CAMAGÜEY.- A poner su hombro como “Chamaquili” fue este martes el pequeño Keyler Brito Díaz al policlínico Julio Antonio Mella de la ciudad, sitio donde recibieron la dosis inicial de Abdala 20 niños de tres a once años. La fase uno del ensayo clínico Ismaelillo en este rango de edad se realiza cuando los chicos de 12 a 18 ya se encuentran en una segunda etapa.

Keyler fue el primero en sentarse en la “silla del pinchazo” y aunque el papá no deje de hablar de lo impaciente que estaba esperando el día, sus ojos solo mostraron emoción y tranquilidad. Tranquilidad porque sabe que forma parte de una bonita historia de la investigación en el país y porque fue su mamá quien, al igual que a su hermano mayor Cristian, le puso en el brazo una pequeña gran porción de esperanza.

“Esta inyección es muy buena porque salva. Era el único de mi familia que faltaba por ponérmela y ya quería que me tocara. Cada vez falta menos para jugar con mis amiguitos, aunque dice mi mamá que hay que seguir cuidándose y ella sabe porque es la que vacuna. Lo que hace es muy importante, por eso estoy orgulloso de que sea enfermera”, expresó el menor.

Cerca de él, en la sala preparada para la observación, se encontraba la pequeña de diez años Arleen Ortega Pérez. “Yo no tuve miedo. En la casa me explicaron que soy de las primeras valientes y que gracias a nosotros se podrán vacunar todos los niños de Cuba. Cuando eso pase ya podremos ir a los parques y volver a la escuela. No hay que llorar porque el pinchazo no duele nada nada y mata a la COVID-19”.

A su lado, la abuela Marianela Fernández Concepción reveló que nunca dudaron en incluirla en el ensayo Ismaelillo. “Confiamos en nuestros científicos y esa confianza se la tratamos de transmitir a ella. A medida que el médico de la familia nos informaba los procedimientos, se los comentábamos para que entendiera a la perfección. Creo que ese sería uno de los mayores aportes que desde casa podemos hacer”.

Sobre el comportamiento del estudio en el territorio, la licenciada Nelvis Figueroa Baile, monitora del departamento de ensayos clínicos y vacunas del Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología de la capital del país, comentó que hasta la fecha el proceso ha marchado satisfactoriamente.

“Apostamos por la calidad del trabajo en Camagüey, pues fue aquí donde realizamos los primeros siete ensayos de la vacuna contra el agente bacteriano Haemophilus influenzae, causante de meningitis y neumonías. Tanto la población como los investigadores tienen una cultura creada para responder de forma positiva ante cualquier tarea de ese tipo.

“Quisiéramos incluir a muchos más, pero trabajamos con una muestra limitada teniendo en cuenta que todavía se trata de un estudio. Ante la complicada situación epidemiológica del país es lógico que los padres deseen inmunizar a sus hijos, no obstante comprenden que del rigor de lo que hacemos hoy, dependerá la intervención masiva de los menores. Confían en que Abdala en Cuba es futuro”.