la preparación de suelos bajo riego o en secano y semilla de calidad, que en los últimos años Camagüey incumple. Ello y las deficiencias industriales año tras año dejan el campo a merced del clima, miles de toneladas de esa gramínea que se convierten en más paja y materia extraña que azúcar.

Avatares precedentes subjetivos y objetivos como el déficit de combustibles, constituyen el actual lastre de la dulce producción, casi al término del mes más dulce de toda la contienda, con poca lluvia y propicios “fríos”. Los agroazucareros solo cumplen al 62% el plan provincial, con 77 357 toneladas.

El ingeniero Lázaro Álvarez Padilla, director de la Empresa Azucarera en Camagüey, expresa que, pese a los esfuerzos de AzCuba para garantizar combustibles a las principales faenas del corte mecanizado y el funcionamiento de las cuatro fábricas de azúcar vigentes, los centrales Siboney y Panamá presentaron severas afectaciones de hidrocarburos.

El “Batalla de Las Guásimas” —aseguró el directivo—, además de problemas industriales y alta cantidad de materia prima quedada, enfrentó en sus plantaciones de abasto incendios de caña que por la carencia de petróleo no pudieron procesar, aunque se trabaja en el rescate de las cepas posibles.

Álvarez Padilla, en su información a los representantes de la zafra en la provincia, del Sindicato Azucarero y directivos de las entidades que apoyan cortes y moliendas en los distintos territorios cañeros, expresó a las autoridades de Camagüey que la estrategia ajustada a las nuevas circunstancias es, en primer lugar, preservar con medidas higiénico-sanitarias la salud de los obreros fabriles, abastecedores de caña y todo el personal de aseguramiento ante la COVID-19 sin detener la zafra, mientras el clima lo permita.

El plan provincial es producir azúcar de la mejor calidad, con un abastecimiento mayor y estable de materia prima a los ingenios Panamá y Siboney. Este último, el más destacado en los indicadores industriales, se reforzará con parque automotor ferroviario. También se incrementarán las labores de mantenimiento y ajustes tecnológicos en el “Carlos Manuel de Céspedes”, para que ese colectivo con dificultades fabriles, no de abasto de caña, lleve su plan técnico-económico al 90 % de cumplimiento, ahora logra un acumulado del 76 % con 26 698 toneladas elaboradas hasta el jueves último.

“Batalla...”, el más complicado en esta recta final por sus insuficiencias industriales y la excesiva quema de caña, tendrá que aprovechar las bonanzas de abril para tratar de consumir unas 55 000 toneladas de materia prima vieja y no arrastrar otro posible incumplimiento la venidera molienda 2020-2021.

Si el clima lo permite, Camagüey puede hacer más azúcar. Los precios son tentadores y la economía lo necesita más que siempre, incluso, moler hasta mayo donde se pueda con bajos rendimientos industriales (o altos porque se muelan retoños), pero salir de la caña quedada y requedada que nunca debió estar en pie en febrero y mucho menos en marzo, cuya permanencia en futuros estimados puede volver a comprometer la próxima zafra. Cortarla toda sería, al menos, del lobo un pelo… de ahí que la emulación premia a los pelotones que hoy derriben el 80 % o más de la tarea diaria, como el de la “Gilberto Aguilar”, cuyos operadores solo piden camiones en el cañaveral para no parar las combinadas.