CAMAGÜEY.- Durante su breve estancia en Baracoa, a finales de noviembre e inicios de diciembre de 1492, Cristóbal Colón no solo halló yuca y tabaco. En su diario de navegación consignó que consumían boniato, ajíes y utilizaban aliños para sazonar el alimento.

Probó el casabe pero no los vio ingerir malanga blanca o frutas como piña, guanábana, anón, caimito, guayaba cimarrona, mamey colorado, jobo, corojo o el “palmito” de palma real.

No supo que en su rica dieta alimenticia degustaban los peces de mar y agua dulce (guabinas y biajacas), jicoteas, moluscos, cangrejos, caracoles, anguilas, manjuaríes, caimanes y cocodrilos, majaés y culebras, jutías, almiquíes, aves acuáticas, palomas…

Más tarde, durante la conquista, los europeos hallarían en el continente maíz, papa, cacao ─origen del chocolate─, el árbol del caucho, un tipo de algodón más productivo, tomate, otros ajíes y aliños y coca.

Los nativos de Cuba, conocidos como taínos, estaban en una etapa de desarrollo mayor que la de sus antecesores guanahatabeyes o siboneyes, clasificada por arqueólogos y espeleólogos como agroalfarera.

Vivían de la recolección, la caza y la pesca, y además recogían semillas, hojas y raíces de tubérculos. Con coas ─palos de punta endurecida al fuego─ y “azadas” ─de madera con lascas de silex, y hachas petaloides─, preparaban la tierra, sembraban, atendían los cultivos y cosechaban.

Tallaban la madera y utilizaban el barro, con el que confeccionaban piezas de cerámica. Utilizaban algodón para tejer sayas cortas, hamacas, redes de pesca, canastas (también con fibras vegetales).

Y realizaban dibujos y pinturas rupestres en las paredes de cuevas o espeluncas como la María Teresa, inmortalizada por Gertrudis Gómez de Avellaneda en la novela Sab. Pueden verse aún en algunos sitios o museos, gracias a oportunas fotos y “calcos”, porque muchas desaparecieron debido a la humedad, el calor, la depredación humana, y el cambio climático.

Los conquistadores conocerían palabras como bohío, caney, cayuca, hamaca, burén, coa, casabe... pero no pudieron cambiar el nombre de Cuba, Baracoa, Maisí, Guantánamo, Bayamo, Jiguaní, Camagüey, Guáimaro, Sibanicú, Najasa, Guanabacoa, ni el de otros poblados, lugares, ríos y montañas de la isla.