CAMAGÜEY.-  A la galería de arte universal Alejo Carpentier se llega para sentir la vida profunda del Camagüey que habita la casa de Luaces No. 153. No hay silencio que calle el susurro de los muros por donde ha fluido tanta energía buena. Cada dato revela su época, y los nombres se entretejen como hilos de una cultura a veces incomprendida, pero difícil de cuestionar.

El inmueble surgió en la segunda mitad del siglo XIX. Perteneció al rancio abolengo de los Betancourt Recio, los Montejo y los Guerrero, en cuyo panteón reposó temporalmente el Padre Olallo.

La morada del horcón del tercero de los linajes, el médico Virgilio Guerrero Carcaño, acogía tertulias culturales. Se dice que allí Amalia Simoni cantó por última vez en 1888. Olallo guardó un secreto de ilegitimidad del nacimiento de ese amigo, hijo natural de madre (sin padre). Al inscribirse así quedaba como error del escribano y la iglesia resguardaba el honor de la familia.

Un nieto de Virgilio, Enrique Guerrero Ruvirosa, heredó la casa donde radica la galería, y la cambió con el Estado por una vivienda pequeña en 1969.

UN BOCETO MUSICAL

De casa de familia pasó a almacén, hasta ser de 1971 a 1979 la primera escuela elemental de música Luis Casas Romero, dirigida por Graciela Pardo.

Consta que Adalberto Álvarez impartió Apreciación musical, y la prestigiosa pianista Amalia Marín hizo su servicio social. La frecuentaron la cantante lírica Esther Borja, el violinista Evelio Tieles, chelistas búlgaros y soviéticos, y hasta un cuarteto de arpas de Europa. El guitarrista Félix Puig estudió en esa sede. Otra alumna brillante, la pianista Lourdes Cepero Estrada, ganó el segundo lugar del concurso nacional Amadeo Roldán en 1975. A ella hemos aplaudido mucho por su dúo A Piacere.

 PINTADA DE GALERÍA

La edificación abre las puertas como galería el 22 de marzo de 1980, con la presencia de Armando Hart Dávalos, entonces Ministro de Cultura. Exhibía reproducciones de arte universal adquiridas con efectivo donado por Alejo Carpentier correspondiente a su Premio Cervantes.

Caridad Rodríguez Cristobo fue la primera directora. De ella y de Regino Avilés Marín salió la petición de nombrarla Alejo Carpentier, algo autorizado en 1981.

Sobrevive el piano donado por Rodrigo Prats, aunque cueste volverlo a tocar, según el actual director Eloy Almaguer, porque el único lutier en Cuba autorizado para la reparación ha estimado el arreglo por 10 000 CUC.

También del patrimonio destacan la máquina de grabado obsequiada por Agustín Bejarano, el recuerdo de las visitas del canciller Raúl Roa, la bailarina Alicia Alonso, el historiador Eusebio Leal, el crítico de arte Rufo Caballero, y la huella de sus artistas de todos los tiempos.

ARTISTA Y DIRECTOR

Varios creadores han liderado la institución. Carlos Goyes Possee estuvo al frente del 2004 al 2006, y destaca como logros de su mandato el primer salón en el día mundial de la lucha contra el sida, una exposición de la santiaguera Yanela Ruano y las ediciones del Salón de la Ciudad: “La galería es un pilar importante en mi vida porque estando allí nació mi hijo”.

Su primera muestra personal, titulada Otra cosa, la reservó para la “Alejo Carpentier” en el 2008, cuando ya dirigía Yaniel Pérez: “Mis contemporáneos de 40 y 50 años de edad anhelan el regreso de generaciones de lecturas, de investigación…, pero corren tiempos diferentes. Cada vez resulta más difícil que los jóvenes sientan la necesidad de confrontar su obra públicamente”.

Goyes Possee imparte el Taller de Estampa Gráfica y lidera la cátedra de los talleres de Artes Visuales de la academia Vicentina de la Torre: “El arte es extremadamente caro y hay que buscar alternativas. Como institución debemos apoyar la obra de los jóvenes creadores. Hemos logrado que los estudiantes estén presentes de una manera digna en los salones, desde el año pasado trasladamos el salón de estudiantes a esta galería donde surgió en el 2001”.

ALEJO EN PRESENTE

La institución ha mantenido la misión fundacional de promocionar las artes visuales y estimular el disfrute estético del público. La programación estable de exposiciones figura entre los méritos, y la acogida de opciones variopintas como los proyectos de monumento para la Plaza de la Revolución, cinedebates, tertulias literarias, encuentros de jazz, y hasta el zonal centroamericano de ajedrez femenino de 1987.

Los cinco años que permaneció cerrado el inmueble, debido a un prolongado proceso de reparación hasta el año 2019, fortalecieron al colectivo, según Esberta Torres, especialista de investigación.

“El XXX Salón de la Ciudad, desarrollado en febrero pasado, significó una antesala del progreso de nuestra galería. Muchos artistas quieren exponer. Ya tenemos la programación para el 2020. Eso nos alienta porque somos la galería insigne de la ciudad de Camagüey”, añadió.

Eloy Almaguer, al frente desde el 2019, precisó que laboran para culminar los detalles constructivos:

“Queremos retomar el taller de grabado, caracterizar junio con el Salón de Estudiantes de la Vicentina, preservar los vínculos con las instituciones del entorno y seguir contando con orgullo las historias del patrimonio cultural de nuestra casa”.

 La galería Alejo Carpentier exhorta a aprovechar la estancia en casa de los niños, con vistas al salón infantil Los colores de mi ciudad.

Tendrán hasta junio para trabajar en obras con la urbe de Camagüey como tema principal. Podrán concursar en dibujo, pintura, escultura, fotografía, grabado, técnicas mixtas o cualquier otra variante.

El jurado valorará la imaginación y la creatividad, según las categorías de tres a siete años de edad, de ocho a once, y de doce a quince.