CAMAGÜEY.- Solo 63 días nos separan de uno de los sucesos más trascendentales en la vida de muchos jóvenes. Las pruebas de ingreso a la educación superior inician el 5 de mayo y sabemos que esos tres exámenes suelen ser motivo de dolores de cabeza y desvelos. Sin embargo, el sentimiento de concluir una etapa y palpar los frutos del esfuerzo diario, supera cualquier estrés.

Las pruebas de ingreso constituyen una especie de competencias de conocimiento donde el premio es una carrera universitaria. Y aunque el proceso dependa en gran medida del estudiante, hay factores importantes como la familia y la escuela con mucho peso en los resultados finales.

Aquí el sector educacional se toma muy en serio lo de concretar futuros. Aun cuando el pasado curso el porcentaje de aprobados en la primera convocatoria descendió de un 81 % en el 2018 a un 59 %, la provincia no ha dejado de engrosar la lista de las mejores del país.

La cobertura docente es el punto de arrancada de su estrategia. Tener en las aulas de 12mo. grado a los profesores con más experiencia en los contenidos a evaluar constituye prioridad. Si a ello se suma que este curso más de la mitad de esos maestros sean los mismos desde décimo, las posibilidades aumentan.

No pretendo ser absoluta. Conocemos que las condiciones ideales no existen en la totalidad de los centros y municipios, no obstante, los directivos de Educación han “movido fichas” y aunque algunos muchachos buscan repasadores particulares, muy eficientes como complemento, la escuela nunca ha dejado de atenderlos.

Con un profesional de nivel en Matemáticas, Español e Historia en cada clase, la brújula apunta a los contenidos. Desde décimo grado los alumnos reciben, además del programa usual, cursos complementarios y turnos para la preparación del ingreso. Ello adquiere suma importancia si se tiene en cuenta, por ejemplo, que el 70 % de los aspectos a evaluar en Matemáticas se imparte en onceno.

A su vez, para los más de 3 000 camagüeyanos que cursan el duodécimo grado hay concebido un reajuste en el horario. Las mañanas se destinan a las tres asignaturas de comprobación y en las tardes, sin estructuras de grupo, se atienden dificultades específicas. Y aquí precisamente radica una de las mayores preocupaciones, la asistencia.

Es contradictorio que las mayores ausencias registradas en años anteriores sean en la última etapa. Se puede diseñar el mejor plan de repasos del mundo que si las aulas están vacías no sirve de nada. ¿Cómo se concibe que en el horario vespertino haya grupos con menos de diez estudiantes? ¿Falta interés o preocupación de los padres?

En cifras, más del 85 % de los alumnos de la provincia son externos, o sea, almuerzan en las casas. Su retorno a la escuela es, y más en el momento actual, responsabilidad de la familia. Debatir un texto literario, comentar películas de corte histórico o hablar de ortografía en la biblioteca del centro resultan también formas eficientes de aprender. No las neguemos.

Tampoco podemos obviar la relevancia de las tecnologías a la hora de estudiar para el ingreso. Así se cuenta con los repasadores en líneas del portal educativo Cuba Educa, sistemas de ejercicios, libros digitales de todas las asignaturas, aplicaciones sobre las funciones, fórmulas y las ecuaciones matemáticas, reglas ortográficas y las teleclases.

En la actualidad todos los preuniversitarios de Camagüey están conectados a Internet y quienes cursan 12mo. poseen una cuenta que les permite la navegación nacional. No son máquinas súper modernas ni una conexión de banda ancha, pero cada año están a disposición de todos.

Joven: solo 63 días te separan de tu futuro (que es el del país que vives), no son muchas las horas para perder. No dejes de atender una clase por jugar en el celular, úsalo para aprender; no te quedes en casa viendo series, ve a la escuela y concéntrate en el estudio; no te guardes las dudas, pregunta… En tus manos el país ha puesto todos los recursos posibles, aprovéchalos.