CAMAGÜEY- El Ministerio de Salud Pública de Cuba actualizó el protocolo para el diagnóstico y manejo clínico de pacientes confirmados, sospechosos y contactos de COVID-19 en correspondencia con el actual escenario epidemiológico del país. Así se dio a conocer hoy en reunión de trabajo con los directores municipales de Salud y directivos de cada una de las áreas de salud de la provincia.
En cuanto al diagnóstico se precisa que para la vigilancia epidemiológica se priorizará el test de antígeno, con alta correspondencia con el examen de PCR. Al caso sintomático con test de antígeno positivo se le realizará PCR de inmediato para su confirmación, y en caso de que sea sintomático con test de antígeno negativo, se revaluará a las 48 horas con test de antígeno. En cuyo caso se sigue el procedimiento anterior.
Los contactos de casos confirmados de COVID-19 estarán durante 14 días de aislamiento domiciliario. Para ello es esencial el trabajo del equipo básico de Salud que de conjunto con los factores de la comunidad controlarán el aislamiento. De presentar síntomas se convierte en un caso sospecho y se aplica el protocolo previsto para este tipo de pacientes.
A los viajeros a su entrada al país, como parte del chequeo de frontera, se les realizará test de antígeno con SUMA o Biosensor y si el resultado es positivo se confirma mediante PCR. Al concluir su cuarentena se les realizará un PCR, que para el caso de los que proceden de Rusia será en el duodécimo día y al resto se les realizará al quinto día. En caso que durante el aislamiento del viajero aparezcan síntomas, se convierte en caso sospecho.
Respecto a las altas se informó que los pacientes con criterios clínicos de alta, y con cinco días del test de antígeno positivo, se les realizará un test de antígeno evolutivo. De resultar positivo se reevaluará para su alta clínica a las 48 horas con test de antígeno, de persistir, se le realizará PCR a las siguientes 48 horas. El paciente positivo persistente, con 14 días de haberse confirmado la enfermedad, y criterios clínicos de alta, egresará con seguimiento por el médico y enfermera de la familia.
Los pacientes sospechosos con test de antígeno negativo que por su sintomatología, y otros factores de riesgo, requieran ingreso hospitalario se le aplicará el antiviral Oseltamivir durante 5 días. El sospechoso de bajo riesgo por su sintomatología, y otros factores, se ingresa en el hogar con un seguimiento del equipo básico y se revalúa a las 48 horas mediante un test de antígeno.
Si el sospechoso tiene un test de antígeno positivo, se le realiza PCR y se procede al ingreso en instituciones de la red asistencial destinada para la atención a pacientes con la COVID-19 o en su domicilio, en dependencia de su cuadro clínico. Los pacientes sospechosos de bajo riesgo, sintomático leve, se ingresarán en el hogar, con tratamiento antiviral con Nasalferon, así como medidas generales, acorde a la sintomatología. Los pacientes de mediano y alto riesgo, se ingresará en instituciones destinadas a pacientes y llevará tratamiento con Interferón, a los niños menores de tres años se les aplicará Interferón Liofilizado.
Los confirmados con PCR de bajo riesgo, asintomático y sintomáticos leves se ingresarán en el domicilio y se medicamentarán con Nasalferón, si provienen de caso sospechoso continuarán el tratamiento con este medicamento hasta completar el frasco. Los enfermos de bajo riesgo que presenten síntomas moderados (fiebre, tos persistente, diarreas o decaimiento marcado), se ingresarán en una institución, y se tratarán con Interferón, de conjunto con el resto de las medidas terapéuticas.
Los pacientes de mediano y alto riesgo sintomáticos leves o moderados, serán ingresados en hospitales certificados y se aplicará el Interferón de conjunto con el resto de las medidas terapéuticas para sus patologías de base.
Los pacientes de bajo riesgo asintomático o sintomático leve, vacunado con Abdala, con tres dosis y más de 15 días de la última, o aquellos que por ser convalecientes de la enfermedad se le haya administrado Soberana Plus, se procederá a su ingreso domiciliario y el equipo básico se mantendrá expectante.
En cuanto a los pacientes pediátricos si es paciente sospechoso con test de antígeno positivo entre 12 y 18 años, sintomático leve o asintomático se les ingresarán en el domicilio con Nasalferon. Igualmente, esa será la conducta para aquellos pacientes confirmados con síntomas leves entre 12 y 18 años. Al resto de los niños con comorbilidades y sintomatología moderada se procederá a ingresar en un hospital con Interferon.
Igualmente llevarán ingreso hospitalario todas las embarazadas y puérperas, sospechosas y confirmadas, para tratarlas con Interferón, independientemente del riesgo, edad y sintomatología.
En pacientes graves se usará el Nimotuzumab y en pacientes críticos se usará el Juzvinza (si no usó previamente el Nimotuzumab).
Los pacientes que la estructura de la vivienda no permita el ingreso en el hogar, que la distancia y acceso al consultorio impida la evolución médica diaria, y los que tengan familias disfuncionales, no se ingresarán en el hogar. Tampoco lo harán los niños menores de 12 años, embarazadas, puérperas y los niños de 12 a 18 años con patologías crónicas asociadas, ni aquellos con enfermedades crónicas descompensadas o condiciones clínicas predictoras de gravedad (Hipertensión Arterial, Diabetes Mellitus, Enfermedad Renal Crónica, Cardiopatía Isquémica, Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica, Obesidad mórbida y Cáncer).
Los síntomas leves son la cefalea, coriza, anosmia, alteraciones del gusto y la febrícula, los moderados: fiebre de 38 grados centígrados o más, tos persistente, diarreas y vómitos decaimiento marcado y falta de aire. Para los pacientes positivos a COVID-19 graves y críticos se dispondrá de ingreso en las Unidades de Cuidados Intensivos e intermedios, aquellos que sean de alto riesgo se ingresarán en las Unidades de Vigilancia Intensiva. Mientras que a los pacientes de mediano riesgo se atenderán en las salas destinadas para ello.
El cambio mayor está en que los pacientes de bajo riesgo se ingresarán en el hogar, con chequeo diario por parte del médico de la familia y un número directo al policlínico para que ante cualquier complicación solicite atención médica, lo que impone un nuevo reto al sistema de salud cubano, sobre todo a la atención primaria, y a la responsabilidad individual y de la comunidad en el cuidado familiar.