CAMAGÜEY.- Delio y Yadier tienen varias cosas en común: ambos son de Najasa, se dedican a desmochar palmas, la primera vez que lo hicieron tenían 14 años e integran la misma brigada.

A ellos los conocimos en un encuentro competitivo entre desmochadores de la provincia que se realizó con el objetivo de promover el uso del palmiche en la alimentación porcina.

Algunos apostaban por el primer lugar para Delio Morales Montejo, quien con 52 años echó abajo el primer racimo de palmiche que tocó tierra en la jornada, pero quedó tercero luego de subir 16 palmas en una hora aproximadamente.

El oficio lo heredó de su padre, ahora enseña sus mañas a los más jóvenes en el palmar: “Lo más importante es que la soga esté buena, si no hay mucho peligro”, comenta.

-¿Qué función juega el vetero?

-El vetero es muy importante, es quien recibe el palmiche, te tira la soga para bajar, está al tanto de cualquier problema, te alerta. Tiene que ser muy rápido.

Al principio, Delio desmochaba para los campesinos de su zona. Ahora aprovecha las intensas jornadas de este cultivo y el resto del tiempo trabaja como obrero agrícola en la granja Los Naranjos.

A él y a su familia ya esta labor no les agita los nervios. El accidente que tuvo en Flora y Fauna no lo apartó de este camino al que ha dedicado su vida porque según dice: “en casi todas las brigadas hay accidentes”.

SI DE ACCIDENTES SE TRATA…

Yadier Emiliano Ramos García también pertenece a la Brigada de desmochadores del Ejército Juvenil del Trabajo (EJT). Hace menos de dos meses cayó de más de 10 metros de altura y sufrió dos fracturas en la columna, pero ya está activo otra vez.

“Llevaba 11 palmas cuando me caí, pero un desmochador que no se haya caído, no es desmochador. Eso pasa porque uno va cogiendo confianza. Cuando piqué el racimo donde se engancha la veta (soga) lo dejé muy corto y ya iba para abajo. Entonces aprendí que hay que enganchar la veta de dos tetas, por si falla alguna, Uno va cogiendo práctica sobre la marcha”.

Cuando empezó, todo fue de forma empírica: “En casa veía como la gente se subía y un día dejaron a la mano un juego de soga y me subí por primera vez. Lo dejé los dos años que estuve en el Servicio Militar, pero a los 20 continué y un día me avisaron que estaba esta convocatoria y aquí estoy”.

-¿Cuántas palmas desmochas en un día?

-Hemos hecho hasta 50, solo en la mañana.

EL EJT: PARTE DE ESTA VANGUARDIA

Así es, esta brigada del EJT en Camagüey es reconocida como la de mayor producción de palmiche. Está integrada por 60 desmochadores y veteros entre civiles y soldados, fundamentalmente jóvenes que cumplen con el Servicio Militar.

Según comentó a Adelante Digital el mayor Kendri Estévez Miranda, jefe de Organización y Personal de la Jefatura, este año han preparado en un curso de un mes a más de 20 soldados y desde marzo hasta la fecha superaron las 700 toneladas de palmiche a la Unión de Agropecuarias Militares.

Esto no sustituye totalmente, ni lo hará, el resto de la alimentación porcina, pero sin dudas, constituye una alternativa para cumplimentarla y aliviar la situación que atraviesa el país para la importación, entre otras cosas, de alimento para el ganado.

El fruto de la palma real se estableció tradicionalmente de una manera espontánea entre los pastos fundamentales de los cerdos criados al aire libre. Según estudios, su contenido de energía digestible es equivalente al del maíz. En Camagüey, donde extensos palmares cubren la llanura, pudiera convertirse esta en una opción más económica para garantizar la ceba de cerdos criollos.