CAMAGÜEY.- Enfrentada al dolor de la partida ayer de Dalia Aguilar Ruiz, me pregunto cómo despedirla, cómo honrar a una mujer cuyo nombre evoca la belleza de una flor, sencilla y profunda a la vez. Dalia compartía su amor por la cultura popular tradicional, su visión de un arte que brota del pueblo y su deseo de seguir adelante con salud y éxitos.

Quizá no haya mejor forma de decir adiós que recordar cómo, al igual que esa flor, ella embelleció cada espacio que tocó, desde las comunidades más humildes hasta los eventos más emblemáticos de Camagüey. Su legado, como las dalias que florecen con fuerza y color, perdurará en la cultura cubana.

Su labor como instructora, coreógrafa, investigadora y defensora incansable de la cultura popular tradicional trasciende generaciones, y su ejemplo quedará como un faro que guía a quienes luchan por preservar la esencia de nuestra identidad.

Su vida fue un tributo a las raíces populares de Cuba, celebrando con orgullo nuestras tradiciones, cantos, bailes y costumbres. A través de sus palabras, recogidas en una entrevista de 2016, ella nos recordó que:

“La cultura popular y tradicional está en las comunidades, en los barrios, en el campo, en el centro de la ciudad. La hace el pueblo. Es natural. Siempre hay un cantor, alguien que declama o recita, una señora que teje, que borda, que demuestra sus habilidades. En los municipios encuentra, por ejemplo en Najasa, zapateos y décimas bellas; en Florida, una buena rumba…; en toda la provincia, una fortaleza tremenda de descendientes de haitianos que practican sus toques, sus bailes, sus cantos. Todo es espontáneo. Por eso deseo mucha salud, seguir con tantos éxitos y con la cultura que es una fortaleza para nuestro país.”

Premiada y reconocida en vida con la Distinción por la Cultura Cubana, el Premio Nacional Olga Alonso y el Premio Nacional de Cultura Comunitaria, entre otros, Dalia jamás buscó protagonismo. Su propósito siempre fue empoderar al pueblo, destacar su talento innato y dar voz a sus expresiones más auténticas.

Como miembro clave en la confección del Atlas de la Cultura Popular y Tradicional de Cuba, y como asesora del San Juan Camagüeyano, demostró un compromiso incansable con la preservación de nuestra herencia cultural.

A las puertas de cumplir 85 años, su legado resuena más vivo que nunca. Nos deja el ejemplo de una vida dedicada a la comunidad, a la autenticidad del arte popular y a la construcción de una Cuba más fuerte desde sus tradiciones.

Despedimos a Dalia Aguilar Ruiz (31 de diciembre de 1939-24 de noviembre de 2024) con el orgullo de haber sido testigos de su luz y con el compromiso de mantener vivo su sueño: que la cultura cubana siga siendo un baluarte indestructible, hecho por y para el pueblo. Descansa en paz, Dalia, mientras tus pasos de danza seguirán marcando el ritmo de nuestras tradiciones.