CAMAGÜEY.- Los cubanos somos orgullosos, nos corre por las venas eso que se llama cubanía, y no a cualquiera le damos esa condición. Tanto es así que no andamos por el mundo regalando el ser cubano, pero hay dos seres que sí se lo ganaron, uno con el machete, Máximo Gómez, y el otro con un fusil, Ernesto Guevara. Quizás por eso la mejor noticia del 8 de febrero, la que anunciaban los diarios y todos los noticieros era “Che, ciudadano cubano”.

El Consejo de Ministros horas antes había aprobado la Ley Fundamental y entre sus acápites, el 12 precisamente, especificaba que “son cubanos por nacimiento […] los extranjeros que hubiesen servido a la lucha contra la tiranía derrocada el día 31 de diciembre de 1958 en las filas del Ejército Rebelde durante dos años o más, y hubiesen ostentado el grado de comandante durante un año por lo menos”, y pese a la resistencia de Manuel Urrutia se aprobó.

El Che, reacio siempre a ese tipo de reconocimientos, consideró inmerecido tan alto honor, pero era la decisión de un gobierno que por primera vez representaba los intereses del pueblo cubano y no podía hacerle el desaire, solo por eso aceptó. Sin embargo ya hacía mucho rato que él era uno de los nuestros, desde que se montó en el Granma, dispuesto a dar la vida por Cuba y los cubanos, se había ganado esa condición. Porque pensó como cubano cuando prefirió la caja de balas y no la de medicinas en el combate de Alegría de Pío.

Porque fue el primer guerrillero ascendido a Comandante de aquel ejército de pueblo, de campesinos y de obrero. Porque nunca dijo no y llevó la guerra a occidente, porque hizo de Santa Clara su bastión y allí se batió como si fuera un cubano más. Porque luego del triunfo le aportó lo suyo a la construcción del socialismo. Porque como buen cubano partió a otras tierras que lo necesitaban, porque estoy seguro, que como le prometió a Fidel en la Carta de Despedida, sus últimos pensamientos fueron para este pueblo que solamente le dio una condición ya ganada.

Por todo eso, tú mi Che, mi paradigma de hombre, al que quiero parecerme aunque sea muy difícil, eres cubano.