CAMAGÜEY.- Jaime Smith Pride aún conserva vitalidad de palabra y de gestos. Hombre crecido a golpe de acero y cemento, como representante digno del Sindicato de la Construcción, este Héroe del Trabajo de la República de Cuba es obligado referente cuando nos separan horas del 1ro de Mayo y las afectaciones derivadas de la COVID-19 obligan a darle un nuevo diseño a la celebración.
Está en casa. Los años ya comienzan a darle sus "dolores de cabeza" con la salud, pero una sonrisa en su rostro, acompañada de "estoy mejor", confirman su recia voluntad, el apego a estar en la batalla, dispuesto a emitir criterios, a trasmitir experiencias.
Su rostro moreno se alumbra cuando alguien le pregunta de recomendaciones para el Día Internacional de los Trabajadores.
Como un disparo sale su respuesta, escudada detrás de su mascarilla (o nasobuco), pero muy clara y firme: "los más viejos como yo, debemos protegernos en la casa, hay que ser disciplinados y ayudar a combatir esta enfermedad, esa es una necesidad pues se vive una sola vez".
No se sienta. Prefiere mantenerse de pie.
Y regresa... sin que se necesite sugerencia de tema alguno.
"Es verdad que el nuevo coronavirus ha afectado la celebración habitual de todos los años, pero no importa, desde nuestros hogares podemos hacerlo, convertir nuestras casas en plazas o en calles, sacar banderas cubanas, tenemos muchas formas de festejar con la seguridad que es cumplir las medidas que el país ha orientado".
Los aplausos médicos de cada noche también estallan en su hogar, rodeado del cariño de su gente.
"Se lo merecen, ahora mismo están presentes en varios países, y solo deseo que se cuiden, para que regresen sanos, porque son orgullo de este país".
"Ya podremos celebrar como siempre hemos hecho, y claro, siempre se extraña ver a todo el pueblo llenando desde temprano todas las áreas próximas a la Plaza, pero la vida exige que cambiemos, sin embargo, tenemos retos en la producción, en los servicios, que debemos llevar adelante, y eso también es reconocer el 1ro de Mayo".
Y los ojos le vuelven a brillar. Es la grandeza presente. Es, simplemente, la sencillez de un Héroe, a quien los años no le doblegan ni dedicación, ni entrega a la obra de la Revolución.
Porque Jaime... es mucho Jaime.