CAMAGÜEY.- El profesor e investigador camagüeyano Carlos Manuel Villabella Armengol aporta al debate jurídico actual el libro El semblante de la nación. Dos siglos de constitucionalismo en Cuba, presentado recientemente en el congreso internacional ABOGACÍA 2022.
Publicado este año por Ediciones ONBC, de la Organización Nacional de Juristas de Cuba, el texto enfoca la forma de gobierno en Cuba a partir de un estudio desde la Constitución española de 1812, la primera extendida acá, a la Constitución cubana de 2019.
Esta obra, disponible en formato digital en la Plataforma Ruth Casa Editorial, sintetiza parte de la vida académica de uno de los más visibles autores del constitucionalismo cubano, con una profusa producción bibliográfica al respecto.
En diálogo con Adelante, Villabella Armengol aseguró que el libro también permite seguir la historia social y política de la nación porque “las constituciones reflejan la transformación de la nación, las problemáticas de un momento histórico, los deseos, las metas, los proyectos que se plantea”.
El semblante de la nación… parte de la panorámica desde el siglo XIX, dedica tres capítulos a contenido imprescindible como la carta de derechos, la forma de gobierno y los mecanismos de control y defensa de la constitución; y cierra con un resumen a partir de tablas comparativas.
“Se puede empezar por el quinto capítulo que facilita la lectura de lo demás o se puede llegar como conclusión. Tiene ese valor añadido de orientación”, precisa el profesor titular de la Universidad de Camagüey Ignacio Agramonte.
“El constitucionalismo no sólo se refiere al texto escrito, sino también a las doctrinas, a las ideas que están detrás”, añade Villabella Armengol quien enlaza comentarios de los textos con derechos comparados, fundamentalmente de la región. Por el análisis resulta un estudio más abarcador que el emprendido por Fernando Álvarez Tabío y Juan Vega Vega con la Constitución socialista de 1976.
─Entre las virtudes del libro, más de un experto ha resaltado su mirada al tramo ya recorrido por la Constitución cubana de 2019, ¿cuál es su principal señalamiento por lo observado hasta ahora?
─ La Constitución cubana del '19 no ha desplegado totalmente sus alas. Lo ha hecho desde el punto de vista de la organización pública del país pero no en relación al ciudadano, no solamente a los derechos, a la protección de las víctimas, de la tercera edad en el seno de la familia, de la mujer, la protección superlativa de los menores y los adolescentes. La Constitución no ha volado y no volará todavía lo que debe hasta que no extienda su potencial en este sentido.
En el prólogo, el Dr. Andry Matilla Correa, Presidente de la Sociedad Cubana de Derecho Constitucional y Administrativo, de la Unión Nacional de Juristas de Cuba, afirma que El semblante de la nación… da respuesta a una añoranza y a la necesidad de colmar vacíos en la ciencia constitucionalista.
“A diferencia de la Constitución anterior, la de 2019 tiene una sólida alma, un sólido espíritu. Se plantea lo que sucede, diseña la sociedad tal cual y hacia dónde se quiere llegar a partir de principios como la dignidad humana, la no discriminación, la igualdad. En un sentido jurídico son metanormas, categorías para la interpretación y la aplicación del Derecho; y además permiten una válvula abierta para el proceso de perfeccionamiento del Derecho, para la actuación de los poderes públicos pero también para la actuación ciudadana”, insiste el autor.
─Si nuestra carta de derechos está en la tendencia de los derechos constitucionales contemporáneos, ¿por qué no logra ese despegue desde la apropiación del ciudadano?
─ La Constitución cubana del '19 plantea un cuerpo de derecho de más de sesenta figuras, muchas de ellas nuevas en el ordenamiento cubano, algunos de esos derechos no tenían un antecedente. Está hilvanada con el cuerpo de principios que permiten articular, dirimir conflictos en la vida jurídica con un sentido de justicia y desarrollar los derechos, incluso la cultura ciudadana respecto a los derechos ante la administración públicas, en las relaciones horizontales ante particulares. El proceso de debate del proyecto constitucional dio un salto importante en la identificación, en la culturización constitucional del país pero ahí ha quedado. Insistimos en no perder ese impulso de cultura ciudadana constitucional y particularmente en relación con los derechos de los ciudadanos.
