CAMAGÜEY.- Si fuéramos a destinar una porción de un árbol a las diferentes profesiones, a nuestros guajiros otorgaríamos las raíces. Esa parte (aunque sencilla e inadvertida para muchos) es para la planta lo que ellos para esta sociedad, imprescindibles, ya que le/nos ayuda a sostener y a alimentar.

La gente humilde del campo con justeza fue incluida en el pelotón de los valientes que libran desde el surco su propia batalla contra la COVID-19. Ellos no solo han asumido el desafío de producir más para contribuir a la alimentación sino que han destinado una parte de sus crías y cosechas para donarlas a centros de aislamiento, asistenciales y de salud y a grupos vulnerables.

Aunque desconocidos para muchos, antes del coronavirus nuestros campesinos entregaban sistemáticamente alimentos a hogares maternos, casas de abuelos, círculos infantiles, instituciones educacionales y de la Salud. También asumen junto a las cooperativas el arreglo de los caminos lecheros, de la escuelita y la bodega de su comunidad y el mantenimiento de los obeliscos y monumentos que en medio del monte recuerdan acontecimientos históricos. Sin alarde todos los días emprenden buenas y necesarias acciones.

La pandemia, que nos ha postergado tantos planes, sueños y abrazos también les pospuso el jolgorio que cada 17 de mayo, con guateque y cerdo en púa, protagoniza el campesinado cubano. En Jimaguayú, Camagüey y Nuevitas, municipios destacados en la emulación de la Asociación Nacional de Agricultores Pequeños por el Día del Campesino, guardarán las ganas del rumbón para cuando todo esto pase.

Este domingo se cumplirán los aniversarios 74 del asesinato del líder Niceto Pérez García, el 61 de la firma de la Ley de Reforma Agraria y el 59 de la constitución de la ANAP. Y se encontrarán junto al surco, ya sea en las fincas o en las áreas colectivas, para multiplicar la siembra y las cosechas; bien saben que su aporte resulta decisivo en la hora que vive Cuba.

Nuestros campesinos merecen honra porque con sus manos nos alimentan, nos sostienen la vida. Son las raíces de esta sociedad.

 Hasta el 30 de abril, los campesinos camagüeyanos entregaron:

2 300 toneladas (ton) de viandas.

4 000 (ton) de hortalizas.

574 (ton) de frijol.

1 120 (ton) de frutas.

1 400 (ton) de arroz.

51.3 (ton) de carne ovino-ca-prino.

1 597 (ton) de carne porcina.

207.1 (ton) de miel de abeja.

10 millones 798 600 litros de leche.