CAMAGÜEY.- Cuando se trata de llenar de alegrías la mirada de un niño, los matices de la Revolución son inabarcables. La salud ha sido una de las garantías para lograr esa felicidad, como la experimentaron los pequeños con trastorno del espectro autista en la escuela Héroes del Moncada, tras recibir la segunda dosis de la vacuna Soberana 02, campaña iniciada el pasado 15 de septiembre.

Aquel feliz día, Adelante Digital estuvo allí. Después de las 8:30 a.m. las puertas del centro escolar, situado en la calle Martí, entre República y San Pablo, reabrieron para los infantes. Esta vez el inmueble con su característica fachada azul, color que representa a esa afectación neurológica, funciona como vacunatorio para los que ahí se educan y los alumnos de las primarias Antonio Suárez e Ignacio Agramonte, destinadas a la educación especial.

Los padres del pequeño Fernando Gómez Abreu lo llevan de la mano hasta la enfermera, quien con ternura le coloca la vacuna en su hombro. “Para mí fue sorprendente ver cómo se portó de bien mi niño: se dejó auscultar, tomar la presión y pinchar sin problemas. Toda la familia se halla feliz porque él estará más seguro cuando termine el ciclo”, dijo la madre, Lissett Abreu Quirós.

Desde su corazón de mamá aconsejó vivir la experiencia porque “mientras más vacunados existan, estarán más seguras las generaciones de cubanos”, y en especial aquellos que saben querer, como les llamara nuestro José Martí.

Reafirma ese comentario Margarita Díaz Díaz, directora del Hogar de Niños sin Amparo Familiar de Plaza Habana, que tiene a su cuidado al estudiante de la “Antonio Suárez”, Cristian Bolaño Zulueta, de 14 años.

“Este es un nuevo amanecer para los jóvenes como ellos, una protección contra la pandemia que les permitirá desarrollarse con mayor libertad desde el punto de vista académico y social”. Con cariño miró a su muchacho y luego expresó que sintió “mucho orgullo al conocer que tendría ya al primer vacunado de mis niños”.

La motivación, refiere Margarita, es una palabra de orden en la casa donde viven. Acompaña con actividades y juegos didácticos las clases televisivas, la enseñanza de una higiene adecuada y el aislamiento, para resguardarlos de un posible contagio.

En medio del ajetreo que supone un vacunatorio, la mirada ansiosa de la directora de la escuela Héroes del Moncada, Yudelis Pérez Carlos, velaba que todo se mantuviera en orden. “Agradecemos a todas las instituciones que han hecho posible la realización de este noble proceso”.

Cuando la directiva habla de su labor, de sus muchachos y de la misión de prepararlos para el futuro, el cielo parece quedarle minúsculo. “Necesitan una atención diferente a los demás, pero comprenden el esfuerzo y la dedicación que les prodigamos. Cada vez que logramos comunicarnos con ellos, desde el alma, nos sentimos completos. Nuestros 45 docentes han estado pendientes de la educación de los 25 pequeños, aun en esta etapa de COVID-19”.

Alexis Batista Rodríguez regresó a su escuela después de mucho tiempo, y aunque tuvo cierto temor al “estoque” de la Soberana 02, ya ha superado los dos primeros pasos de la inmunización con éxito. El amor de sus padres relaja las tensiones del momento y facilita que el muchacho se sienta más a gusto durante el proceso que acoge su escuela. “Confío plenamente en que la vacuna lo protegerá. Es una manera de salvarlo a él, a quienes lo cuidamos y a todo el pueblo”, aseveró con tono esperanzador su padre, Alexis Batista Martínez.