CAMAGÜEY.- Aunque Joaquín de Agüero y Agüero aún no ocupe el merecido lugar que le corresponde dentro de la Historia de Cuba, muchos historiadores, fundamentalmente los de esta provincia, han ponderado la obra de ese precursor de los levantamientos independentista en nuestra nación. Durante su breve etapa como conspirador, quiso materializar los ideales separatistas, de la metrópoli española, con el ataque a Las Tunas, el ocho de julio de 1951.
Con la fundación en 1849 de la Sociedad Libertadora de Puerto Príncipe, encabezada por Serapio Recio Agramonte, se sumaron varios criollos cansados de nombrar a su tierra como una colonia, entre ellos Agüero y Agüero. Esa iniciativa “fue animada desde el extranjero por El Lugareño (…) creía que la solución de los problemas (…) podían alcanzarse mediante la unión de Cuba a los Estados Unidos de América”, explica Ricardo Muñoz Gutiérrez en su libro Del Camagüey: Historias para no olvidar.
Sin embargo, como apuntara Elda Cento en su artículo por el bicentenario del nacimiento de ese héroe, aunque conformaban “la Sociedad” varios hombres que miraban al norte como la panacea definitiva, otros “partían del supuesto de que una vez liberada Cuba de España (…), esta podría ser luego desgajada del sistema político norteamericano (...)”. Apunta la investigadora cómo en aquel incipiente proceso por pensar en la libertad “(..) para algunos de aquellos cubanos en realidad no estaban claras las diferencias entre separatismo e independentismo (...)”.
Al ser descubiertos por las autoridades españolas, el tres de mayo los conspiradores de más peso fueron perseguidos. “Joaquín de Agüero estableció su campamento en el lugar conocido como Piedra o Monte de Juan Sánchez en la Sierra de Jacinto, allí ondeó la bandera de la estrella solitaria y (...) mantuvo contacto con otros núcleos (…). Los acontecimientos se precipitaron ante el refuerzo de la presencia militar hispana en la zona por lo que se decidió adelantar el inicio del levantamiento, originariamente acordado para el mes de agosto, para el 4 de julio, día en el que Joaquín de Agüero fue electo jefe del movimiento”, escribió en su trabajo la Premio Nacional de Historia 2017.
Aquella misma fecha resultó proclamada la primera declaración por la independencia de los campos de Cuba: la de San Francisco de Jucaral. Al decir del historiador cubano, Fernando Portuondo, en su escrito Joaquín de Agüero y sus compañeros de Camagüey, el documento “carece de la amplitud y elegancia que han hecho inmortales y permanentemente gratas para la lectura otras declaraciones semejantes; pero sin duda en la del héroe camagüeyano está presente la ideología democrática de su autor, ideología que fue característica de los camagüeyanos, como quedó reiteradamente demostrado durante la organización del gobierno revolucionario en la Guerra del 68”.
En su cuerpo, el escrito rezaba que: “De hecho y de derecho nos constituimos en abierta rebelión contra todos los actos o leyes que emanen de nuestra antigua metrópoli: desconocemos toda autoridad de cualquier clase y categoría que sea cuyos nombramientos y facultades no traigan su origen exclusivamente en la mayoría del pueblo de Cuba, solo en moral a quien reconocemos con facultades para darse leyes en la persona de sus representantes”.
Luego de la proclama aconteció el intento de tomar la ciudad de Las Tunas, el ocho de julio. En ese enclave se pretendía incrementar el número de sublevados y obtener pertrechos para continuar con los planes libertarios. Las acciones no ocurrieron según lo previsto. Los dos grupos en que habían sido divididos los complotados terminaron enfrentándose en la oscuridad de la noche y, en medio de la confusión, acabaron dispersos por el sitio.
“Perseguidos por las tropas colonialistas y mermadas las fuerzas, acamparon en la finca San Carlos, cerca de 26 patriotas. El 13 de julio (…) fueron atacados por las tropas españolas y conminados a la rendición; la respuesta de Agüero y sus compañeros fue categórica: ¡Viva Cuba! ¡Viva la independencia!”, posteriormente se produjo el primer combate frontal de la historia entre cubanos y españoles. En el hecho, cayeron los primeros hombres defendiendo la emancipación.
Hecho prisionero fue condenado a muerte por unanimidad, “con sus tres mosqueteros”: Fernando de Zayas Cisneros, Tomás Betancourt Zayas y Miguel Benavides Pardo”, como expresara Portuondo. “Pensaba entonces, y aun hoy mismo, que el país necesita de un gobierno y leyes muy distintas de las que le rigen y que estando en la imposibilidad por medios legales de conseguir estas mejoras, era forzoso apelar a la fuerza (…)”, defendió en su juicio. El 12 de agosto, tras rechazar su posibilidad de perdón, al aceptar la adhesión de Cuba a España, 16 oficiales españoles consumaron la pena máxima en la actual Plaza Méndez. Antes de que resonara la descarga de la fusilería, Zayas, gritó: “!Muero por libertarte patria mía!”.
“Considerado tradicionalmente en el Camagüey un prócer de la independencia, en otros marcos es estimado uno de los representantes del movimiento anexionista pro norteamericano gestado en Cuba a mediados del siglo XIX. Es como si el refrán (...) que reza “dime con quien andas y te diré quién eres” sellara los análisis”, argumenta Cento Gómez. Joaquín de Agüero fue más que un rebelde, un abanderado de nuestros camino por la soberanía y es deber del buen cubano, recordarlo porque murió por ella.