Villabella Armengol resaltó el contexto de presentación de El semblante de la nación… pues no se reencontraban en congreso desde el 2018. Delegados e invitados llevaron en el zurrón criterios y expectativas por las nuevas leyes de procedimientos de asuntos civiles, de trabajo y seguridad social, mercantiles, administrativos; con un Código de las familias y otro penal, pronto en vigor.
“El congreso estuvo marcado por los cambios legislativos en el país desde la promulgación de la Constitución de 2019, en particular por los cambios de las leyes procesales y las leyes adjetivas. La Asamblea Nacional ha tenido un proceso legislativo como hacía años no sucedía en el país. Se ha cambiado el corazón de la vida jurídica del país”, enfatizó.
En ABOGACÍA 2022, Villabella Armengol presidió la comisión de constitucional, cuyo premio recayó en el abogado camagüeyano Daniel Pérez Legón. También participó en un panel sobre derechos y garantías.
─Acaba de elogiar la proactividad de la Asamblea Nacional, ¿dónde identifica el desafío mayor?
─ No basta con que el órgano legislativo, el parlamento de un país produzca un buen Derecho. Nunca es suficiente el proceso de divulgación, de difusión del Derecho, y el proceso de educación para el Derecho. Sobre eso todavía estamos con grandes déficit. Un segmento de la población no sigue los medios oficiales de comunicación. Hay un alto por ciento de la comunicación hoy a través de las redes sociales. En términos éticos, cívicos y jurídicos gran parte de esa comunicación informal en las redes está permeada de antivalores. Estamos viviendo un momento de crisis económica que permea la crisis existencial. Afectan e impactan los comportamientos cívicos, se despliegan antivalores, por tanto, el tema de una cultura jurídica pasa por esto.
Luego, el Premio de la Sociedad Cubana de Derecho Constitucional y Administrativo 2019-2020 reflexionó en torno a ser buen ciudadano, principio heredado de las antiguas Grecia y Roma, aunque en la democracia clásica no contaran las mujeres ni los esclavos.
“No es suficiente lo que se hace aún. No basta con nuevas leyes. Hay que transformar los comportamientos ciudadanos a partir de las nuevas normas jurídicas. Hay muchas aristas para seguir trabajando en los medios de comunicación, en las redes, en la escuela que hoy dista mucho de lo que debe ser”, recalcó.
Licenciado en Derecho por la Universidad de Camagüey (1984) y Doctor en Ciencias Jurídicas por la Universidad de La Habana (1998), Villabella Armengol ha cultivado su formación en centros de estudios en España y México y es miembro de sociedades internacionales de su ámbito profesional.
─ ¿Cuán distante está la cultura jurídica deseada en la población de la altura teórica alcanzada gracias a profesionales como usted?
─La cultura jurídica de la población de un país no tiene que estar a la altura de la academia ni de los teóricos. La academia y lo doctrinario sirven de enlace entre las innovaciones en el derecho y los contextos nacionales, los órdenes jurídicos; además marca el rumbo del desarrollo teórico, pensar que las universidades no sólo reproducen sino que investigan y desarrollan.
“Para la vida de una nación son importantes la cultura ética, la cívica y la jurídica, porque el Derecho es un mediador de las relaciones sociales y tiene un fin de marcar el deber ser, lo que se quiere; y tiene un fin represivo dirigido a cuando determinadas conductas no entran dentro de ese deber ser. Además, el Derecho tiene un plexo axiológico detrás. Esa alma y ese espíritu son los principios, los valores a los que responde ese Derecho, arman la convivencia de la sociedad y plantean un futuro”.