NUEVITAS, CAMAGÜEY.- Nuevitas se ha inscrito en el mapa cubano del audiovisual por un grupo de jóvenes inquietos con la voluntad por ser realizadores de cine, capaz de soñar el festival anual Hieroscopia.
Esta ciudad acogió la novena edición de esa muestra, pretexto de reunión al norte de Camagüey, en una zona empeñada para bien en convertirse en el set incansable de Cuba, como sugirió uno de los invitados.
Los organizadores trajeron esta vez al director Alejandro Gil, ahora mismo en el boom nacional debido a su película Inocencia, escrita por Amílcar Salatti, quien también quiso conocer el evento nuevitero.
Ambos impartieron talleres acerca de sus especialidades, pero con ellos se perdió la oportunidad de proyectar un filme desgarrador, tal como se había anunciado, máxime si se trata de un evento gestado desde y para la comunidad.
Pero Alejandro Gil no señaló eso: “Tiene que tener más apoyo de las instituciones culturales y políticas porque el cine es un elemento importante en la creación de valores, en lo movilizativo desde un diálogo artístico”.
También el actor Miguel Fonseca y el director, profesor y actor Jorge Molina se fueron con la impresión de la falta de acompañamiento en el territorio, y tantas voces no deben estar equivocadas. La alerta no solo va a quien auspicia: la dirección municipal de Cultura.
Jorge Molina sigue al Movimiento Audiovisual en Nuevitas (MAN) desde los inicios, y ya ha estado en Hieroscopia: “De los primeros trabajos a los de ahora hay diferencias para bien de puesta en escena, composición fotográfica, en lo que cuentan. Todos cuentan historias del lugar y eso me parece genial”.
Vista de la ciudad de Nuevitas, al norte de Camagüey, Cuba. Foto: Alberto Santos/ Colaborador
Ese avance denota el tomarse en serio la capacitación, pues han rebasado la etapa de realizadores empíricos. Han tomado cuanto taller ha estado a su alcance. Ya tres integrantes del MAN estudian en la Universidad de las Artes.
Uno de ellos, Roberto Carlos Piloto, agradece su forja como creador en un grupo con futuro claro: “El principal reto artístico es mostrarnos en Cuba, pero sobre todo en Nuevitas; mostrar cómo es la gente, y decir quiénes somos como artistas”.
El propio Amílcar Salatti comentaba que los errores son parte de la inexperiencia por el apuro de rodar, y sugirió estudiar más el guion: “Les vendría bien para que esas historias ganen en profundidad, en oficio. El potencial humano está. Tienen las ganas. Aquí se deberían atrever a hacer un largo”.
En efecto, la producción por excelencia allí es de cortos de ficción. No solo filman durante el año e involucran a los habitantes, con los talleres en las escuelas. “Los niños y los adolescentes conocen de planos y saben editar. Ya quieren contar sus propias historias. Con el audiovisual tienen una forma de expresión. Queremos que las personas sepan leer una película”, cuenta Hugo Navarro, fundador del movimiento.
Además, aprovechan los días de Hieroscopia para el rodaje de proyectos de los participantes. En esta edición sucedieron seis filmaciones al unísono, que han de estrenarse el año próximo.
Alejandro Gil, director de la película cubana Inocencia, asesora el corto de un joven realizador de Camagüey. Foto: Cortesía del MAN
Pongamos un ejemplo de la sinergia del evento. Roberto Carlos Piloto contó para su corto con la asesoría y la participación como extras de Alejandro Gil y Amílcar Salatti, además de la colaboración de jóvenes participantes de varias provincias.
Según la actriz María Karla Recio, devenida directora, las personas se prestan para actuar y no se pierden la premier: “Les gusta estar en cámara o si les da pena, nos prestan su casa. Hay una interacción entre los realizadores y la comunidad”.
Esa relación constituye el corazón del MAN, y en ese sentido debe perfilar sus pasos. De hecho, el grupo, ahora liderado por Hugo Navarro, anda cocinando el décimo Hieroscopia: “Queremos traer proyectos con niños que hacen audiovisuales, y existen a lo largo del país”.