CAMAGÜEY.- Nacidos en el fragor de los convulsos años iniciales del proceso revolucionario en Cuba, los Comités de Defensa de la Revolución (CDR) asumieron entonces la vigilancia en los barrios ante las agresiones enemigas, y 61 años después se reinventan en función de la transformación social en las comunidades.
LA DEDICACIÓN FLORECE
Mayito, como todos lo conocen en el barrio, transformó las áreas verdes del edificio en coloridos jardines. El césped había desaparecido por el fútbol y las indisciplinas de los jóvenes jugadores se hacían incontrolables. Con mucha paciencia, enfrentando a detractores y sobrellevando ofensas, una tarde comenzó sus labores de jardinería en compañía de otros vecinos, y hoy todos disfrutan la floración de ese empeño.
No fue impulso de un momento, cada tarde las plantas reciben su atención. Unas veces acompañado por su esposa, otras por sus compañeros de siempre y alguna que otra vez un nuevo vecino o los niños se involucran en la obra que también dedica un espacio a plantas medicinales para aliviar malestares a quienes lo necesitan en la comunidad.
Esa constancia; su permanencia por años en la dirección del Comité de Defensa de la Revolución (CDR) No. 4 de la zona 211, que repite como Vanguardia Nacional; el reconocimiento de su familia como Destacada entre otras cualidades, avalaron a Mario Antonio Sánchez Basulto para recibir la Distinción 28 de Septiembre, otorgada por el Secretariado Ejecutivo Nacional de esa organización.
OTRO HÉROE DE LA COVID-19
Las primeras veces que ves llegar la guagua te asusta pensar que viene a recoger algún infestado o sospechoso de COVID-19. Luego comprendes que se trata de un vecino movilizado en la Zona Roja pues en tiempos normales es rehabilitador en el policlínico Finlay.
Recientemente llegó de cumplir misión en Venezuela, positivo a la enfermedad, y su incorporación nuevamente al trabajo fue en la guagua que traslada a enfermos y sospechosos hacia los centros de aislamiento. Por eso se le ve llegar y en unas pocas horas volver a salir, a cualquier hora, cualquier día.
También a Iliesky Arteaga Gastelúa llegó el reconocimiento de los CDR por su aporte en el enfrentamiento a la COVID-19, su entrega sin límites, sin horarios, sin miedos y decidido a estar donde hace falta.
“De las cosas que más me ha impresionado en esto están la alta incidencia en niños, y la cantidad de gente que se niega a ingresar, dan la dirección falsa, uno se vuelve loco buscando y preguntando a los vecinos y nadie los conoce. ¿Mi familia?, apoyándome en todo. Tomo todas las medidas porque tengo que cuidarlos. Tengo una niña que no baja del edificio a nada y no puedo traérselo a ella”, comentó.
UN BUEN MOMENTO PARA COMPARTIR
“A los cubanos no nos sobra nada. Con mucho amor la gente comparte lo que tiene y eso para nosotros es un orgullo”, comentó Yuniar Machado Campos, coordinadora municipal de los CDR, refiriéndose a la donación que en la misma cuadra recibió Rosa María Peña Solís, madre de tres niños y soltera.
La iniciativa forma parte de una convocatoria para apoyar en los centros de aislamiento, hospitales, casas de niños sin amparo familiar, entre otros, a propósito de la situación que ha generado la epidemia de COVID-19.
Varios productos de aseo personal y prendas de vestir para los pequeños llegaron a esta familia recolectados por los vecinos de la zona 212, que ya habían realizado otra donación en la casa de niños sin amparo familiar Manuel Zabalo.
Agradecida por la ayuda y con cariño recibió la joven los bienes, que según refirió le son de mucha ayuda y utilidad.